viernes, noviembre 07, 2008

7 de Noviembre de 2008

FARO DE VIGO

Siete marineros, tres de ellos gallegos, salvan la vida al naufragar un pesquero de A Guarda

Salvamento Marítimo de Norfolk coordina la búsqueda de los otros cuatro desaparecidos de nacionalidad indonesia 08:30

UJUÉ FOCES / VIGO Siete supervivientes, entre ellos los tres únicos tripulantes gallegos, y cuatro desaparecidos, es el triste balance de un nuevo siniestro en el mar cuyas causas todavía se desconocen. El pesquero de A_Guarda José Almuiña, con base en el puerto de Vigo, se fue a pique en unos minutos cuando faenaba a mil millas al este de Las Bermudas. Sus 11 tripulantes, tres gallegos y el resto indonesios, apenas tuvieron tiempo de enviar un SOS y lanzarse al mar en dos lanchas salvavidas.
La alerta disparó la radiobaliza del barco y Salvamento Marítimo de Norfolk (Virginia) puso en marcha la operación de rescate, ya que la zona del hundimiento está asignada a EEUU.
El Servicio de Guardacostas americano avisó a varios mercantes que navegaban en las proximidades del siniestro. Uno de ellos encontró a primeras horas de la mañana de ayer el pesquero semihundido, con la quilla al sol. El petrolero Navigate Stheath II , localizó poco después una de las balsas salvavidas con seis tripulantes. Entre los rescatados se encuentran los tres marineros gallegos: Juan Pablo Muñiz, de Ribeira; el contramaestre José Fernández, de Santa María de Oia y José Alberto Álvarez, patrón del palangrero y vecino de A Guarda. Con ellos estaban tres de los marineros indonesios.
Un séptimo náufrago era rescatado del mar a últimas horas de la tarde. Se trata de uno de los cinco indonesios desaparecidos en el otro bote salvavidas, y probablemente podrá explicar si los demás siguen en la lancha o un golpe de mar los lanzó al agua. Cuatro mercantes y un avión participan en el rastreo en busca de más supervivientes.
Todos ellos serán conducidos a puerto para prestar declaración, si bien anoche no se había decidido la localidad a la que serán trasladados. Los supervivientes gallegos tuvieron ocasión, ayer por la tarde, de hablar con sus familias y tranquilizarlas. Afirmaron que los seis que iban en la lancha salvavidas se encuentran bien, aunque no ha trascendido el estado del marinero rescatado en el mar.
Eran las ocho y media de la mañana cuando los armadores del José Almuiña, José Benito Alonso y Antolín Pérez, recibían la triste noticia del naufragio. Inicialmente nada se sabía de los tripulantes, y la alarma se extendió por A Guarda, pero también por Moaña, donde el palangrero tuvo su puerto base cuando con el nombre de Nuevo Milagros pertenecía al armador José Currás. El pesquero, con casco de acero y 40 años de antigüedad, (fue construido en 1968) nunca había tenido problemas, según sus propietarios. Llevaba casi cuatro meses de marea en el caladero de Bermudas y se esperaba su regreso en Navidad.
Los armadores desconocen los motivos del naufragio, y tanto el contramaestre como el patrón del pesquero manifestaron a sus familias que todo había sido tan rápido que ni siquiera sabían las causas del accidente. José Benito Alonso Rodríguez y Antolín Pérez, los armadores de la sociedad a la que pertenece el barco hundido, mostraron su intensa preocupación por saber el estado del resto de los miembros de la tripulación, sin aparecer.
Luz Matilde Castrillón, esposa de José Fernández, de 50 años, explicó que su marido le anunció que navegaban hacia tierra en el mercante que los rescató tras haber pasado varias horas a la deriva en el bote salvavidas. Aliviada tras conocer que su marido era uno de los siete supervivientes, mostraban también su preocupación por los otros cuatro compañeros desaparecidos.

"Mi hijo no sabe qué pasó en el mar, en tan sólo dos minutos"
Ángeles Coballes, madre del patrón guardés José Alberto Álvarez Coballes, de 27 años de edad, muy afectada por el suceso, contó que había podido hablar con él a las seis de la tarde de ayer.
"Me llamó desde el barco y me dijo que estaban bien, pero esperando a que apareciesen el resto de los tripulantes". Se habían divisado bengalas y dedujeron que podría tratarse de sus compañeros. Le dijo también sobre el naufragio que "no sabe qué pudo pasar. Todo ocurrió en un par de minutos", precisó.
En el salón comedor de su casa, con una fotografía en la que aparece ella y su esposo, José Ángel (fallecido hace dos años), que también fue patrón de barco, contó cómo la vocación de José Alberto nació muy pronto e incluso había navegado con su padre. "Siempre quiso ir al mar", quizás porque las raíces de su familia están vinculadas a esa vida que ayer recordaba la madre, con las manos unidas y apretadas.
"Nosotros ya sufrimos antes situaciones muy parecidas con un barco que tuvimos. Se llamaba Pedro Xibano. Con ese barco, dijo, también saltó la radiobaliza en aguas de Cabo Verde. "Iba mi marido de patrón", relató, sin explicar más sobre la historia, a la que sumó la de una falsa alarma. Sobre el joven que es el primogénito y tiene un hermano menor de 26 años, resaltó su sentido de responsabilidad.
El armador le informó del suceso sobre las once de la mañana y por la tarde acudió a su casa el alcalde guardés, José Manuel Domínguez Freitas y el secretario de la Cofradía de Pescadores, Rodrigo Pacheco.

DIARIO DE FERROL

El juez envía a la cárcel al marinero italiano acusado de matar a su capitán

D.B. > CORCUBIÓN

Andrea della Rosa, el marinero italiano acusado de matar el miércoles de una puñalada en el pecho al capitán del mercante “Paxi C” cuando navegaba a 22 millas frente a la costa de Fisterra, prestó declaración ayer en el juzgado de Corcubión. El presunto homicida acudió al tribunal desde el cuartel de Carballo, donde pasó la noche en los calabozos después de recibir el alta médica en el hospital de Cee, donde había sido ingresado tras cortarse en cuello y muñecas en un intento de suicidio. El juez de Corcubión imputa al acusado un delito de homicidio, por lo que decretó su ingreso en la cárcel de Teixeiro, donde permanecerá hasta que sea extraditado a Italia por petición de la Fiscalía de Génova.

El marinero italiano acusado de asesinar de una puñalada en el pecho al capitán del mercante en el que trabajaba declaró ayer ante el titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Corcubión, Andrés Lago. Andrea della Rosa, de 37 años, llegó al tribunal corcubionés a media mañana, procedente del cuartel de Carballo, donde pasó la noche custodiado por la Policía Judicial.

Della Rosa tenía el cuello vendado. El marinero intentó suicidarse el miércoles después de cometer el homicidio, y para evitar ser arrestado. Se autolesionó en muñecas y cuello con el mismo cuchillo del crimen. Por ello, fue evacuado en ambulancia al hospital de Cee, donde en la misma noche del miércoles recibió el alta médica tras ser atendido por “heridas superficiales”.

Tras declarar en relación a los hechos, el juez le imputó un supuesto delito de homicidio y decretó su ingreso en prisión, por lo que fue trasladado al penal coruñés de Teixeiro. El juez cotejó también las declaraciones de tres testigos presenciales que declararon ante la Guardia Civil.

El tribunal de Corcubión se encarga de las diligencias de prevención a la espera de que la Fiscalía de Génova (Italia) se haga cargo, ya que los hechos sucedieron en un buque en aguas internacionales. El juzgado corcubionés está coordinado con la Fiscalía de Génova, encargada de emitir una orden europea de detención para poder extraditar de manera más rápida al detenido a Italia.

Los hechos tuvieron lugar el miércoles a bordo del buque de bandera italiana “Paxi C”, cuando navegaba a 22 millas de la costa de Fisterra. El primer oficial del barco llamó a las 6.20 horas a los servicios de emergencia, alertando de que el capitán, Mario Castalli, de 53 años, había recibido una puñalada en el pecho. El buque fondeó en la bahía de Fisterra y fue precisa la intervención de una unidad de agentes especiales de la Guardia Civil ya que el agresor se encerró en un camarote y se negaba a salir, amenazando con suicidarse. El hombre se cortó el cuello y las muñecas con el mismo arma del crimen, y posteriormente fue evacuado al hospital de Cee.

Las circunstancias de los hechos aún no están claras, así como los motivos por los que Della Rosa (que llevaba 15 días embarcado) habría atacado a su capitán, ambos italianos. El cuerpo de Castalli se encuentra en el Instituto de Medicina Legal de A Coruña, donde se le practicó la autopsia a la espera de repatriar el cadáver.


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