La “Blas de Lezo” prolonga su estancia en Somalia como refuerzo contra la piratería
REDACCIÓN > FERROL
La fragata con base en Ferrol “Blas de Lezo”, integrada actualmente en la agrupación naval permanente número 1 de la OTAN (SNMG-1), permanecerá hasta finales de junio frente a las costas de Somalia, donde reforzará el dispositivo de lucha contra la piratería. Así lo confirmaron ayer fuentes del Ministerio de Defensa, que atribuyeron la decisión de la Alianza al incremento de los ataques en la zona y la consiguiente preocupación de la comunidad internacional. De acuerdo con la programación de la actual misión de la SNMG-1, los buques integrados en esta fuerza pusieron rumbo hace unos días hacia Karachi, en Pakistán. Sin embargo, debido al aumento de la actividad de los piratas somalíes, la OTAN ha ordenado el regreso de parte de esta flota a la zona del Golfo de Adén y el Cuerno de África. Así, tras realizar una escala en el puerto indio de Bombay, la “Blas de Lezo” se unió ayer al resto de buques de la agrupación de la OTAN en la costa somalí. Las fuerzas de la Alianza se sumarán así a los efectivos de la operación Atalanta, desplegada por la UE en la zona y comandada en la actualidad por el capitán de navío ferrolano Juan Garat. En ella participan otros dos buques de la Armada española, el petrolero “Marqués de la Ensenada” y la fragata “Numancia”. Según señala Defensa, este dispositivo ha capturado en las últimas dos semanas a 23 presuntos piratas, 11 de ellos el pasado domingo a bordo de tres embarcaciones localizadas por el avión español P-3 Orión. La F-103 “Blas de Lezo”, con una dotación de 212 personas, entre ellas una unidad de infantería de Marina, se integró el pasado marzo en la SNMG-1 y desde entonces ha estado colaborando en las labores de vigilancia en aguas del Índico.
FARO DE VIGO
Calma tensa en la Brilat
Un reciente ataque a las tropas en Afganistán es el detonante
VÍCTOR MÉNDEZ - PONTEVEDRA Los altos cargos de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat) quieren transmitir tranquilidad ante los nuevos ataques sufridos por los efectivos de la base pontevedresa desplazados en Afganistán.
"No hubo heridos ni daños materiales, y la preocupación no es mayor de la que tenemos habitualmente por nuestros compañeros", declaran. "Gracias a Dios no fue como el atentado sufrido en noviembre", se congratulan los efectivos militares del cuartel General Morillo.
Pese a ello, son muchos los soldados que no las tienen todas consigo y recuerdan las dramáticas escenas de anteriores agresiones contra las tropas del acuartelamiento de Figueirido. En el recuerdo están las víctimas, con los dos fallecidos en el pasado mes de noviembre muy recientes en sus memorias.
Un contingente de 300 efectivos de la base pontevedresa se desplazó hace algunas semanas hacia la base de Herat, donde el Ejército español tiene su centro de operaciones. Las informaciones recibidas desde territorio afgano hablan de que tuvieron que soportar un ataque de cuatro horas de duración, a cargo de la insurgencia, y que precisaron de apoyo aéreo para resolver la delicada situación.
El fuego de fusilería y los lanzagranadas de los insurgentes intentaron poner en jaque a los soldados pontevedreses, que junto a otros miembros del contingente español realizaban una misión de seguridad.
El ataque fue el comentario general ayer en la base de Figueirido.
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