Fallece Javier Caño

La tarde de ayer me sorprendió con la muerte, a los 65 años, de Javier Caño Moreno, profesor que me impartió clases durante varios años en la Universidad. Uno de los pocos a los que respeto de verdad y con los que llegué a aprender algo de provecho. Siendo su último año de Decanato cuando ingresé, con él no solo me introduje en el mundo del Derecho civil español y del foral -habiendo ocupado la consejería de Interior del Gobierno vasco en la década de los ´80 del pasado siglo y siendo artífices de reformas de la legislación civil foral como la conocida como Ley Caño en la que la mujer se igualaba al hombre (tal y como establece nuestra Carta Magna) y el Nuevo Fuero civil (Ley 3/1992 de Derecho civil foral del País Vasco)-, sino que también en una de las materias más punteras de calidad industrial y medioambiental (no obstante, era el presidente de la Asociación Cluster de Industria de Medio Ambiente de Euskadi (ACLIMA)).

Curiosamente, en mi despacho, junto con otros libros de uso más común, tengo su obra “Teoría institucional del Estatuto vasco”. Algo me empujó a tenerlo con los demás aquí aunque sé que su consulta solo puede ser ociosa en estos momentos.

Firme defensor de los ideales nacionalistas vascos desde una óptica de sana confrontación democrática y despreciando a los que querían imponer su criterio por la fuerza de las armas, siempre, desde su seriedad, en ocasiones brusca, nos impulsaba por abrir nuestras mentes venciendo la pereza, la indisciplina… Queriendo elevarnos a una superioridad y que no nos quedáramos tirados en algún punto del camino de la mediocridad. La verdad es que en esto último, por el malhumor que mostraba ante los defectos que teníamos como estudiantes, parecía que no terminaba de conseguirlo.

Pero una cosa sí que consiguió: mi respeto y admiración.

Mis condolencias a la familia y, también, a la Universidad de Deusto ya que ha perdido a un gran profesor.