martes, julio 31, 2012

Abordo del "Caesar Kunikov"


Lectura de 31 de Julio de 2012 a las 1200 horas


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31 de Julio de 2012

GENTE DIGITAL

La nueva cúpula militar española jura su cargo

Los nuevos jefes de los Ejércitos y de la Armada jurarán su cargo el lunes por la tarde en el Ministerio de Defensa, ante el titular de este departamento, Pedro Morenés, y un día después tomarán posesión del cargo en los respectivos Cuarteles Generales, han informado a Europa Press fuentes militares.

El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes el nombramiento del general Jaime Domínguez Buj, el general Francisco Javier García Arnaiz y el almirante Jaime Muñoz Delgado como nuevos jefes de los Estados Mayores del Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada, respectivamente.

Los tres jurarán su cargo el lunes por la tarde, una vez el ministro de Defensa regrese de un viaje oficial a Alemania, que comenzará este mismo domingo. El martes, tendrán lugar las tomas de posesión en tres ceremonias sucesivas en los Cuarteles Generales del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire.

CONSEJO DE DEFENSA NACIONAL
Inmediatamente después, la nueva cúpula militar al completo, presidida por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez, acudirá al Consejo de Defensa Nacional, que se reunirá en el Palacio de la Zarzuela por primera vez desde el cambio de Gobierno.

La reunión del Consejo, en la que se avalará la nueva Directiva de Defensa Nacional, estará presidida por el Rey Juan Carlos, que estará acompañado por el Príncipe Felipe. Su última convocatoria data de mayo de 2011, con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa.

Además del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Defensa, están convocados la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, el de Economía, Luis de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro.

lunes, julio 30, 2012

Reseña sobre el capítulo tercero de “Juego de Tronos”


No acostumbro a postear los días de fiesta y fines de semana por la simple razón de que estoy alejado del ordenador acostumbrado y  a que, por si fuera poco, carezco en casa de conexión a Internet (¡lo que me hacía falta, estar aún más enganchado!). Por simple lógica y deducción, esta reseña debió haberse publicado el pasado miércoles 25, coincidiendo con el día siguiente a mi visionado de un segundo capítulo (que en realidad era el tercero de la serie) de “Juego de Tronos.” Parece que he adquirido una especie de compromiso a la hora de seguir dictaminando y comunicando mi opinión en ENMP tras ser tan negativa mi impresión sobre el capítulo piloto y al tener amigos que me han pedido que le de una segunda oportunidad a este proyecto de HBO. Compromiso que no dudo, por ahora, en cumplir.

Durante las horas de tarde me preparé para otra sesión de cura contra el insomnio y, recopilando míseramente algo de información sobre la obra literaria en sí, llegué a una conclusión que, por si doy en el clavo o me paso de gracioso, prefiero reservarme para salas más privadas.

Tras ahorrarme la sesión de chistes malos de “El Club del Chiste” para disfrutar un poco de Discovery Max con sus camioneros en el hielo, llegó la hora de darle al mando, de pulsar el botón de retorno al canal que se estaba visionando antes. Ahí estaba, comenzando un nuevo capítulo tras el resumen que, como hace con otras series aunque de factura nacional, los chicos de A3 producen para aquellos que se nos ha perdido algo. Confieso que no vi el “Ver Series” completo.

Aún no pudiendo oponer resistencia a un peso insoportable en los párpados y a una carraca continua de bostezos, doy un poco el brazo a torcer. Este tercer capítulo ha sido, con diferencia, muchísimo mejor que el piloto. No solo por la agilidad, sino por los diálogos, ubicaciones exóticas y hechos. Un salto hacia delante innegable que, aun así, no me convence ya que solo me obliga a ver los martes noche ese canal porque parece no haber nada mejor en otros.

Sin duda, el haberme cruzado más veces con el enano (que no sé como se llama) que es el mejor personaje, y con el tema de esas formas blancas y terribles del norte del muro en Invernalia (¿analogismo con el Muro de Adriano?), ha provocado que el producto pase con mayor facilidad por mi paladar, aunque me despertó por completo los minutos que pude ver de “Infierno sobre ruedas”, una serie que ya me llamó desde el primer trailer.

Sigue faltándole algo y dudo mucho que acabe gustando a más gente que da caza a los volúmenes de la obra que escribe el amigo Martin. A mí, al menos, no.

Por cierto, ¿a alguien más le recuerda el rubio, que está enrollado con la reina, al príncipe Encantador de Shrek?

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30 de Julio de 2012

DIARIO DE SEVILLA
 
Cádiz despide a los barcos

Cientos de personas asisten en el muelle a la suelta de amarras de los veleros, que han ido zarpando desde las 13 horas encabezados por el Juan Sebastián Elcano
 
D.M.R. / Cádiz | Actualizado 29.07.2012 - 23:13

Hasta la próxima. La Gran Regata 2012 vive su últimos momentos, horas antes de que los veleros participantes pongan rumbo a La Coruña. Esta mañana, cientos de personas se enfrentaron al calor para despedir con honores a los barcos y sus tripulantes desde el muelle gaditano, de nuevo con protagonismo para el Juan Sebastián Elcano. El buque escuela de la Armada Española fue el primero en soltar amarras, con toda su tripulación formada en cubierta, ante los aplausos de los asistentes.

Los toques de sirena adelantaban la salida de cada embarcación. El Amerigo Vespucci fue el siguiente en despedirse del puerto gaditano y así, uno por uno, los grandes veleros han ido abandonando las aguas del muelle para llevar a cabo una parada naval. Para ello, los barcos recorrerán el contorno de la ciudad, de ahí que más que en el parque temático del muelle muchos hayan decidido esperar el paso de las naves en La Punta de San Felipe o la Alameda.

HISPANTV

España y EEUU buscan desplegar un escudo antimisiles en Rota


29/07/2012 14:2

Madrid y Washington alcanzaron el sábado un principio de acuerdo para ajustar un convenio de defensa conducente a desplegar un escudo antimisiles en la base aeronaval de Rota, sita en la provincia suroccidental de Cádiz en España, antes del año 2021.

Según este convenio logrado después de varios meses de diálogo, cuatro buques de la Armada de EE.UU., como parte del escudo antimisiles de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se desplegarán en la base española; dos buques hasta el año 2014 y otros dos hasta el 2015.

A partir de 2013, unos 1.100 militares (unos 300 por barco) entrarán a Rota, cifra que se sumará a los dos mil estadounidenses que se encuentran actualmente en la base.

El Gobierno socialista de Luis Rodríguez Zapatero dio luz verde a la participación de Madrid en el escudo antimisiles de la OTAN, pese a las protestas lideradas por el partido popular (PP) del país.
No obstante, el mismo partido que asumió el poder el pasado noviembre de 2011, amén de apoyar el plan, ha accedido a prorrogar el acuerdo por ocho años.

La participación de España en el escudo antimisiles de la OTAN fue una de las últimas decisiones adoptadas en octubre del año pasado por el Gobierno de Zapatero.

Después de que las autoridades suscribieran el convenio, los expertos estudiarán el acceso a las instalaciones, el despliegue de los buques y de los tripulantes civiles y militares en la base, entre otros temas.

La iniciativa del escudo, en el que también participan otros aliados como Rumania, Polonia y Turquía, fue propuesta el año 2000 por el exmandatario norteamericano George W. Bush que, hasta el momento, le ha costado grandes cantidades de dinero a Washington.

EE.UU. ha tenido acceso a Rota por 24 años, según un acuerdo rubricado en 1988 entre ambos países, sin embargo, durante los últimos dos años, este convenio debía ampliar su vigencia año tras año.

viernes, julio 27, 2012

En veranito, más Genevieve Morton

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27 de Julio de 2012

DIARIO DE CÁDIZ

Elcano regresa a ‘casa’ tras su crucero de instrucción y se suma a la Gran Regata


26/07/2012. Redacción

El buque escuela de la Armada española, el Juan Sebastián de Elcano, fue recibido en la mañana del jueves día 26 por cientos de personas en el puerto de Cádiz. El emblemático velero pone fin así a su LXXXIII Crucero de Instrucción, sumándose a la Gran Regata de Veleros de estos días en la ciudad –en los que se podrá visitar en parte-, tras participar en la primera y segunda prueba de la misma, en los trayectos Saint Malo- Lisboa y Lisboa- Cádiz.

Mientras la dotación cubría las “tablas de jarcia” en lo alto de los mástiles, resonaban entre los muros de Cádiz las 15 salvas de cañón con las que el buque ha rendido honores al Almirante de la Flota, Santiago Bolibar, quien ha embarcado para dar la bienvenida a la dotación, según informan desde Defensa en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.

El pasado 1 de abril, el buque se hizo a la mar desde el puerto gaditano, iniciando así el tradicional Crucero de Instrucción –más corto de lo habitual- de guardiamarinas, con los alumnos de la Escuela Naval Militar, para contribuir a la formación de los futuros oficiales de la Armada.

Durante este tiempo, el Juan Sebastián de Elcano ha navegado más de 12.000 millas que le han llevado a los puertos de Santa Cruz de Tenerife, La Habana (Cuba), Nueva York (EE.UU.), Saint Malo (Francia) y Marín (Pontevedra).

Elcano, al mando del capitán de navío Alfonso Gómez Fernández de Córdoba, tiene una dotación de 23 oficiales, 22 suboficiales, 140 militares de tropa y marinería y cinco funcionarios civiles. Además viajan a bordo los 69 guardiamarinas que realizan parte de su cuarto y penúltimo año de carrera a bordo, donde cursan asignaturas especialmente dirigidas a su formación marinera y profesional.

LA VOZ DE GALICIA

La familia del cabo Gago aclara que el mando de la fragata fue expedientado

Durante el juicio, jefe de máquinas de la «Extremadura» defendió su proceder la noche de la explosión

a coruña / la voz
27 de julio de 2012 05:00


Pablo Varela, jefe de máquinas de la fragata Extremadura cuando en el 2005 se produjo una explosión que mató a dos marineros en la sala de calderas, fue absuelto de negligencia, pero el juez militar acordó abrirle un expediente disciplinario y no descarta una sanción administrativa. Así lo aclara la familia del entonces cabo Jorge Miguel Gago Chao, uno de los principales testigos de aquellos hechos.

Los padres del cabo Gago aseguran que su hijo «no es ni denunciante ni acusador, simplemente es un testigo más de los que aporta la acusación particular». Y dicen que su hijo nunca estuvo solo, que cuando vieron la «injusticia» que se pretendía cometer con él llegaron a crear una plataforma «para esclarecer la verdad en la fragata Extremadura». Recuerdan que consiguieron reunir 24.000 firmas de apoyo para evitar el encarcelamiento de su hijo en un penal militar.

Los padres del cabo Gago afirman que su hijo no está dado de baja de la Armada, sino que está «jubilado por acto de servicio». Y que cuando su madre se dirigió a la Reina en una visita a Ferrol, lo hizo como «una madre angustiada por lo que estaban a punto de hacerle a su hijo».

Conocido el fallo, el propio Jorge Gago mostró su satisfacción: «Significa para mí un reconocimiento a un deber cumplido. Demuestra que aquella noche no actuaron correctamente ni el jefe de máquinas ni el oficial de guardia, por no comunicar ni transmitir las novedades de urgencia que se estaban dando en el servicio de máquinas al comandante. Y que no se tomaron las acciones correctas ante la situación que se vivía aquella noche».

ABC

Arqueólogos buscan en Panamá los navíos del pirata Henry Morgan

El equipo ya ha recuperado varias piezas que pueden ser parte de la flota que perdió el filibustero en la zona del mar Caribe panameño


efe / madrid

Día 27/07/2012 - 01.39h

Un equipo de arqueólogos submarinistas estadounidenses continúa la búsqueda de los cinco navíos que perdió el pirata inglés Henry Morgan (1635-1638) en el mar Caribe panameño, en una expedición antes del ataque a la antigua ciudad de Panamá en 1671.

Los arqueólogos, procedentes de la Universidad Estatal de Texas, ya han recuperado seis cañones, varios cofres, una espada y barriles. Y se supone que son parte de la flota que perdió el filibustero inglés en un arrecife en la desembocadura del río Chagres, en la zona del mar Caribe panameño.

La búsqueda de los barcos perdidos, entre otros la nave insignia de Morgan, la «Satisfacción», comenzó en 2010 cuando los arqueólogos descubrieron y reflotaron seis cañones en la costa de la nación centroamericana.

Objetivo de la expedición

«Localizar sus naves perdidas, poder conservarlas adecuadamente y compartirlas con el público es nuestro objetivo final en este proyecto (...) Sus barcos están allí abajo y los vamos a encontrar», señaló hoy en un comunicado Frederick H. Hanselmann, arqueólogo submarino responsable del equipo. La misión de estos arqueólogos se realiza por tercer año consecutivo con el apoyo de una marca de ron.

«Un grupo de arqueólogos destacados ha regresado a la boca del río Chagres en busca de la flota del bucanero Capitán Henry Morgan», indicó la compañía de licor en un comunicado, en el que explicó que en 2011 se hallaron restos de un barco del siglo XVII que posiblemente sea uno de los navíos que Morgan perdió en 1671 en el arrecife de Lajas, en la desembocadura del citado río.

Uno de los trabajos del equipo de arqueólogos consistirá ahora en determinar el origen de los artefactos recuperados, «una espada, cofres, barriles de madera y múltiples sellos de carga», objetos que se encuentran bajo custodia del Patronato Panamá Viejo (Ciudad de Panamá).

Historia de los navios

Morgan reunió en 1670 la flota más grande en la historia del Caribe y puso sus ambiciones en la toma y saqueo de la Ciudad de Panamá, la más próspera entonces del hemisferio, recordó la compañía de ron.

En el viaje, su buque insignia y otros cuatro navío más encallaron en el citado arrecife, al pie del fuerte San Lorenzo, la base militar que custodiaba la entrada al río Chagres, la única vía de acceso marítimo a la ciudad de Panamá. Pese a la pérdida de estas naves, Morgan y sus filibusteros tomaron el fuerte, navegaron río Chagres arriba y, abriéndose camino por tierra a pie, tomaron, expoliaron y quemaron la ciudad.

jueves, julio 26, 2012

"Walking On The Moon"


The Police en 1983.

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26 de Julio de 2012


La firma de traspaso tuvo lugar el 19 de julio y no hubo ningún tipo de celebración, como era tradicional en el astillero de San Fernando


26.07.12 - 00:43 -
JAVIER RODRÍGUEZ jrodriguez@lavozdigital.es | CÁDIZ.

La botadura del Barco de Acción Marítima (BAM) 'Tornado' en marzo de 2011 reunió en el astillero de San Fernando a una selecta representación del Gobierno del momento. Al acto acudió la ministra de Defensa, Carme Chacón, la titular de Ciencia y Tecnología, que además fue madrina del buque, Cristina Garmendia, el presidente de la Sepi, Enrique Martínez Robles, y el consejero delegado de Navantia, Luis Cacho. Hasta entonces, cualquier acto de entrega o botadura de embarcaciones de la Armada española estaba acompañado de una cuidada ceremonia militar en el arsenal de La Carraca. El mismo protocolo tuvo lugar con el 'Meteoro', en julio de 2011, con el 'Rayo', en octubre del año pasado y con el 'Relámpago', en febrero de 2012, donde el nuevo ministro de Defensa, Pedro Morenés, hizo acto de presencia.
Sin embargo, la entrega a la Armada del cuarto BAM fabricado por Navantia en la Bahía ha sido más sobria. La discreción y el hermetismo ha sido tan grande, que ni siquiera hubo ceremonia de entrega. Este periódico ha podido saber que la recepción del 'Tornado' por parte de la Armada española se llevó a cabo el pasado 19 de julio en un acto privado donde se firmó la transferencia del barco al Ministerio de Defensa. Los recortes también se imponen en los actos protocolarios con la excusa de que no hay nada que celebrar. El astillero de San Fernando culminó la construcción del 'Tornado' la pasada primavera y desde entonces se aguardaba la firma entre la Armada y Navantia.
Los cuatro barcos de Acción Marítima (BAM) construidos en la Bahía forman parte de la primera fase aprobada en 2006 por el Gobierno de Zapatero. La construcción de estos buques ha supuesto casi cuatro millones de horas de trabajo y una inversión de 800 millones de euros. Las plantas de San Fernando y Puerto Real se encuentran en estos momentos paradas por falta de carga de trabajo. La dirección de Navantia aguarda ahora, por un lado, el resultado de las acciones comerciales realizadas en el extranjero para firmar nuevos contratos y, por otro, el desenlace de la segunda fase de los BAM que, aunque la autorizó el Gobierno socialista, nunca se aprobó su construcción. Este proyecto ha topado ahora con la política de recortes.
La firma de entrega del 'Tornado' coincidió en el tiempo con otros actos de la Armada en Cádiz. Así, el mimo día en que se transfería el barco a Defensa tenía lugar en el acuartelamiento del Tercio de la Armada de San Fernando la disolución de la Sexta Fuerza Expedicionaria de Marina en El Líbano. Este acto estuvo presidido por el almirante de la Flota, Santiago Bolíbar. Al día siguiente, la Armada también era noticia en Cádiz con la apertura en el Palacio de Congresos de la capital de la exposición 'La Armada Española', un acto que contó con la presencia de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, y del almirante de la Flota, Santiago Bolíbar. Ese mismo día llegó a la ciudad el buque 'Galicia' con los participantes de la Ruta Quetzal.

FARO DE VIGO

El HMAS "Canberra" viajará a Australia a bordo del gigante "Blue Marlin"

El buque de proyección logística construido en Navantia tardará dos meses en llegar a su destino


06:40

L.PIÑERO - VIGO
El transporte del HMAS Canberra, el mayor buque de proyección estratégica construido por el astillero Navantia y similar al Juan Carlos I de la Armada Española, se realizará finalmente desde Ferrol a Australia a bordo del transporte gigante Blue Marlin a mediados de agosto, según informa la Revista Española de Defensa.
La operación de carga, que durará nueve días, se desarrollará en aguas próximas al puerto exterior de Punta Langosteira, en A Coruña. Para ello está previsto que el buque de proyección estratégica, que será finalizado en el astillero australiano Bae System de Melbourne, sea remolcado desde Ferrol hasta el puerto coruñés para a continuación estibarlo a bordo del Blue Marlin.
Navantia, dentro del contrato con el Gobierno australiano, se encargó de construir el casco y la cubierta de vuelo del HMAS Canberra mientras que el astillero australiano se construirá el puente y se dotará al buque del armamento, el sistema de combate, la electrónica y se procederá a su habilitación interior antes de someterlo a las pruebas del mar.
La carga del HMAS Camberra en el Blue Marlin se decidió ante la imposibilidad de que el buque de proyección logística lo hiciese por sus propios medios, a pesar de que ya tiene instalada toda su maquinaria y equipos propulsores. Otra alternativa era su transporte a remolque, lo que se descartó ante el riesgo de inclemencias meteorológicas.
Para efectuar el embarque, el Blue Marlin sumergirá su casco, como si de un dique flotante se tratase, y procederá al embarque del buque militar. Antes de que la plataforma de transporte ascienda el buque será asegurado para que no escore durante el transporte. A pesar de las enormes dimensiones del Blue Marlin, la eslora del buque militar sobresaldrá 54 metros por popa.


martes, julio 24, 2012

Piratas y literatura. Cosas inventadas

Corto pero interesante artículo sobre la imágen actual (bueno, desde hace décadas) que tenemos de los piratas gracias a la visión literaria de Stevenson y otros autores del XIX:

http://www.papelenblanco.com/metacritica/mas-mitos-comunmente-creidos-de-la-literatura-bonus-track

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24 de Julio de 2012

FARO DE VIGO
 
España se plantea adelantar la salida de tropas de Afganistán

Morenés afirma que la decisión depende de si se cumplen las condiciones de seguridad en la zona


EFE/WASHINGTON
España podría adelantar la salida de sus tropas de Afganistán, prevista en su última fase para 2014, si para entonces se confirmase el cumplimiento de los compromisos adquiridos con los aliados y la seguridad en la zona.

Así lo anunció hoy en Washington el ministro de Defensa, Pedro Morenés, después de entrevistarse con el secretario de Defensa de EEUU, Leon Paneta.

Morenés señaló que España podría adelantar la salida de sus tropas si se pueden cumplir los compromisos y garantizar la seguridad e insistió en que todo dependerá de cómo evolucione la situación, mientras que por ahora se mantienen las fechas previstas.

El ministro español subrayo que este adelanto sólo se hará si se dan los tres pilares sobre los que se apoya la misión de Afganistán: "el cumplimiento de la misión, el cumplimiento de los compromisos con los aliados y la garantía permanente de seguridad de nuestras tropas".

El ministro compareció ante la prensa tras una visita a Washington de apenas 24 horas en la que se reunió con el secretario de Defensa de EEUU, Leon Paneta, en la que hablaron, entre otros temas, de Afganistán.

El ministro señaló que el calendario de salida de las tropas de la OTAN para finales de 2014 fijado en Lisboa y ratificado en Chicago en mayo pasado sigue vigente, con la salida del 10 por ciento este año, un 40 por ciento en 2013 y el 50 por ciento restante en 2014.

Por ahora se mantienen el calendario, afirmó. No obstante, en la zona que tiene España encomendada están "bastante adelantados" en su misión y, si eso se confirma, "podríamos revisar esa planificación", agregó.

España contribuye actualmente con 1.596 militares, la mayoría en la región de Badghis, a la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) de la OTAN.

Morenés indicó que están estudiando "permanentemente" la situación y, si se dieran las tres condiciones citadas antes de la fecha prevista, podría producirse ese adelanto del repliegue de las tropas españolas, sostuvo.

En cuanto al futuro apoyo de España después de 2014, en la cumbre de Chicago "se nos pidieron unos apoyos a ese post-Afganistán, el gobierno español no dijo que no, pero dijo que tendría que analizar su propia situación interna", indicó.

La OTAN ha solicitado 30 millones de dólares a España como contribución para financiar la fase posterior al repliegue militar de Afganistán tras 2014, pero señaló que la aportación de España "dependerá de nuestra capacidad financiera".

El ministro señaló que aunque la situación es difícil "somos corresponsables, hemos estado allí y sabemos lo que nos estamos jugando en Afganistán", pero "ya veremos en 2014 cuál es la situación".

lunes, julio 23, 2012

Primera reseña de "Los últimos años de mi primera guerra" en prensa escrita


Largamente ansiada, ya tengo mi primera reseña-crítica en prensa escrita. En concreto en la página 11 del suplemento de cultura de El Diario de Pontevedra, Sección “Anaquel dos libros” de ayer, 22 de Julio de 2012, a cargo de Tomás Ruibal, ¡que devoró las 600 páginas en nada!

Impresionante que llegue a decir que “es una novela que presenta a un autor con una visión personal y una capacidad de recrear los escenarios elegidos de forma convincente, llevando al lector con su protagonista, con sus tribulaciones y esperanzas y a la vez despertando su curiosidad por un episodio de la historia bélica del siglo XX.

:D

Aunque pesa bastante, he decidido escanear la hoja y subírosla (pinchad sobre la imagen).

También podéis leerla aquí.

¡Estoy muy contento!

¡Sigo también esperando vuestr@s aportes!

(Y gracias a Miguel por el favor!)

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23 de Julio de 2012

DIARIO BAHÍA DE CÁDIZ

La exposición ‘Armada Española, una inversión segura’, hasta final de mes

22/07/2012. Redacción

La exposición temática dedicada a la construcción naval con el título ‘Armada Española, una inversión segura’ se presentaba el viernes día 19 en el Palacio de Congresos de Cádiz, donde se podrá visitar hasta el 31 de julio, a unos pasos de la Gran Regata de Veleros que alberga el muelle a finales de este mes.

El Almirante de la Flota, Santiago Bolíbar, inauguró la exposición, acompañado por la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Al acto asistieron además autoridades civiles y militares, así como representantes del astillero de Navantia de Cádiz.

La muestra ofrece una profunda visión de la industria naval española desde una perspectiva histórica, económica y social y permite al visitante realizar un recorrido por la construcción naval, sus antecedentes históricos, la evolución en el diseño de buques, la industria actual, su impacto económico y los principales programas de construcción naval. En ella se muestran paneles, fotografías, modelos, maquetas, material diverso y audiovisual.

Esta iniciativa, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, responde al interés de la Armada de “dar a conocer y fomentar la importancia de la dimensión marítima de España no solo en el ámbito de la seguridad y defensa sino también en el campo económico, académico y cultural”.

“La inversión en medios navales militares facilita la expansión del comercio marítimo y sus dividendos provocan, a su vez, una expansión de todo el sector marítimo, comercial y militar”, se defiende.

La exposición, en el patio central del Palacio de Congresos gaditano, se podrá visitar entre el 20 y el 31 de julio en el horario de lunes a domingo de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas.

UNIVERSO CANARIO

Patrullero 'Rayo' de la Armada participa en la procesión marítima de Virgen del Carmen

por UniversoCanario/Agencias el 22/07/2012 a las 10:20 horas

El buque de acción marítima de la Armada, 'Rayo', participa en la procesión marítima que se celebrará con motivo de las fiestas patronales de la Virgen del Carmen, en Las Palmas de Gran Canaria.

Quizás le interese ... En concreto, la Virgen saldrá en procesión desde la parroquia de Nuestra Señora del Carmen del barrio de La Isleta, en la capital grancanaria, hacia el muelle Primo de Rivera donde embarcará, a las 19.30 horas, en el patrullero 'Rayo', según informó la Armada Española en nota de prensa.

Posteriormente, comenzará la procesión marítima por aguas del litoral de Las Palmas de Gran Canaria hasta la zona de la Fuente Luminosa, para desde allí regresar a su parroquia

viernes, julio 20, 2012

Hope Dworazcyk



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20 de Julio de 2012

ABC

El ministro español de Defensa promueve las exportaciones militares a Turquía

19-07-2012 / 14:20 h EFE

El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, se reunió hoy en Ankara con su homólogo turco, Ismet Yilmaz, en una visita que tiene como objetivo promover las exportaciones de material militar español a Turquía.

La posible adquisición de buques militares a la empresa estatal española Navantia fue uno de los puntos principales de la reunión, según fuentes del Ministerio español de Defensa.

La situación estratégica en el Mediterráneo Oriental y el futuro de la OTAN tras la pasada cumbre de Chicago (EEUU) fueron, según dijeron a Efe las fuentes, otros asuntos abordados por Morenés y Yilmaz, que no hicieron declaraciones tras la reunión.

Por su parte, el Ministerio de Defensa turco expresó interés en adquirir en España un buque anfibio similar al LHD "Juan Carlos I" de la Armada, construido por Navantia, que visitó Estambul el año pasado, así como fragatas TF-2000 y lanchas de desembarco.

Además, según esas fuentes, Morenés y Yilmaz conversaron sobre la posibilidad de que Navantia se encargue de construir los buques que necesita la Marina turca, dada la experiencia española en fragatas y destructores equipados con el sistema antiaéreo Aegis.

En este sentido, recuerdan que varias unidades de este tipo han sido ya vendidas a las Marinas de Noruega y Australia.

Los dos ministros analizaron, además, el conflicto en Siria, agravada tras la muerte ayer, en un atentado, del ministro de Defensa, el general Daud Abdelá Rayiha, y de su segundo, el general Asef Shauqat, que era también cuñado del presidente, Bachar al Asad.

Además de abordar la situación en Irán, Morenés también informó a su homólogo turco sobre los planes de retirar al 50 por ciento del contingente español que participa en la misión de la ONU en el Líbano antes de que finalice este año.

Sobre el futuro de la OTAN, los dos ministros analizaron las previsiones sobre la situación de Afganistán a partir de 2014, cuando está prevista la retirada de las fuerzas internacionales, y exploraron fórmulas para colaborar con las autoridades del país una vez que se haya producido el repliegue.

jueves, julio 19, 2012

Queen Greatest Hits I

Directamente, recomendamos todo el album. ¡Sin complejos!

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19 de Julio de 2012

ABC

Morenés viaja a Turquía para impulsar acuerdos de la industria de Defensa


Navantia espera coproducir con un astillero local un buque de guerra similar al «Juan Carlos I», el más grande de la Armada


ESTEBAN VILLAREJO
Villarejo / MADRID
Día 19/07/2012 - 09.42h


El ministro de Defensa, Pedro Morenés, se entrevistará hoy con su homólogo turco, Ismet Yilmaz, para abordar cuestiones bilaterales y posibles campos de colaboración en el ámbito de la industria de defensa. Todo ello después de rendir el protocolario homenaje en su mausoleo al padre fundador de la moderna Turquía, Mustafá Kemal Atatürk.

El Ministerio de Defensa turco tiene desde hace más de un año una oferta del astillero estatal Navantia para construir un buque de proyección estratégica, clase «Juan Carlos I» -el mayor buque de guerra que tiene la Armada española-.

En este sentido, fuentes de Navantia aseguraron ayer a ABC que este año Turquía tiene que decidirse por una de las ofertas que tiene sobre la mesadespués de que hiciera pública su intención de hacerse con un mega-buque de guerra, similar al español.

Ya el año pasado el «Juan Carlos I» estuvo atracado durante unos días en el puerto de Estambul para que las autoridades turcas pudieran comprobar «in situ» sus características.

Navantia acude al concurso de la mano del astillero turco Sedef, en contrato de coproducción, y el buque de guerra se construiría en todo caso en suelo turco. Un negocio que se ve desde Navantia como «una puerta de entrada al mercado boyante turco de la industria de Defensa».
También fragatas F-100

Turquía también planea adquirir en los próximos años al menos cuatro fragatas con sistema Aegis, como las F-100, clase «Álvaro de Bazán». Un pedido que podría llegar finalmente a doce unidades. Dichos buques de guerra, con tecnología Aegis, solo son construidos por los astilleros españoles de Navantia, los estadounidense y japoneses.

El sistema Aegis es el requerido por el nuevo sistema de defensa antimisiles de la OTAN, el denominado «escudo antimisiles» del que también participa Turquía.
 
Un iceberg dos veces el tamaño de Manhattan se desprende en Groenlandia

Un satélite de la NASA ha captado las impresionantes imágenes de la ruptura del glaciar


reuters / Washington

Día 19/07/2012 - 10.20h

Un iceberg de un tamaño equivalente a dos veces la isla de Manhattan se ha desprendido del glaciar de Petermann en Groenlandia, lo que podría acelerar el deshielo en las aguas del norte. Esta es la segunda vez en menos de dos años que de este mismo glaciar se ha desprendido una monstruosa isla de hielo. En 2010, se rompió otro gran pedazo que acabó en el mar

La última ruptura ha sido captada por el satélite Aqua de la NASA, que pasa por encima del Polo Norte varias veces al día. «En esta época del año, siempre miramos el glaciar Petermann», dice Trudy Wohlleben, del Servicio Canadiense del Hielo, organismo que ha controlado el fenómeno, ya que puede generar grandes témpanos que invadan las rutas marítimas del Atlántico Norte o las plataformas petroleras en los Grandes Bancos de Terranova. El gran iceberg de 2010 hizo exactamente eso, pero no causó daños.

Las imágenes de la NASA muestran la ruptura del iceberg, desprendido de un río de hielo flotante llamado lengua de hielo, que forma parte del glaciar Petermann, anclado en tierra. También se observa el movimiento descendente a lo largo de un fiordo en la costa noroeste de Groenlandia. La grieta en el hielo se había identificado ya en 2001, pero el lunes una grieta era evidente.
Un cubito de hielo en un vaso

El pasado martes, el satélite descubrió una brecha más grande entre el glaciar y el iceberg, y observó que los trozos de hielo más abajo se estaban separando. «La extensión flotante (del glaciar) se estáaba derrumbando», dice Eric Rignot, de Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en un comunicado. «No se trata de un colapso, pero sin duda es un evento significativo».

El movimiento de esta enorme cantidad de hielo en aguas abiertas no tendrá un impacto inmediato en los niveles del mar, ya que el hielo ya era parte de una plataforma que estaba junto a la tierra pero que se extendía sobre el agua, al igual que un cubito de hielo que se derrite en un vaso de agua no eleva el nivel de agua en el vaso.

Los investigadores creen que el cambio climático es un factor importante en el estado actual del glaciar Petermann.

LAINFORMACIÓN

Española Navantia busca contratos en Venezuela para vender buques de guerra


18/07/2012 11:13 | lainformacion.com

La empresa española Navantia busca nuevos contratos en Venezuela para la construcción de buques patrulleros destinados a la Armada de ese país, según informaron fuentes próximas a las negociaciones.


Madrid, 18 jul.- La empresa española Navantia busca nuevos contratos en Venezuela para la construcción de buques patrulleros destinados a la Armada de ese país, según informaron fuentes próximas a las negociaciones.

Aunque oficialmente Navantia no ha querido hacer ningún comentario, las fuentes consultadas por Efe señalaron que la empresa de construcciones navales envió una delegación a Venezuela para conseguir nuevos contratos con el Gobierno de Hugo Chávez, similares a los que se firmaron en 2005.

Esos acuerdos dieron como resultado la venta a la Armada venezolana de ocho patrulleros, cuatro de vigilancia del litoral y otros cuatro oceánicos, destinados al control de la zona económica exclusiva, por valor de 1.200 millones de euros.

Las mismas fuentes señalaron que la oferta de Navantia en esta ocasión podría alcanzar la misma cifra de buques, dependiendo de las necesidades venezolanas.

Hoy, el ministro español de Defensa, Pedro Morenés, defendió en el Congreso de los Diputados la venta de material y equipamiento militar a Venezuela.

Morenés admitió los problemas existentes con la venta de equipos militares a ese país que contengan componentes estadounidenses.

Las autoridades de Washington impidieron en 2005 la venta a Venezuela de doce aviones de transporte fabricados por EADS-CASA, al negar el permiso para la utilización de distintos equipos de las aeronaves fabricados en Estados Unidos.

miércoles, julio 18, 2012

Viendo "Juego de Tronos"


A los fenómenos literarios me gusta encontrarlos cuando todavía no lo son o, cuando han alcanzado el estrellato con apoyo de crítica y público, ya han transcurrido tantos años que se los puede denominar como clásicos (con o sin comillas, no quiero ofender a nadie). Tampoco me va el tema de ponerme a leer obras que han pasado desapercibidas a mis ojos porque hayan realizado alguna fantástica y premiada adaptación, tanto a la gran pantalla como a su hermana pequeña. Las razones son obvias para mí. No quiero dejarme arrastrar por una marea caprichosa, llena de algas desprendidas del fondo que se entrelazan en tus miembros amenazando con ahogarte. Esto me sucedió, de algún modo, con “El Señor de los Anillos” que, al final, acabé medio renegando de la historia y hasta asqueado, sobre todo por algunos fans con los que me topé y con los que hice migas para luego arrojarlas sin miramientos por un precipicio.

Pues ayer, a bombo y platillo, los muchachos de A3 nos estrenaron en abierto y sin disco con agujero, esa adaptación de la megalítica saga de George R. R. Martin que todo el mundo la llama “Juego de Tronos” de forma generalizada, cuando en realidad es “Canción de hielo y fuego”. Por lo que habréis deducido, ni he paseado mis ojos más allá de sus cubiertas y, si alguna vez cruzo esa frontera, será dentro de mucho.

Bueno, mi intención primitiva, aunque no parezca reflejarse mucho en el texto, es hacer una reseña del capítulo (casi entero) que me ví. Tras un comienzo interesantísimo en esos bosques helados que casi te hacía pensar en una película de género de terror enmarcada en la Edad Media, se pasó a una tediosa cadena de escenas mil vistas en cualquier serie de “familias” que únicamente se “amenizaba” con algún exabrupto y algunas buenas domingas al aire. Me pareció lenta, pesada. Vamos, una cura para el insomnio, porque no paré de bostezar. A pesar de todo lo que prometía el comienzo, me di cuenta de que sentía lo mismo que con los trailers: No me transmite absolutamente nada.

Quizás es que sea yo el raro. No lo niego. Quizás lea los libros y me encanta. Vete tú a saber. Pero ni me quedé, por supuesto, a ver el segundo capítulo (para variar en España, damos sesión doble y destrozamos aún más las series… Luego que se piratea, etcétera, etcétera) por que ya aguantar hasta donde aguanté, las 2330 horas, me pareció toda una hazaña.

Lo dicho, que no es mucho, lo reconozco.

¡Sean Bean siempre será Boromir!

Lectura de 18 de Julio de 2012 a las 1200 horas


  • Barómetro: 755,5 (Variable). Despejado.
  • Termómetro: 23º
  • Higrómetro: 43,5%

18 de Julio de 2012

ABC

«¡Los embarcamos! ¡Todos a bordo!»

Esta es la historia de cómo los militares españoles de la fragata «Almirante Juan de Borbón», gracias a la heroica decisión de su comandante, salvaron hace un año 114 vidas y cambiaron la suya para siempre

álvaro calleja / ferrol
Día 18/07/2012 - 10.21h



El 10 de julio de 2011, los 234 tripulantes de la fragata «Almirante Juan de Borbón» desayunaron churros. Dieciocho días antes, habían partido de Rota para dirigirse a la misión «Protector Unificado», un embargo marítimo establecido por la OTAN para evitar la entrada de armamento y personal sospechoso a Libia, país entonces inmerso en plena guerra.

Aquel día el comandante Ignacio Céspedes estaba contento. Su fragata, la F-102, de la clase Álvaro de Bazán, había abordado ya a siete mercantes y el ritmo de trabajo de los españoles estaba siendo el mejor de toda la Alianza Atlántica; su barco, de hecho, se convertiría semanas después en la unidad de la OTAN con más abordajes e interrogatorios realizados. La misión no podía ir mejor, y por eso el comandante y su tripulación disfrutaron especialmente de aquellos magníficos churros.

Después de desayunar, el comandante asistió a misa en la sala de reuniones del barco. Estaba en silencio, sentado en su silla, cuando alguien le tocó el hombro. Tenía que acudir inmediatamente al Centro de Información y Combate, el cerebro del barco, una sala en penumbra, repleta de monitores, para investigar un imprevisto de suma importancia. La «Almirante Juan de Borbón», le dijeron, debía cambiar su rumbo. A cien kilómetros de su posición había un cayuco con 114 personas a bordo que llevaba cuatro días a la deriva. Un remolcador chipriota lo había encontrado y había lanzado la voz de alarma.

El cabo primero Raúl Padilla, del equipo de navegación del puente, supervisó el camino a tomar para interceptar el cayuco. Tras hacer unos cálculos, recomendó la máxima velocidad de treinta nudos para llegar a tiempo. Aquella, pensó, era una extraña misión; la OTAN no había ofrecido ningún tipo de instrucciones.
Varios abordajes

El segundo comandante de a bordo, el capitán de fragata Jorge Hernández, relata los hechos con seriedad. Localizar ese esquife fue complicado. Lo recuerda con voz disciplinada y una mirada precisa, como de teleobjetivo. Tras cuatro horas de navegación lograron interceptar el esquife, un pequeño bote azul carcomido por el salitre y medio hundido por el peso de 114 personas. Cuando llegaron, los náufragos achicaban agua, y la «Juan de Borbón» decidió soltar dos zodiacs para abordar la embarcación. Allí había mucha gente, demasiada. Los españoles abordaron el bote en varias ocasiones. Llevaron consigo bollos, galletas, agua… El sargento primero de Infantería de Marina y lingüista de la misión, José Manuel Vara, presente en todos loscontactos, acabó asombrado de la situación de aquella gente. «Cuán desesperados deben de estar para meterse en esta tesitura», pensó. El infante, veterano en tierra y mar, fue el soldado con más experiencia en la misión. En total, estuvo cinco meses embarcado. Junto a él, el brigada José Javier Romero Carrillo, encargado de las maniobras o «faenas marineras» del barco, sostenía en ese momento a un niño enfermo de hidrocefalia. El rostro del contramaestre, amable y bonachón, se dirigió al bebé. Por primera vez en su vida sintió pena por un emigrante. «Antes me daba lo mismo. Lo veía por la tele y decía: bah, estos déjalos, tanta patera aquí en España, que se vayan a su país todos».

Mientras, Héctor Piñeiro, capitán de Intendencia de la fragata, permaneció atento a las necesidades de los náufragos. Piñeiro, un marino de Ferrol con trece años en la Armada, tenía uno de los cometidos más importantes de la misión: era el encargado de la comida. Como responsable del servicio económico y de aprovisionamiento, sabía que 114 personas más a bordo era algo insostenible. Por eso pidió a Malta, Túnez e Italia —los países más cercanos— poder adquirir los víveres necesarios en puerto. Pero ninguno hizo absolutamente nada. En realidad, todo el mundo guardó silencio.

Se hizo de noche sobre las aguas libias, y en su soledad, Piñeiro organizó y apuntó. Acechó a los náufragos durante toda la oscuridad. Quizás pensando que aquel contratiempo era cuestión de horas.
Completamente solos

«Mi comandante, esa embarcación está a punto de hundirse». Ni las agencias civiles ni los organismos internacionales habían respondido al socorro, y ya no cabía esperar nada de ellos. Estaban completamente solos.

El día anterior, el comandante y el Segundo habían decidido no embarcar a los 114 emigrantes (refugiados libios), ya que no podían proclamar una emergencia SOLAS (Safety of Life at Sea), el tratado internacional que regula qué hacer en estas situaciones. «No les podíamos subir, no sabíamos quiénes eran. Encontrarse un cayuco en la mar no significa que les puedas embarcar a bordo. Además, los barcos de guerra no estamos ni preparados ni adiestrados para recibir inmigrantes», comenta Hernández. A lo que el comandante añade: «Aunque la OTAN es sensible al problema de la inmigración, se debe tener en cuenta que es una organización para la defensa y la seguridad. La OTAN no es una ONG». El comandante, un marino de Madrid especialista en armas submarinas, había sido antes capitán de Corbeta y había participado, entre otras misiones, en la operación «Active Endeavour» de la Segunda Guerra del Golfo. En toda su carrera, no tomó ninguna decisión tan relevante como la que iba a tomar en ese momento: «No puedo dejar que pese sobre mi conciencia el que haya dejado morir a toda esta gente. ¡Jorge, los embarcamos! ¡Todo el mundo a bordo!».
La voz del zafarrancho de combate se extendió por todo el barco. «¡Preparación del buque para recogida de inmigrantes!», bramó el megáfono. En apenas tres minutos la tripulación ocupó sus puestos. El equipo de acogida preparó mantas, guantes y toallas; el de seguridad se organizó para vigilar la llegada de los nuevos tripulantes; el equipo sanitario se dispuso para los primeros cuidados y los de hostelería subieron víveres. Se pasó la información al puente del barco. «Estamos listos». La fragata era ahora, más que nunca, una fortaleza.
Precauciones militares

En uno de los alerones, la cabo primero y artillera Elisabeth García permanecía vigilando «como Rambo», precisa. Con su cuerpo ancho, robusto, su coleta rubia y su collar de perlas, «Betty» era la encargada de abrir fuego de intimidación contra los mercantes abordados. Para ello empleaba una ametralladora MG, que utilizaba solo «para meter miedo». Si el contramaestre Romero movía barcos, Betty los paraba.

Con todo el mundo preparado, se bajó la escala real, por la que subieron los cansados inmigrantes. Un contingente de infantes de Marina los recibió en cubierta. Tenían que estar prevenidos ante cualquier peligro. Eran una flota militar, y debían tomar precauciones militares.

Al ver llegar a los exiliados, la primera reacción de Héctor Piñeiro fue de egoísmo. Sabía de sobra que, después de 18 días de navegación, solo les quedaban víveres para una semana. «¿Pero esto quién lo paga?», se preguntó. Planeó cuántas toallas se usarían y llamó a los ocho cocineros del barco. Había que hacer menús para árabes, les dijo. Nada de cerdo. Macarrones con arroz. «No hubo ni una queja. Y eso que la tripulación sufrió. No se podía hacer deporte sobre cubierta, los baños estaban llenos y todos comieron menos. Tenemos gente excepcional. Los españoles improvisando somos muy buenos», recuerda Piñeiro.

La tripulación dobló su trabajo. Funcionaron como un mecanismo, como una falange. En una fragata, todo está previsto, menos qué hacer en caso de alojar a 114 náufragos en plena guerra y sin que ningún país quisiera hacerse cargo de ellos. Durante la noche del día 11, Vara acompañó a los refugiados hasta la cubierta de vuelo, a donde fueron desplazados todos bajo la atenta mirada de los infantes de marina. Los refugiados no dejaban de preguntar por sus seres queridos. Según averiguó el lingüista, unos 125 familiares habían sido abandonados días antes en una plataforma petrolífera. Estaban preocupados, y Vara era su máximo confidente. «Los supervivientes eran un grupo muy diverso —recuerda el infante—. Seguramente ahí había mercenarios, gente que había hecho cosas que noestaban bien. Había familias. Algunos pagaron por un sitio en el cayuco (hasta 500 dólares). Otros no. No es un grupo que dijera: “vamos a embarcar”. Se encontraron todos ahí, el destino los puso juntos en ese barco, y terminaron en medio del Mediterráneo frente a la Juan de Borbón». Algunas veces, rememora también, los refugiados perdían la paciencia. Entonces Vara les repetía varios mensajes. «Ellos tenían que comprender que no éramos una unidad de rescate, sino que éramos un buque de guerra. Y que todos estábamos haciendo un grandísimo esfuerzo por ellos. Y que debían ser pacientes. Siempre les dije que les habíamos salvado la vida. Y que éramos españoles. Y que eso no se les olvidase nunca. Les habíamos salvado la vida».

Un grupo de militares, con Raúl Padilla y J. J. Romero, montó unos toldos para los exiliados. Otros se ocuparon de ducharlos. El sargento condestable Alejandro Freire recuerda además cómo algunos se quitaban una camiseta y se quedaban con otras dos encima. «Qué desgracia, verse abocado a meter tu vida en una bolsa de plástico…». Los militares recolectaron ropa en todos los camarotes. Así, sus camisetas de «Racing de Ferrol» y «Festa do Cocido» fueron para los recién llegados. Mientras, la cabo Beatriz Taboada se decía a sí misma que era una auténtica marina, y que nunca cambiaría pañales. Pero acabó haciendo biberones y organizando juegos para los seis niños de a bordo. «Yo era de las que decía: una patera, otra más… ¡Venga, pa España! Ahora los miro de otra forma. No los juzgo. Nunca sabes si te va a tocar a ti. Esta gente traía su vida en una bolsa de basura».
SEGUNDA PARTE: DIARIO DE A BORDO

Los 40 militares de la fragata se volcaron con los niños. Betty (o Rambo) elaboró unos sonajeros con unas botellas de agua llenas de arroz. También diseñó unos peculiares peluches con esparadrapo y una fregona, que hacía las veces de una melena rubia. «Las muñecas daban un poco de miedo a los niños, y no tuvieron mucho éxito. Los sonajeros, sí», recuerda el Segundo, Jorge Hernández. Pero Betty estaba feliz por poder ayudar. Dejaba por unas horas su ametralladora y, en su tiempo de descanso, se dedicaba a hablar con los niños y a regalarles juguetes. «Si me pasara algo así me gustaría que alguien me ayudara», dice.
Los niños, protagonistas
Un día, las madres musulmanas se quedaron sin papillas, y el comandante envió un helicóptero a Malta para comprar pañales y potitos en una farmacia. «El helicóptero salió. Y en mitad de la cubierta, veías un tendal, que la gente que lo viera diría: ¿pero eso es un buque de guerra o qué es?», recuerda Taboada. «Vi a una niña de cuatro meses que comía pollo y macarrones. Esas historias de farmacias, con la gente preocupada por no tener leche o papilla... ¡Dale macarrones!».

Una de las niñas de a bordo era Precious (Preciosa, en español), especialmente querida por los miembros de la dotación. Los españoles la rebautizarían como «Machaco», pues repetía siempre la palabra que gritaban los militares cuando jugaban a los dados: «¡Yo te machaco!». El cabo Padilla, como sus compañeros, estaba encantado con esta niña de ojos enormes.

En una ocasión, una de las refugiadas musulmanas se aproximó con su hijo al cabo Padilla para ofrecerle algo. «For you, for you!», le repitió. Padilla llamó al lingüista, José Manuel Vara. «¿Qué quiere?». «Dice que el niño va a estar mejor contigo», le contestó. El cabo primero no se lo podía creer. Está casado con una guardia civil y lleva intentando adoptar un niño desde hace tres años. El matrimonio espera conseguir un niño etíope para antes de diciembre. Por eso, en aquel momento Raúl Padilla estaba especialmente desconcertado. «Para que una madre dé a su hijo sin pedir nada a cambio… Si pudiera arreglar los papeles sabe Dios que me lo quedaba. Pero no podía hacer nada».
«Eran gente como nosotros»

«Me encantan los niños». La cabo segundo de administración, Begoña González, preparó todos los días biberones sobre la cubierta tras ocupar su puesto de vigilancia interior del barco. «Soy demasiado sensible, y me da rabia… No teníamos que habernos involucrado tanto con los niños… Ante todo soy militar», sostiene González. «Pero lo volvería a hacer, y les ayudaría aún más», acaba confesando. «Los 114 emigrantes no era gente que no tuviera donde caerse muerta. Eran como nosotros, que un día tenían su trabajo, su casa, su vida, y que de repente se vieron escapando de la guerra».

La fragata solicitó a los países más cercanos entregar a los emigrantes. Los víveres escaseaban. El comandante y su equipo de oficiales buscaron en libros de derecho y se estudiaron los tratados internacionales. Mediante esta técnica, ya habían conseguido enviar a Malta al niño con hidrocefalia y a su familia, a un hombre enfermo y a una mujer a punto de dar a luz. Todo fueron emergencias. Pero, ¿y los restantes? ¿Acaso su situación no era urgente? «La vida no vale nada. A la gente le da igual. Nadie quería a esas personas. Era un: ¿dónde las dejo: aquí, aquí, aquí…? Podías ir preguntando que todo el mundo te iba a decir que no», apunta la cabo Taboada.
«¿Podemos rezar hacia el Este?»

Llevaban ya cuatro días de convivencia, y uno de los musulmanes se acercó a Vara. «Queremos rezar hacia el Este. ¿Podemos?». El comandante Céspedes asintió. Los musulmanes se lavaron y, en la popa, desplegaron sus alfombras en dirección a la Meca. «Bi ism allah al rahman, al rahim» (en el nombre de Dios, el misericordioso, el compasivo), decían.

Los cristianos, durante el orto, también hacían su oración. Reunidos en la cubierta de vuelo frente a un horizonte rojo y sangrante, los fieles escuchaban las palabras de quien parecía ser el líder, un nigeriano laico, mayor y esbelto. Todas las mañanas llamaba a su «rebaño» con una canción. Un salmo cantado, quizás. «¡Venid, acercaos…!». «Te damos gracias, Dios, por estar aquí. Te damos gracias por la Armada española. Te pedimos por los que no han podido venir. No nos abandones. Eres lo único que tenemos. Perdona a los que nos han hecho daño, a los que matan en la guerra». Muchos marinos no creyentes se acercaron a escuchar. Algunos lloraron. «¿Queréis creer en Dios? Miradle», les decía Héctor.
Día 16: despedida

El día 16, la OTAN contactó con la fragata española. «Podéis llevarlos a Túnez», anunció. El buque, entonces, hizo una especie de «zafarrancho» al revés. La cabo Taboada corrió a por galletas, bollos y camisetas, y llenó los bolsillos de sus huéspedes. Después lloró como un niño pequeño. La cabo segundo González no quiso despedirse, y corrió adonde no pudiera ver el adiós de «sus» niños. El brigada Romero, por su parte, les acicaló por última vez. El comandante, para evitar riesgos, no reveló el destino a ninguno de los emigrantes.

El remolcador tunecino, su pasaje de vuelta a África, ya estaba a la vista. Vara alineó al grupo de exiliados y les pidió calma. «Ahora bajaréis por una pasarela hasta la zodiac y después embarcaréis en otro buque», les anunció. «Y por favor, no olvidéis nunca que este barco os ha salvado la vida». Todos se mostraron agradecidos. «Es muy emocionante», relata Vara, «cómo te abrazan, cómo te chocan las manos, cómo te miran. Sobre todo emocionan las miradas». Los emigrantes enfilaron la pasarela. «¡Gracias, gracias!».

Y desaparecieron.
Era el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, cuando los españoles, sin ayuda de los organismos internacionales, lograron entregar a los inmigrantes y dar por cumplida su labor (que no su misión). En cubierta se celebró una misa de gala y una procesión con la imagen de la patrona de los marinos. «Todos nos sentimos orgullosos de la misión. Y como comandante, ha sido un honor ayudar a estas personas». Ignacio Céspedes Camacho no se cree un héroe. Nadie de la tripulación se considera como tal. «Lo importante es la respuesta unitaria y solidaria que tuvimos todos. Demuestra lo que es el pueblo español». Luego sonríe con astucia, después de mantener una seriedad que parece haberle sido impuesta por su condición, pero que en nada corresponde a su personalidad dicharachera y alegre. «Yo lo tengo claro. Esto lo ha resuelto la Virgen».

Rescatar a aquellos 114 emigrantes, sabe, no era su misión, pero se siente realizado por su iniciativa. «Ha sido un orgullo mandar al grupo de hombres y mujeres de la Almirante Juan de Borbón. Para la tripulación ha sido un honor haber participado durante más de tres meses en una operación real, ayudando al pueblo libio a encontrar su libertad».

Luego se encoge de hombros, sin falsa modestia, a tan solo medio metro de una de las muñecas guardadas en su camarote, recuerdo de los niños que embarcaron en la fragata. «Solo cumplimos con nuestro deber…». Su mirada franca revela que no miente. Pero que tampoco dice toda la verdad.

martes, julio 17, 2012

Crónica de un viaje y de una presentación


(Nota: si pincháis en las imágenes, las veréis muchísimo más grandes)

Pasaban ya varios minutos de las 1430 del día 10 de Julio de 2012. El reloj marcaba la hora fijada en el billete de tren que, durante semanas, había permanecido tranquilo en el salón de mi casa, junto a los correspondientes para regresar a Pontevedra,

Con la incertidumbre de si la locomotora híbrida, recién estrenada para el trayecto hacia Madrid, nos otorgaría o no 15 minutos extra de fama y el “lujo” de compartir páginas de periódico como ya disfrutó la pareja de ancianos que iba justo en el banco de atrás nuestro, iniciamos la marcha. La sombra de que la máquina nos dejara tirados en alguna parte no identificada de Zamora, -en andenes olvidados y completando el trayecto a bordo de autobuses fletados por RENFE y a reventar de cerebros y bocas que solo hablaban de reclamaciones-, giraba a nuestro alrededor como una bandada de buitres.

Nietos con fotografías recortadas de páginas de periódicos firmadas por sus abuelos... Reírse por no llorar.

Tras cubrir la distancia hasta Vigo y desandarla para recoger a más viajeros en Redondela, comenzó el viaje en sí. Las rías y las pequeñas calas quedaron pronto atrás. Montes sinuosos se alzaban ante la cabecera del tren, que se hundía en mil y un túneles. Los bosques se arremolinaban salvajes a nuestro alrededor, en precipicios, y mostrando largas cicatrices creadas por los necesarios cortafuegos; anchas franjas desforestadas que competían con extrañas estructuras que se perfilaban en el horizonte y que eran imposibles de identificar. Aún seguíamos en la insufrible Orense. Fueron tres horas de viaje para abandonar Galicia.

Los paisajes se vaciaron de la presencia del hombre. Solo la vía era capaz de encontrase con estaciones y andenes, algunos en activo, la mayoría abandonados y en ruinas. Huesos de un esplendor pasado que se hizo constante hasta el mismísimo final del viaje. Me sentía como caminando junto con la Compañía del Anillo. Ventanas tapiadas y paredes pintarrajeadas. Techos caídos y viejos semáforos devorados por la grava, como si fueran manjar de arenas del desierto del Tiempo. Surtidores de agua para locomotoras de vapor se mantenían firmes como momias de centinelas en puestos que no aparecen ya ni en los mapas.

Colinas bajo la sombra de cúmulos libres que engañaban a los ojos, haciéndoles creer que allí había el fuego había sembrado el miedo, se hicieron constantes.

Con cada minúsculo pueblo que dejábamos atrás, los tejados se iban tiñendo de negro pizarra hasta que llegamos a la espectacular Puebla de Sanabria. 


 
Tras haber dejado atrás bosques y formaciones rocosas que recordaban a fortalezas medievales y murallas inexpugnables; dejando a nuestra estela extraños árboles desprovistos de hojas, que brotaban de la dura tierra como dedos de una gigante mano esquelética, llegaron ellos: molinos de viento, blancos y espigados, se elevaban sobre las colinas. Pero pronto llegó el fin de su reinado.

Castilla comenzó a desbordarse a ambas orillas, mientras continuaba la sangría de ruinas mezclada con fábricas y naves industriales que formaban islas en medio de un mar amarillo. Algunos recuadros verdes resistían con la ayuda del regadío, un sistema nada propio de estas latitudes.

Las horas pasaron. El sol jugaba a clavarse en los ojos del observador. Hacía ya un tiempo que Toro había quedado en el recuerdo. Comenzaba a anochecer y los de RENFE nos liberaron de la tortura de entretenimiento que supusieron la película “Paul” y la de ese tipo del Zoo que habla con los animales.

Me había escuchado entero el disco de música clásica, bandas sonoras y jazz, pero me daba igual. Hubo un momento, en plena luz de campo castellano, que las notas de Hans Zimmer llegaron a impresionarme. La soledad del paisaje, con algún árbol que cortaba la inmensidad, acompañaba a la perfección la pieza musical.

Contemplaba el paisaje al atardecer, disfrutando ya de toda la velocidad que podía generar la máquina. El terreno llano se extendía hasta el infinito, sereno, hasta que se topó con la abrupta formación de la Sierra de Madrid. Todo allí anunciaba la pronta llegada. Incluso sentir el doloroso y último taponamiento de oídos adecuándose al nuevo y último cambio de altitud.

Los cuatro rascacielos de la capital se recortaron, finalmente, de forma mágica y la estación de Chamartín nos daba la bienvenida entre las sombras y bajo el manto de la intimidad de una noche arrogante.

Eran las 2145 horas.

Deseaba mover las piernas, pero también llegar al hotel y descansar... O eso creía. El taxi volaba por La Castellana. Fugaces visiones de lugares más que conocidos a través de la televisión, me llegaban desde el otro lado de la ventanilla en una retreta calurosa (demasiada para alguien del Norte y que tenía una presentación a la tarde siguiente).

No podía dormir. Sudaba sin parar y solo cuando se desplomaron las temperaturas, hacia las 0600, pude hundirme en el mundo silencioso hasta que sonó el despertador. Ya eran las 0800. Curiosamente no me encontraba falto de sueño, más comencé a lamentar no haber podido repasar en el tren lo que había preparado para el evento. El traqueteo me permitió comprobar que sufría el mismo mal cuando trataba de leer en un autobús: me mareaba irremediablemente.

Ya me daba igual.

La ciudad esperaba al otro lado de los anormalmente cálidos pasillos del hotel. Una ciudad que en cada esquina me recordaba intensidad a mi Bilbao. Lo mismo daba el barrio de Salamanca que la Gran Vía y sus calles adyacentes.

Acompañados con una botella de litro y medio de agua bien fresca, eché en falta la cercanía del mar.

Saltamos al asfalto y me mosqueó pasar por delante de la librería donde sería la presentación y que no hubiera ni un triste cartel anunciándolo. Decidí no preocuparme y seguí mi camino. Primera y principal parada tras dejar atrás la Puerta de Alcalá y Cibeles: el Museo Naval.


 
Esperando a que abrieran (nos presentamos con casi media hora de adelanto), decenas de manifestantes de la minería pasaban a nuestra vera, junto a una excursión de un colegio alemán que acabó tomándonos la delantera en esto de pasar la puerta del museo y el detector de metales.

Una hora y más caminamos por aquellos recovecos y salas repletos de Historia y objetos extraordinariamente hermosos. Un sueño más cumplido. Un recuerdo para guardar y, lo mejor, es que ¡se podían sacar fotografías! Ciento y pico recogieron mi vieja SONY.













Por supuesto, tras salir del museo, había que perderse en las calles del capitán Alatriste, o lo que quedaban de ellas, como esa esquina de San Ginés con una librería que te transportaba a otra época.

¿Preguntáis si me compré algún recuerdo de Madrid? Pues sí, pero para nada algo “típico”: una moneda de Felipe IV, acuñada en 1633, adquirida en una tienda numismática de la Plaza Mayor... Tras tantos años sin poder dedicar un céntimo a mis aficiones de coleccionista, me pareció un pecado desperdiciar la oportunidad.

Seguimos caminando un poco más.




 

Fue una pena que no quisiéramos tentar a la suerte con la capacidad de nuestras entrenadas piernas. Estábamos ya a un par de calles del Palacio Real. Sí, una pena, aunque lo que nos rodeaba era magnífico de por sí, en una ciudad abierta como esa; por no decir que los estómagos, que echaban en falta su acostumbrado desayuno que aquella mañana había desaparecido inexplicablemente, rugían por el Menú del día en Cañas y Tapas de calle Victoria, donde me clavaron 1,40 € por un café solo que fue, lo confieso, el mejor que he bebido en toda mi vida.

Tras saciarnos y poder ser testigos de cómo, en la mesa de al lado, cuatro viejetes (tres mujeres y un hombre) devoraban media carta a pesar de que sus estómagos eran “delicados” y su preocupación máxima eran los análisis de colesterol y triglicéridos, salimos de nuevo al sol. Sin quitarnos de la cabeza la imagen de cómo conquistaron aquel cuarteto de aventureros una fuente de ibéricos y quesos, una cazuela repleta de croquetas y otra de salmorejo, huevos estrellados y aún estaban dispuestos a por varios platos más, incluidas unas buenas morcillas de Burgos, hicimos la digestión de vuelta al hotel, que estaba al lado de la librería, con una ensalada mixta y una pechuga de pollo a la plancha. Nos cruzamos en el tornaviaje pedestre con los aromas del Museo del Jamón mientras cargábamos con objetos comprados en el Museo Naval y una tienda japonesa en c/ Barquillo, además de con la lotería de Doña Manolita. Desandamos el camino no pudiéndome resistir en variar un poco la ruta y pararme a fotografiar el palacio de Linares, recordando a Raimunda.





 

Quedaba tiempo de sobra. La comida desapareció. Una larga ducha templada me calmó en parte y dejé el polo del Juan Sebastián Elcano a un lado para enfundarme en un atuendo más formal.

El reloj, una vez más, volvía a jugar a ir más lento. Las 1830 sonaron al fin y decidimos presentarnos en la librería tras haber visto capítulo y medio de “Bones”, harto repetidos.  También para ver si estaba todo preparado, y eso parecía. Allí ya estaba Pepa, acompañada de su paciente hijo, y algunos amigos más que permitieron que mi nerviosismo no me condenara como si fuera un ancla flotante. Tras la introducción realizada por Alberto, mi editor, en la que se describieron ciertos puntos de mi propia novela que le convencieron de que merecía la pena publicarla, me quedé en blanco en un par de ocasiones por culpa del miedo que galopaba a mi vera. Un miedo por no dejarme nada tras, aunque buena parte de lo que dije fue improvisado. Por suerte, no parece que lo acabara haciendo tan mal al final y, con la ronda de preguntas en petit comité, ya pude relajarme y volver a ser yo mismo. No es lo mismo el monólogo que una conversación.

¿Quién no se pone nervioso el día de su bautismo de fuego?

Me atacaron los nervios justo al final del día, cuando me senté en la mesa y me sentí como un verdadero FNG.

No quería olvidarme de nada de lo que preparé, pero todo lo que sucedió, podría decirse, escapó a mi control. Al menos no se perdieron en los recovecos de mi discurso las respuestas a preguntas tales como por qué escribo, por qué el mar está siempre presente, cómo me documento y lo que quería transmitir con mi “pequeñín” de 600 páginas.

He de agradecer la amabilidad y comprensión de los presentes, sobre todo de aquellos que comparten este sueño de escribir. Lo malo es que eché en falta algunos amigos que no pudieron estar allí por cuestiones obvias.

Hablé y hablé. Mi hermana me dice que se ha sorprendido de que hablara tan bien en público. No sé si creerla, jejeje. Me suena raro, pero estuve un buen rato ahí hablando, a lo que se unió las intervenciones de Alberto, complementando mis respuestas.

De todos modos, creo que todo habría salido igual. Bien. Me sentí genial cuando llegó el momento de firmar y dedicar. Si hubiera estado más “tranquilizado” habría acompañado a las dedicatorias alguno de mis acostumbrados Cortos Malteses u otros motivos que sí dibujo en la tranquilidad y soledad de mi despacho, con las plantillas hechas de antemano para no salirme de la página y me salgan deformaciones (y es que para dibujar, el que suscribe siempre ha necesitado comenzar a lápiz y luego entintar, cosa que no se puede realizar en un libro).

Conocí a gente que seguía en Internet, como Javier Veramendi, y que me seguía a mí, como Pablo Vara. y disfruté del desparpajo de Pepa y de la sinceridad de Helga (y su sombrero volador de Mary Poppins ;P). De David... Todos disfrutamos, creo yo, la verdad.



 
Cenamos casi todos, muy agradablemente, en un VIPS y nos retiramos deseando que nuestros caminos se volvieran a cruzar en el futuro.

Totalmente ajeno a los disturbios que se desarrollaban en las calles del centro y por las que caminamos tan tranquilos horas antes, dormí como un tronco, sin sueños, arrastrado por el cansancio acumulado tras la mala noche anterior y todo lo vivido bajo el sol madrileño que, a pesar de sus treinta y pico pasados, me resultó hasta agradable.

Eran las 0800 horas del día 12. Tocaba una larga y tediosa espera. La hora de salida del hotel y la fijada para el regreso a Pontevedra diferían demasiado. Los minutos se alargaban de vuelta a Chamartín y los letreros de salidas parecían haber olvidado al ALVIA que figuraba en nuestros billetes.

A las 1430 ocupamos nuestros asientos tras la epopeya de aguantar los empujones de viejos desesperados por pasar sus maletas por el detector de metales, ¡como si les fueran a robar la plaza! Pero la cosa siguió con situaciones estrambóticas y dignas tanto de reseñar como de olvidar.

A las 1500 horas arrancó la máquina y nos despedimos de Madrid con un “hasta pronto.”