Hace ya unos días que me di cuenta que escribía y escribía sin ton ni son, con el único anhelo de superar una marca diaria de palabras; con el deseo de pulsar sobre el teclado miles de veces para alcanzar una cifra y rebasarla. Me di cuenta que hasta daba lo mismo lo que escribiera y su fondo. No eran más que palabras vacías, sin alma o espíritu, carentes de fondo. Me di cuenta de que ese no es el camino, que necesitaba “desintoxicarme” durante unos días de la escritura. Tomé tal decisión que por ahora me parece muy acertada.
Para no estar ocioso decidí también cambiar de estrategia con un proyecto largamente acariciado. Hace un par de meses que lancé mi segundo e infructuoso asalto para la redacción de un “manual de supervivencia” para el pasante de un despacho de abogados, que también se extrapola a los jóvenes abogados. Sin embargo, como en un primer momento, siempre acababa escribiendo sobre cuestiones técnicas y desoyendo el espíritu del proyecto en sí, que era dotarle de amenidad y, por consiguiente, de humor.
Entre la “desintoxicación” y el manual se me encendió la bombillita una vez más. ¡Qué suerte la mía! Y se me ocurrió una nueva vía que podría salvar el proyecto del manual y recuperar aquel hobby mío tan abandonado que me ha acompañado durante largos años y ya décadas: el dibujo. Me pregunté “¿Por qué no hacer tiras cómicas con mis experiencias y las de otros para crear el manual?”. Me pareció algo perfecto y las ideas comenzaron a fluir y los guiones de las tiras a ser plasmados en papel blanco a través del primer lápiz que cayó en mis manos. Con trazos sencillos y simplistas he ido creando algunos chistes y los guiones ya llegan casi a la treintena.
Pero, ¿cómo ofrecerlos? Pues me decidí por crear un blog para que se convirtiera en webcomic, donde iría subiendo las viñetas y algunas cosas del manual escrito para ir conformando un embrión que, en un futuro, bien podría ser un ecomic o un ebook ilustrado.
El pasado día 20 de Abril abrí la cuenta del blog, lo cree con las primeras herramientas que topé de lo básico de Blogger y comencé con el tema, aunque antes subí un par de ilustraciones a FB.
Por fin veo como ese proyecto no se queda entre las “paredes” de mi ordenador y ve la luz. Quizá os parezca una mísera basura sacada de la mente de un tipo como yo, pero creo que será de interés para aquellos que viven este extraño mundo del Derecho a través de un manual de supervivencia, una especie de arte de la guerra legal.
Me lo he pasado genial esta Semana Santa aprovechando las horas muertas, dibujando y dibujando. Sintiéndome libre por que cuando escribo casi no puedo ni poner música, cosa que no me ocurre con el lápiz. La música me impulsa a trazar. Sin embargo, cuando tecleo, casi necesito la ausencia de vínculos que desvíen mi mente del teclado y de la pantalla del ordenador. Lo único que escucho es el irritante zumbido y ronroneo del ordenador, algo tan desquiciante y raspante que me vuelve loco. Taparse los oídos puede que sea incluso peor. Quizás por eso me guste más escribir a mano, con total silencio, pero luego queda lo peor, que es pasar las notas a Word.
Esperemos que la musa de la escritura vuelva a iluminarme mientras me relajo con el dibujo.
Aquí os dejo el enlace al blog:
¡Espero vuestros comentarios, como siempre!
Para no estar ocioso decidí también cambiar de estrategia con un proyecto largamente acariciado. Hace un par de meses que lancé mi segundo e infructuoso asalto para la redacción de un “manual de supervivencia” para el pasante de un despacho de abogados, que también se extrapola a los jóvenes abogados. Sin embargo, como en un primer momento, siempre acababa escribiendo sobre cuestiones técnicas y desoyendo el espíritu del proyecto en sí, que era dotarle de amenidad y, por consiguiente, de humor.
Entre la “desintoxicación” y el manual se me encendió la bombillita una vez más. ¡Qué suerte la mía! Y se me ocurrió una nueva vía que podría salvar el proyecto del manual y recuperar aquel hobby mío tan abandonado que me ha acompañado durante largos años y ya décadas: el dibujo. Me pregunté “¿Por qué no hacer tiras cómicas con mis experiencias y las de otros para crear el manual?”. Me pareció algo perfecto y las ideas comenzaron a fluir y los guiones de las tiras a ser plasmados en papel blanco a través del primer lápiz que cayó en mis manos. Con trazos sencillos y simplistas he ido creando algunos chistes y los guiones ya llegan casi a la treintena.
Pero, ¿cómo ofrecerlos? Pues me decidí por crear un blog para que se convirtiera en webcomic, donde iría subiendo las viñetas y algunas cosas del manual escrito para ir conformando un embrión que, en un futuro, bien podría ser un ecomic o un ebook ilustrado.
El pasado día 20 de Abril abrí la cuenta del blog, lo cree con las primeras herramientas que topé de lo básico de Blogger y comencé con el tema, aunque antes subí un par de ilustraciones a FB.
Por fin veo como ese proyecto no se queda entre las “paredes” de mi ordenador y ve la luz. Quizá os parezca una mísera basura sacada de la mente de un tipo como yo, pero creo que será de interés para aquellos que viven este extraño mundo del Derecho a través de un manual de supervivencia, una especie de arte de la guerra legal.
Me lo he pasado genial esta Semana Santa aprovechando las horas muertas, dibujando y dibujando. Sintiéndome libre por que cuando escribo casi no puedo ni poner música, cosa que no me ocurre con el lápiz. La música me impulsa a trazar. Sin embargo, cuando tecleo, casi necesito la ausencia de vínculos que desvíen mi mente del teclado y de la pantalla del ordenador. Lo único que escucho es el irritante zumbido y ronroneo del ordenador, algo tan desquiciante y raspante que me vuelve loco. Taparse los oídos puede que sea incluso peor. Quizás por eso me guste más escribir a mano, con total silencio, pero luego queda lo peor, que es pasar las notas a Word.
Esperemos que la musa de la escritura vuelva a iluminarme mientras me relajo con el dibujo.
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