martes, marzo 31, 2015

jueves, marzo 26, 2015

Ya tengo mis ejemplares de "El Imperio del Sol Naciente"

Bueno, bueno. Se ha hecho la mañana un tanto larga, esperando que me llegaran por mensaka los ejemplares que me tocan por contrato de mi nueva obra, un ensayo del que ya os he dado la "barrilla" en su momento. Sí, ese de los contactos habidos entre Occidente y Japón entre los s. XVI y XIX y que Nowtilus ha tenido a bien publicar.

Tener el libro entre las manos, más allá de un archivo .doc o en una galerada en .pdf es una sensación muy especial. Estoy encantado con cómo ha quedado, y espero que sea también un libro que os atraiga y que os sumerja en esta historia maravillosa que he querido recuperar de las profundidades de la mina de la Historia.

A continuación os dejo los datos de la obra y fotografías del feliz acontecimiento que acabo de vivir:

Título Original: El Imperio del Sol Naciente
ISBN Ed. Impresa: 9788499676890
Formato: 17 x 22,5
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 320
P.V.P.R. Ed. Impresa: 16,95 €
ISBN Ed. Electrónica: 9788499676913
ISBN Ed. Bajo Demanda: 9788499676906











Lectura de 26 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 754 (Variable). Encapotado
  • Termómetro: 12º
  • Higrómetro: 44,5%

26 de Marzo de 2015



miércoles, marzo 25, 2015

Del mar al cielo para lanzar dinamita sobre los españoles: Un drone decimonónico

Grabado a cargo de Fred T. Jane contenido en la obra "The Angel of the Revolution" (1893) de George Grifftih**


En 1895, recién declarada la tercera y última insurrección cubana contra la metrópoli, que daría la dolorosa puntilla a nuestro otrora inmenso imperio colonial, hubo gran cantidad de arrojados ciudadanos yanquis que ofrecieron todo su ingenio e intelecto en el campo del arte de la guerra para apoyar los esfuerzos de los rebeldes de la Gran Antilla. La cosa no se limitó al desvío de fondos para los mambíses ni en el establecimiento una fértil línea de contrabando de suministros de guerra entre los cayos de Florida y el norte de Cuba a lo largo tres años; sino que alcanzó al desarrollo y puesta a disposición de nuevas armas de acuerdo con las coetáneas corrientes científicas del momento.

Podríamos detenernos en el asunto de algunos de aquellos extraños tripulantes de airships de la oleada de 1896-97*1 que protagonizaron chocantes “encuentros en la tercera fase” con alterados paisanos que, un buen día, se topaban con extrañas máquinas que habían caído de los cielos sobre sus campos de cultivo.

—Vamos a Cuba a bombardear a los españoles.

Sin embargo, nuestra intención es la de prestar atención a una noticia que mezcla varios de los elementos ya mencionados, pero que se centra en el aburrido campo de la aerostación.

Durante los últimos días del mes de octubre de 1895, varios rotativos estadounidenses se hicieron eco de una noticia referida al maquinista y capitán Samuel Andrews*2, de East Hartford, Connecticut, licenciado de la Marina de guerra de los Estados Unidos de América, que acababa de terminar la construcción y de testar con éxito, en los campos de Nueva Jersey, un globo-bombardero para la Liga de Patriotas Cubanos de Nueva York, el cual sería inmediatamente despachado para Cuba. Dicho artilugio estaba ideado para cargar cartuchos dinamita y otros tipos de explosivos que serían arrojados sobre las posiciones de los incautos españoles.

Según es descrito de forma somera, el globo, en sí y a simple vista, no tiene nada de especial, pero posee una serie de características que lo hacen único: en primer lugar, sería un artilugio no tripulado, un drone decimonónico, controlado por el propio Andrews a distancia (no se explica cómo,) y contaría con una góndola blindada, provista con un sistema de carga y lanzamiento automatizado mediante muelles que, una vez liberada de toda su carga, iniciaría un mecanismo de autodestrucción que impediría al enemigo hacerse con la tecnología instalada en la misma.

Por lo visto, el globo interesó a la Marina y Ejército nacionales. Entre los oficiales que presenciaron las pruebas se encontraba el teniente de navío E. R. Collins, de la US Navy, quien aportó una serie de ideas y modificaciones para perfeccionar el invento.

En teoría, el ingenio de Andrews sería empaquetado y transportado hasta Cuba en unos días; arma que, según las palabras de su creador, pondría fin a la guerra en cuestión de semanas. Sin embargo, pronto le perdemos la pista y no consta documento alguno, siquiera, sobre su verídica utilización en Cuba o en cualquier otro lugar.

Lectura de 25 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 751 (Variable). Cúmulos
  • Termómetro: 12º
  • Higrómetro: 44,5%

martes, marzo 24, 2015

Guardia de televisión: reseña a "Los crímenes de Fjällbacka", primera temporada

El nombre de Camilla Läckberg es de sobra conocido entre las paredes de mi casa, tanto es así que hubo cierta algarabía o expectación a la hora de visionar esta producción sueca, la cual ha tenido el acierto de centrarse en tramas y eventos posteriores a los ya tratados en la serie de novelas.*1

Mientras que yo esperaba ver un desarrollo de las historias más cercano al original, mi hermana ha degustado más la serie pues ella creía que las novelas iban a tener el mismo ritmo y modo de presentación que estos capítulos para la televisión. Para gustos, los colores y no me estoy refiriendo a cierto vestido que hace unas semanas fue trending topic, venciendo, una vez más, lo pueril a lo realmente importante.

La pega que le podría poner a la serie es que aquí la labor policial —por parte exclusiva de los policías de Tanunshede, ridículamente reducidos a una dotación de tres personas (salvo por alguna "sombra") y en una comisaría un tanto (demasiado) rural respecto a lo que yo me había imaginado—, queda soterrada a la hora de esclarecer los crímenes, dando mayor protagonismo a Erica Falck, que pasa a convertirse en una especie de jovencísima Miss Marple que ha confundido St. Mary Mead con un puerto pesquero sueco.

Por otro lado, y en lo que hubo quórum al respecto, es que los actores escogidos no nos parecen acertados; no guardan un parecido físico, ni de lejos, con los protagonistas de la saga literaria, por muy bien que interpreten su papel. Salvo en el caso de Mellberg, no somos capaces de encajar a las personas que habíamos imaginado en la piel de estos Erika, Pätrik, Paula, etc. Respecto a la primera, aún sigo buscándole sus bucles rubios de diosa nórdica y sus michelines, otro tanto con su señor marido, que ha ocultado su barriga “de casado” tras una “tableta de chocolate”. Simples cuestiones de casting, supongo.

Detalles superfluos aparte, las nuevas historias presentadas con esta serie son dignas de la saga de la que es autora Camilla Läckberg, siguiendo el mismo esquema de entrelazar una trama del presente con un hecho, delictivo o no, de un pasado no necesariamente cercano. La nota principal es ese goteo constante sobre nuestras cabezas, una lluvia gris y triste, que se cuela y baja por los canalones, calándonos hasta los huesos, hasta caer a la tierra y formar un suelo embarrado y cruel. Aunque no sean tramas espectaculares (igual que en los libros), el guión en sí golpea al espectador a un nivel más profundo de su consciencia, apelando a los sentimientos y no estancándose en trivialidades o en calentones como se pueden encontrar en productos de ficción “negra” de rápido consumo.

Te deja en la retina una pátina muy agria, tanto como la vida misma. La acción vil de un individuo puede torcer todo lo que crece a su alrededor, llegando las consecuencias a límites insospechados, tanto como para condicionar a todo un pueblo. Un poso de regusto amargo del que cuesta deshacerse.

Otro punto a favor es que no resulta necesario haber tenido un contacto previo con las novelas para comprender el microcosmos de un pueblo (varios en realidad) en el que sus vecinos “han cogido la manía de matarse los unos a los otros”. También se ha sabido imprimir su característico y normal devenir de los personajes como personas normales, humanos hasta la desesperación, muy alejado de esos “superpersonajes” tan “maravillosos” de ciertas sagas o franquicias a los que solo les falta saber volar porque ya no pueden más de los guays que son, algo que provoca risa cuando no vergüenza ajena, pero que venden como rosquillas.

Todo esto es algo que se ha sabido transmitir a la pantalla. Un producto digno del que esperamos que pronto podamos ver las nuevas entregas.


Lectura de 24 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 750 (Viento-Lluvia). Cúmulos
  • Termómetro: 12º
  • Higrómetro: 44%

24 de Marzo de 2015






lunes, marzo 23, 2015

Somos cómplices del DAESH

El pasado día 18 del corriente mes, el Congreso de Túnez debatía y votaba una ley de lucha contra el yihadismo en un clima de calma tensa. Desde el Magreb y Libia llegaban a diario (y siguen llegando) constantes amenazas veladas o no contra el único pueblo que ha podido ver florecer un árbol sano de libertad tras la mal llamada “Primavera árabe”; una tierra en la que ese retoño no ha crecido enfermo ni retorcido por culpa de la guerra civil, el extremismo y la estupidez internacional.

Ese miércoles por la mañana, tres individuos (según las últimas declaraciones del presidente Beyi Caid Essebsi) se acercaron al edificio del congreso. Se escuchó un intercambio de disparos y las RRSS comenzaron a moverse gracias a las agencias de noticias (los particulares a este lado estábamos más preocupados en analizar el último exabrupto de la “princesa del pueblo”). Desde un principio, las informaciones que nos llegaban eran erróneas, afirmando que los hombres iban uniformados; pero lo único cierto es que los terroristas portaban armas que no eran de ordenanza en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Túnez (AKs rumanos en vez de fusiles Steyr) y que su intención era irrumpir en el hemiciclo y golpear de lleno el seno del nuevo sistema político; convertirlo en un colador para el miedo.

La propia torpeza de los asaltantes (que estaban muy verdes por lo visto en las imágenes de vigilancia) puso en alerta a los miembros de seguridad, que repelieron el ataque. Entonces, los terroristas pasaron al plan B "de Bardo". Conocían perfectamente el horario de sesiones del parlamento, pero también la de las rutas turísticas de los cruceros que acababan de amarrar en el puerto. Y esa es la razón para que veinticinco personas resultaran asesinadas, acribilladas tras varias ráfagas en automático, y dando inicio a una pesadilla que duraría unas horas entre los muros del museo del Bardo y que durará toda una vida para los supervivientes y los familiares de los fallecidos.

El viernes, dos días después, se celebró el 59º aniversario de la Independencia de Túnez, lo cual hace creer que el atentado, al que el DAESH le ha faltado tiempo para reivindicarlo, tenía marcado más de un objetivo, aunque tan solo un sentido de lectura: privar de libertad a un pueblo y aislarlo para convertirlo en un fértil campo en el que la inmundicia humana y la decrepitud del yihadismo crezcan exuberantes; donde solo predomine la oscuridad. Y, en parte, el DAESH lo ha conseguido con un solo puñetazo. ¿Serán los tunecinos capaces de devolver el golpe con un buen gancho? Y nosotros, ¿seremos capaces de reaccionar ante  "las primeras gotas de una tormenta de lluvia"?

Tras angustiosas horas, los dos cruceros soltaron amarras y se alejaron de Túnez, rumbo Noroeste, llevando a bordo a todos los pasajeros que regresaron ilesos al muelle. Túnez ha sido tachada del mapa; apartada de las rutas turísticas por las compañías navieras de ocio y los operadores. Un aluvión de peticiones de cambio y anulación de reservas ha caído sobre las agencias de viaje que, febrilmente, cambian destinos o suspenden viajes. Nadie quiere poner un pie, por el momento, en las costas de la desaparecida Cartago; algo que es un grandísimo e imperdonable error por nuestra parte, una traición, ya que estamos colaborando pasivamente con el DAESH.

A este respecto, quiero mentar una serie de televisión británica, de excelente guión y crítica, titulada “The Honourable Woman”. En su primer capítulo, la protagonista da un discurso tras ser nombrada honorable y pronuncia una frase que me caló bien hondo: “El terror prospera en la pobreza; y muere con la riqueza”. Y esto lo subrayo pues el 15% del PIB anual de este bello país norafricano, en el punto de mira de los terroristas blasfemos, procede del sector turístico. Si Túnez cae, las consecuencias no serán solo económicas: serán políticas y sociales, por no decir que permitiremos que esos bastardos se acerquen aún más a Europa. “Pasito a pasito se hace el caminito” y se debilita la voluntad. Ya no están a miles de kilómetros, pero nos sigue pareciendo algo ajeno a nuestra vida cotidiana.

Si el turismo flaquea en Túnez, los lazos de unión con Europa se cortarán con machetes ensangrentados; la economía se resentirá y el terror medrará entre la pobreza. Que nadie se engañe: el terror yihadista es el paraíso de los nihilistas, de la gente “hueca” por dentro que siguen a un flautista mentiroso como ratas o niños que ansían convertirse en otros flautistas. Es un canto horrendo, pero atractivo para estas estúpidas personas, miles de ellas, a la dominación e intolerancia, a la involución, a la decadencia, a la inutilidad, al pensamiento único, a la iconoclastia; un ataque contra la propia humanidad y lo que es inherente a ella. El triunfo de la ineptitud. Y somos inconscientes (o conscientes) cómplices de ello en dos sentidos: primero, por cobijarnos bajo el raído manto de la falsa creencia de que los derechos de los que disfrutamos son privilegios inamovibles de cuna que, encima, serán defendidos, hasta la última gota de sangre, por otros que no seremos nosotros mismos. Y, segundo, porque permitimos que seamos simples víctimas del terrorismo y no plantamos cara porque es lo fácil, y eso es lo que buscan los yihadistas y cualquier terrorista. Es más fácil hacer lo que ellos quieren: bajar la cabeza, mirar hacia otro lado, quitarle importancia; avasallarse. 

Y todo esto lo hacemos mientras se fragua una tormenta y en nuestras filas no para de aumentar el número de traidores, de nuestro mismo color y religión, de colaboracionistas que no dudarán en vendernos para salvar la vida. Es mera supervivencia a un alto precio. Ellos sobreviven; los demás son decapitados o gaseados. Ellos dispensarán el terror en su paraíso. Es triste, patético. En el fondo, todos nos sabemos de memoria la lección de Historia, pero la recitamos, ante absortos y estúpidos maestros, como loros que no entienden ni una sola palabra. Ya solo son, para nosotros, viejas películas, no una realidad.

Nuestros verdugos son los que ansían la supervivencia, la aniquilación de aquello que no sea “puro”, aunque no crean en ello, aunque ellos sean impuros por dentro; y no hace falta que sean simplones borregos fascinados y mediocres que hayan partido con la alegría propia del “¡Vente para Siria, Pepe!”. Entre nosotros pronto habrá colaboradores, pues ya somos cómplices.

¿Haremos algo? No lo sé. Apenas sé nada; tan solo que Túnez bien merece ser salvada.

Lectura de 23 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 749 (Viento-Lluvia). Cúmulos
  • Termómetro: 13º
  • Higrómetro: 55%

jueves, marzo 19, 2015

Lectura de 19 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 752,5 (Variable). Cúmulos
  • Termómetro: 13º
  • Higrómetro: 55%

19 de Marzo de 2015

El director de la Academia de Annapolis visita la ENM de Marín

Durante dos días, los pasados 17 y 18 del corriente mes, el vicealmirante Ted Carter, director de la Academia naval de los EEUU, ha girado visita a nuestra Escuela Naval Militar de Marín donde, además de comprobar de primera mano la capacidad docente de nuestro centro y estrechar más los lazos entre ambos países y marinas aliadas, ha impartido una lección magistral sobre liderazgo a las damas y caballeros alumnos, además de compartir mesa con ellos en el comedor.

Esta es la segunda vez que un director de Annapolis visita la ENM.

Jornada de puertas abiertas en Melilla

En el día de hoy, entre las 1600 y las 1830 horas, todo aquel que lo desee podrá acercarse hasta el patrullero de altura P-73 Vigía, atracado en el muelle del Nordeste I y poner pie en su cubierta.

miércoles, marzo 18, 2015

"Ural", el barco asesino de ratas

Quizá deba ser cosa del subconsciente de uno, pero cuando estudio o hablo acerca de la flota soviética, mi imaginación siempre acaba recorriendo, con paso tranquilo, mugrientos puertos de nombre impronunciable. Dejo la impresión de las suelas de mis botas sobre la nieve sucia y embarrada, mientras desfilo en silencio y con los ojos abiertos como platos ante viejos gigantes de acero, heridos de muerte; agostados y torcidos, no son más que corroídos recuerdos de un pasado distinto.

De vez en cuando gusto de realizar tales paseos gracias al Google Earth, dándome un garbeo por los fiordos de Murmansk, por ejemplo.

El colapso político y económico de la URSS se llevó también por delante a su rutilante pero gris tecnología, convirtiendo el vasto territorio ruso, y el de aquellos que pudieron desembarazarse del agobiante abrazo osuno durante la década de 1990, en un gigantesco cementerio de aeronaves, buques y de cualquier cosa que eche herrumbre. Y, entre todo ese montón de chatarra, encontramos muchos nombres propios, por lo que es difícil no dedicarle cierto tiempo al navío de comunicaciones más grande jamás construido y, también, el más inútil. Aquellos que me conocen bien, saben que tengo debilidad por las ovejas negras y los proyectos imposibles.

Voy a hablaros del SSV-33 Ural*1, concebido para que a Washington le temblaran las canillas. 

—¡Ey, pardillos capitalistas! ¡La gran Unión soviética viene a robaros todos vuestros secretos y lo
hará delante de vuestras narices! — bien pudo haber dicho algún uniformado con la guerrera desbordada de medallas que acabarían en el mercadillo en la Plaza Roja, años más tarde.

El Ural se diseñó para dar respuesta a las necesidades perentorias del Kremlin en el Pacífico, basándose en los planos de la portentosa clase de cruceros pesados nucleares Kirov*2, de los que pronto volveremos a hablar en este blog. Un navío sobre el que tendría que haber ondeado el gallardete de insignia de la flota del Pacífico. Pero, una cosa es asustar sobre el papel y otra es hacerlo en la realidad, pues al lobo pronto se le picarían las muelas con caries.

La Unión Soviética quería meter los morros como fuera en el atolón de Kwajalein, donde los Estados Unidos probaban sus defensas contra misiles balísticos , los propios ingenios Minuteman intercontinentales y Peacekeeper desde la década de 1960; pero también acercarse lo más posible a las aguas territoriales del continente americano para interceptar el espectro electromagnético de las bases de bombarderos estratégicos y otras comunicaciones. La tecnología que embarcaba el Ural era, en teoría, suficiente para localizar cualquier objetivo espacial*3, aéreo, terrestre y submarino a lo largo y ancho del océano Pacífico, contando con un sistema de comunicaciones con satélites gallakticheskimi y estaciones en casa y en países satélites; además de con guiado de misiles y detección electromagnética.

El Ural era un sistema de alerta temprana antinuclear con capacidad de interceptar y bloquear las comunicaciones de Occidente; una respuesta clara contra el concepto estadounidense conocido como “decapitation strike”, es decir, “ataque preventivo nuclear”.

Compartiendo estos desvelos, la Comisión Industrio-militar del Comité central del Partido Comunista y el Ministerio de Defensa de la Unión Soviética aprobaron en 1977 la construcción del Ural, como único hijo del Proyecto 1941. Éste, como ya hemos dicho, tenía que partir de los poderosos Kirov, lo cual significaba que tenía que ser un monstruo impulsado por dos reactores nucleares de 171 megawatios teóricos que le permitirían navegar a 22 nudos, sin que ninguno de sus sistemas computerizados de detección, comunicaciones y defensa se vieran mermados. Se trazó una eslora de 265 metros*4 y una manga de 30 metros, desplazando 34.640 toneladas. 

Su concepción no era ofensiva. La preocupación era que tuviera las orejas y las lentes más grandes que el centro científico Vympel pudiera crear, tanto es así que un navío con una dotación de mil hombres tenía un armamento defensivo casi ridículo, montando dos AK-176 de 76 mm., cuatro AK-630 de 30 mm., cuatro Cliff-M de 12 mm. y cuatro montajes cuádruples de misiles MANPADS Igla

Su construcción fue asignada, casi dos años después del despliegue en Europa de los misiles Pershing-2, a la oficina de naval Ajsberg*5, siendo colocada la quilla en Junio de 1981, en los astilleros Ordzhonikidze*6 de Leningrado. Su botadura tendría lugar en Mayo de 1983 y se le iría instalando una larga serie de sistemas computerizados: desde los ES-1046 y El’brus hasta el conocido como Korall, de seguimiento de trayectoria de misiles balísticos y satélites.

El Ural era una de las apuestas más arriesgadas que hizo la URSS y, como todas las que hizo durante la década de 1980, le salió mal, pero que muy mal.

El mismo mar que lo recibió en 1983 sería el que viera sus pruebas de mar, ya en 1988, tras tediosos años en los que un ejército de científicos se dejó algo más que la piel en él. Poco sabían estos que tanto trabajo en este buque, que tendría que haber sido imagen de la gloria soviética en el Pacífico, tan solo realizaría un triste crucero hasta su puerto base, en Vladivostok, donde se quedaría amarrado durante veinticinco años.

Incorporado a la Marina de guerra soviética el 30 de Diciembre de 1988*7, con toda su dotación a bordo —siendo Vladimir Anikeyev, responsable de El’brus,  nombrado como jefe de científicos—, el Ural inició su primera y única travesía, en el que emplearía 59 días en los que tendría que monitorizar a la lanzadera estadounidense Columbia y a dos satélites espía del programa “Star Wars” autorizado por Ronald Reagan. Pero es durante este tiempo de navegación cuando comienzan a detectarse un sinnúmero de fallos que obedecen al mero capricho de los duendes: los sistemas El’brus funcionaban cuando les placía; la unidad de enfriamiento de los reactores planteaba problemas ilógicos a los que los especialistas tan solo eran capaces de enfrentarse a ellos tirándose de los pelos; el centro de información de combate era un caos y, por si fuera poco, el buque estaba siendo literalmente convertido en un queso gruyère por culpa del óxido.

Tan solo respondía con normalidad el Korall, aunque tampoco era decir mucho ya que, en parte, dependía del resto de sistemas.

A Vladimir Anikeyev no le hizo la más mínima gracia la experiencia. Si, por un momento, antes de hacerse a la mar, creyó que iba a disfrutar de unas vacaciones en el mar, estaba muy equivocado. Durante dos meses estuvo peleándose con pantallas, placas base, cables sueltos y “quita de aquí y pon allá”. A lo que hubo que sumar algo que le erizaba el vello a la tripulación cuando se iniciaban las unidades de seguimiento de misiles balísticos: todas las ratas de a bordo, que no deberían ser pocas por lo visto, aparecían muertas, en un espectáculo bastante desagradable para aquellos que desempeñaban sus labores por debajo de la cubierta principal. No se sabe aún la razón de tan dantesco cuadro, barajándose entre un cambio imperceptible del espectro electromagnético o, incluso, una posible fuga de radiación.

Como una sombra de muerte, el Ural arribó a Vladivostok para encontrarse con que el muelle
asignado no había sido aún rematado, teniendo el buque de comunicaciones más grande del mundo que buscarse otro sitio para amarrar.

La tripulación no estaba contenta, nunca lo estuvo, y no solo por las ratas o porque hubieran confundido a una tortuga marina con un submarinista saboteador en el puerto de Cam Ran, Vietnam, convirtiéndose en el hazmerreir de la flota. Todo en aquel barco olía mal y pronto la oficina correspondiente se vio colapsada con cientos de solicitudes de traslado. Tal fue la avalancha de instancias que el Ministerio tuvo que darles curso muy a su pesar, debiendo, incluso, rebajar su dotación de mil a tan solo cien hombres . Lo más peliagudo es que su equipo de mantenimiento y seguridad nuclear fue reducido a dos miembros.

El Ural se convirtió, además de en un asesino de ratas, en uno de carreras militares. El ser asignado a esta unidad era, tanto para marineros como oficiales, la peor mancha en una hoja de servicios, dando traste con las aspiraciones de muchos en una Marina que se caía a pedazos.

La situación en la que se encontraba el Ural, inhábil para el servicio por sus deficiencias imposibles de subsanar, lo condenó a ser un barracón y a sufrir una constante canibalización de sus aparatos electrónicos; mientras, se ha ido escorando y pudriendo a marchas forzadas.

Siendo otro estorbo en la lista oficial de buques de la Marina rusa, el Ural fue dado de baja definitiva en 2001.

Resulta interesante destacar que durante su "vida operativa" sobrevivió a variados y serios incidentes. Uno de ellos aconteció en 1992, cuando estalló un polvorín cercano, debiendo esforzarse la dotación hasta límites inhumanos al tratar de evitar que nada cayera sobre la cubierta del pontón nuclear, que ya fue parcialmente devorado por el fuego dos años antes. Otro incidente, y que supuso su forzosa “salida a la mar”, sucedió cuando, en otoño de 1991, el Ural rompió sus amarras, no aguantando el paso de un fuerte temporal.

La amenaza cierta de la venta y desguace sobrevoló sobre el Ural durante años y, obviamente y desde hace ya unos cuantos párrafos, os preguntaréis por la fortuna de sus dos reactores nucleares, los cuales tenían la potencia de una  instalación que podría dotar de electricidad a una ciudad pequeña y que fueron apagados en 1992. Había que buscarles una solución. Son rusos, pero piensan, por lo que se propuso un destino civil para el Ural como central flotante, pero los problemas de enfriamiento y la típica obcecación rusa por evitar que ojos no invitados contemplaran la “magnificencia” tecnológica nuclear soviética, hicieron desestimar la propuesta.

Por lo que se comentaba, se vendería como chatarra una vez desmantelado todo aquel material sensible. Y esto mismo es lo que parece que está pasando*8, supongo bien que convirtiéndose en afiladas hojas de afeitar Guillette, a la venta en cualquier los supermercados. La superestructura ha sido ya casi eliminada por completo y se tiene prevista su total desmantelación para el 30 de Noviembre de 2016.

Lo más ridículo de un buque que tan solo navegó 180 días es que ha tenido una carrera más brillante en el mundo de la ficción. Así el Ural sería la base de la Radio Free Earth durante el transcurso de la trama del libro World War Z de Max Brooks o un puesto de mando de las fuerzas terráqueas en el anime Evangelion, de 2009.

Lectura de 18 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 752,5 (Variable). Cúmulos
  • Termómetro: 12º
  • Higrómetro: 55%

18 de Marzo de 2015

El Museo Marítimo del Cantábrico inaugura una exposición dedicada  a Blas de Lezo

En el día de ayer el Museo Marítimo del Cantábrico (MMC), sito en Santander, se unió al esfuerzo de recuperar la memoria de Blas de Lezo. Para ello ha inaugurado la exposición “Blas de Lezo, el valor de Mediohombre” que permanecerá abierta al público hasta el próximo día 17 de Mayo del corriente.

El acto de inauguración fue presidido por el director general de Cultura, Joaquín Solanas; el director del Museo Naval, el almirante Carrión; el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz, y el delegado de Defensa, Íñigo Yáñez, entre otras personalidades civiles y militares.

Aprovechando tan magna ocasión, la delegación de Defensa en Cantabria y la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Comunidad autónoma, con el patrocinio del Órgano de Historia y Cultura Naval, Museo Naval y la Armada Española, han organizado en el MMC una conferencia sobre la figura de Blas de Lezo, a cargo del almirante José Ángel Sande Cortizo.

Desde aquí, reciba el MMC nuestro caluroso aplauso por esta nueva iniciativa.

martes, marzo 17, 2015

Con Paco Roca

Hace  un tiempo compartí con tod@s vosotr@s mi pequeña colección de libros dedicados por sus respectivos autores; pequeña pero de calidad. Hoy, os traigo otro ejemplar, el primero de banda diseñada que se une a la estantería de los "Elegidos", y que guarda entre sus tapas algo más que la firma del dibujante Paco Roca, de sobra conocido y al que tuve el honor de entrevistar para la revista Historia Rei Militaris.

Siempre que en las librerías de mi ciudad colocan un cartel en el escaparate, es vital el dedicarles un poco de tiempo, porque pueden guardar alguna que otra sorpresa y vaya si éste último la tenía: la Librería Paz iba a contar con la presencia de Paco Roca el pasado miércoles 11, a las 18.00 horas, donde se celebraría una entrevista y una firma de ejemplares.

No dudé un instante, ni  por asomo, en apuntármelo en la agenda, sobre todo porque por fin se organizaba un evento de este tipo a horas de gente normal. Y lo primero que hice el lunes 8 por la mañana fue remitirle un correo electrónico a Paco indicándole que contara con mi presencia.

Los días fueron pasando con tediosa lentitud. Siempre sucede lo mismo. Hasta que llegó el momento en que Paco Roca paseó por Pontevedra vestido de calle y no con su querido pijama. Con mi ejemplar de “Los surcos de azar” bajo el brazo, partí feliz hasta Paz para asistir a la charla y firma de ejemplares. "Colandome" me fui donde Paco para presentarme (cosas de que la entrevista fuera vía telemática) y fue un placer charlar en petit comité con él antes de que todo empezara y poder escucharle después, durante unos tres cuartos de hora. 

Encantado por haberle conocido en persona, ahora también es un placer releer “Los surcos de azar” con un original de Roca representando a Dronne. ¡Una pasada!




Lectura de 17 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 751,5 (Variable). Cúmulos
  • Termómetro: 11º
  • Higrómetro: 55%

lunes, marzo 16, 2015

Mi nuevo ensayo histórico ya a la venta

Título Original: El Imperio del Sol Naciente
ISBN Ed. Impresa: 9788499676890
Formato: 17 x 22,5
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 320
P.V.P.R. Ed. Impresa: 16,95 €
ISBN Ed. Electrónica: 9788499676913
ISBN Ed. Bajo Demanda: 9788499676906

De la mano de san Francisco Javier o del comodoro Matthew C. Calbraight, desembarcamos en la mítica Cipango, en el imperio del Sol Naciente para vivir aventuras dignas de las mentes de Robert Louis Stevenson o Emilio Salgari. Llegaremos a tan exóticas costas a bordo de carracas y buques propulsados a vapor; participaremos en guerras civiles o nos postraremos ante los sogúnes Tokugawa como representantes de la Corona de Castilla.

Desde hace unos días, podéis adquirir mi nuevo ensayo histórico, recién salido del horno con la editorial Nowtilus, en ebook y en papel. Sed partícipes de una historia desconocida y que nos vincula con el país más asombroso de la Tierra.

A continuación, os dejo una muestra gratuita de casi 70 páginas:


Lectura de 16 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 754,5 (Variable). Despejado
  • Termómetro: 10º
  • Higrómetro: 55%

16 de Marzo de 2015

Tal día como hoy, en 1521

Magallanes descubre el archipiélago de las Filipinas, entonces islas de Poniente, donde encontraría la muerte durante la batalla de Mactán.

viernes, marzo 13, 2015

Aunque sea la sexta vez, seguimos pensando en Robyn


Lectura de 13 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 761 (Variable). Algunos cúmulos
  • Termómetro: 12,5º
  • Higrómetro: 55%

13 de Marzo de 2015

Este fin de semana la Armada española se despliega para que los ciudadanos la visiten

Durante estos pocos de días, en diferentes puertos de la península, distintas unidades, desde una fragata a un patrullero, podrán ser visitadas por todo aquel que lo desee, siempre en los horarios establecidos que no perturban el normal desarrollo de las actividades abordo de las mismas.

Para saber de estas visitas, consultad el siguiente hastag: https://twitter.com/hashtag/VisitasUnidades?src=hash

jueves, marzo 12, 2015

Lectura de 12 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 760,5 (Variable). Niebla
  • Termómetro: 13º
  • Higrómetro: 55%

12 de Marzo de 2015

Hoy se conmemora el 25º aniversario de la botadura del BIO Hespérides

Tal día como hoy, 12 de Marzo, pero de 1990, en Cartagena se asiste a la botadura de este buque que será puntero en las investigaciones oceanográficas emprendidas por la Armada española.

miércoles, marzo 11, 2015

Navigare necesse, vivere non est necesse

Navegar es necesario, vivir no

El historiador Plutarco pone en labios de Cno Pompeyo Magno (106-48 a. de C.) esta frase que ha trascendido en la historia, llegando a ser hasta el lema de la Marina de la Corona de Castilla.

Pero, ¿a santo de qué vino semejante frase? Para hallar la respuesta tendremos que retroceder en el Tiempo; ir a los años iniciales del Primer Triunvirato en el que, además de Pompeyo, andan por el escenario Cayo Julio César y Marco Licinio Craso. Dicho gobierno por triplicado da comienzo cuando se apagan los fuegos de la tercera guerra servil, con el aplastamiento definitivo de la rebelión encabezada por el esclavo Espartaco.

La alianza entre los tres generales no tenía visos de que durase mucho, pero por un tiempo hubo cierta armonía y Pompeyo, de enorme popularidad en Roma, mantuvo sobre sus hombros a la capital republicana tras el reparto de poderes.

El año 56 a. de C. sería recordado como de gran escasez en la península itálica, siendo realmente cruenta en las siete colinas y regiones vecinas. El que el pueblo esté bien alimentado fue (y es) una gran preocupación de los dirigentes ya que marchita cualquier conato de rebeldía contra el poder establecido. El hambre es una mala hierba que hay que arrancar de raíz, por lo que Pompeyo se embarcó personalmente hasta Sicilia, Cerdeña y Libia para organizar la recogida de cereales que alimentaría el "corazón" de la República.

Si el problema no era de por sí digno del mayor temple, los caprichosos hados se divertían de lo lindo en el Mediterráneo. ¿Por qué permitir que Pompeyo y sus naves regresaran placenteramente hasta el Tíber? No era divertido. Los dioses apostaban. Unos querían ver el arrojo de los hombres, otros tener una prueba más de su cobardía.

Los pilotos de la flota, ante el cariz que iba tomando el horizonte y la mar, se negaron a levantar el ancla. Pompeyo, viendo el temor en sus ojos y sabiendo que Roma y su gente dependían de él y sus dotes de mando, se dirigió a sus hombres y exclamó:

Navigare necesse, vivere non est necesse

La brutal fuerza que imprimió en esta frase hinchó los pechos de los pilotos y los marineros, atreviéndose a desafiar al destino. Y gracias a Pompeyo y su arenga, el trigo llegó a Roma.

Pero Pompeyo hizo algo más que salvar un peligroso bache gracias a sus dotes de mando y a su ensalzada figura de general. Encerró, en unas pocas palabras, un tesoro filosófico que sigue inspirando pasados dos mil años.

Por un lado, hay quienes han querido ver en esta arenga de Pompeyo un aserto acerca de que las naciones que se encierran en los valles y los montes, sin tener curiosidad por saber qué se esconde tras el horizonte azulado de la mar, se contentan con lo poco que la avara tierra les pueda ofrecer. Reniegan a convertirse en imperios, a perpetuarse en la Historia. Siempre serán harapientas sombras.

Por otro lado, otros, ya en el campo de la Filosofía, han visto en la arenga y decisión de levar las anclas en un ejercicio de libertad y responsabilidad, asumiendo el riesgo con tal de alcanzar un fin justo y necesario.

Distintas corrientes filosóficas han llegado a la conclusión de que el hombre está dividido en dos partes. Una mitad está dominada por la realidad y la otra por la posibilidad. Por lo visto, tan solo dejándonos llevar por la corriente de los eventos que han permitido al ser humano pasar de vivir en una cueva a hacerlo en la ISS, éste “para ser” necesita de lo “aparentemente innecesario”, siendo una meta vital la conquista de la Terra incognita material e inmaterial —algo que tiene que hacer para poder ser—. Un poco lioso, pero creo que nos entendemos.

Navegar, en el término más extenso, no solo circunscrito a una nave física, es tomar la vida en propia mano, decidir; elegir en libertad y acertar con nuestro destino.

Lectura de 11 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 761 (Variable). Niebla
  • Termómetro: 13º
  • Higrómetro: 55%

martes, marzo 10, 2015

Lectura de 10 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 760,5 (Variable). Cirros
  • Termómetro: 11,5º
  • Higrómetro: 55%

10 de Marzo de 2015

Arturo Pérez-Reverte será comisario de una exposición en el Museo Naval de Madrid

A mediados de Abril, el Museo Naval será territorio de un hombre con patente de corso: Arturo Pérez-Reverte, que asume el cargo de comisario de la exposición temporal “Hombres de mar, barcos de leyenda”.

Por el momento, estamos en ascuas. El Museo está siendo muy parco en explicaciones acerca del contenido y extensión de la muestra. Por no facilitar, ni lo ha confirmado las fechas concretas en la que la exposición permanecerá abierta al público ni el día de su inauguración siquiera.

lunes, marzo 09, 2015

Guardia de literatura: reseña a “El topo” de John le Carré

Siendo la adaptación cinematográfica de “El topo” —a cargo del director Tomas Alfredson y protagonizada, entre otros monstruos de la interpretación, por Gary Oldman y Benedict Cumberbatch—, una de mis películas favoritas; a lo que hay que sumar que he tocado en varias ocasiones otras obras firmadas por un genio literario como John le Carré, era cuestión de tiempo que acabara por ajustarme los pantalones y lanzarme a por este libro que cuenta ya con cuatro décadas a las espaldas.

Durante todo ese tiempo nunca ha abandonado el éxito a esta obra y ha sido la obsesión de muchos productores desde el primer. De esto tenemos sobrada prueba con la adaptación a la pequeña pantalla producida por la BBC, la cual, en 1979, llevó a miles de hogares ingleses a un George Smiley interpretado por sir Alec Guinness, papel por el que, entre otros, éste querría ser más recordado que por el de Obi-wan Kenobi.

“El topo” es la novela que abre la trilogía de la particular guerra fría que enfrentan a dos veteranos enemigos, Smiley y el peligroso y desconocido Karla. Y ésta da comienzo con un rumor que no es más que un secreto a voces al que nadie quiere prestar los debidos oídos porque “no puede ser”. En el fondo, todo el mundo sabe que es verdad. Incluso sospechan la identidad de ese topo que el Centro de Moscú ha llevado hasta la cúpula del Cambridge Circus, pero todos quieren creer que no es esa persona.

La novela en sí es muy oscura, sucia y decadente. Mezquina en ciertos pasajes. Muy lenta en otros en los que corteja al género policíaco. Muy compleja de seguir por culpa, principalmente, de los paralelismos que tu mente lleva a cabo, de forma involuntaria, al comparar lo que lees con lo que has visto en el cine. Por eso mismo, terminas llegando a la conclusión, quizá muy acertada, de que la historia adaptada es mejor que la original, de que el guión de Bridget O’Connor y Peter Straughan muestra una visión algo menos tenebrosa, con unos personajes menos decrépitos y ladinos.

La obra literaria que presentó le Carré en 1974 es mucho más madura que sus predecesoras. Ya no estamos ante un trabajo de un aficionado, como se podría uno dar cuenta repasando las páginas de “El espía que surgió del frío”. Se aprecia un titánico trabajo a la hora de tejer una trama confusa y plagada de sombras, que te obliga a armarte de paciencia para recorrer los largos pasillos de un laberinto conformado por los recuerdos de Smiley y los informes que Lacon le pasa de extranjis en el hotel Islay acerca de las operaciones Brujería y Testamento. Es un sendero frío y triste, con la presencia fantasmal de una mujer a la que el protagonista ama aún sabiendo que le es infiel y con quien se acuesta. 

Es un verdadero revoltijo de sentimientos entrecruzados. Amor, lealtad, pasión, vergüenza, miedo, soledad.

La trama en sí no posee una nota característica de originalidad ya que me atrevo a afirmar que le Carré se sirvió de forma escasamente disimulada del escándalo que le había estallado en las narices al MI-6 no hacía ni diez años, con el desenmascaramiento y deserción de cinco destacados miembros del Servicio de Inteligencia que actuaban de agentes dobles: los Cambridge Five. Incluso podríamos decir que entre el topo Gerald de le Carré es un monstruo de Frankenstein armado con diferentes piezas de esos traidores.

Resumiendo, es una obra de madurez de le Carré y una clase magistral de escritura en toda regla de la que siempre uno puede ir tomando apuntes, aunque su lectura no es fácil en ningún momento.

Ahora, ponemos rumbo hacia la segunda parte de la trilogía: “El honorable colegial”. Os tendremos al corriente de todas las novedades que se sepan en el Circus, Sarrat y Brixton o en la casita de Bywater street.
  • ISBN: 9788497930482
(Lee la reseña a «El honorable colegial»)
(Lee la reseña a «La gente de Smiley»)

Lectura de 9 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 760,5 (Variable). Cirros
  • Termómetro: 11,5º
  • Higrómetro: 55%

9 de Marzo de 2015

El R-11 Príncipe de Asturias casi listo para su enajenación

Según fuentes del Arsenal de El Ferrol, la fase de desarme de este buque se encuentra muy avanzada, informándose que el expediente de enajenación podría iniciarse en breve, previéndose la convocatoria de subasta para su desguace para el segundo semestre del corriente año.

El diario El Mundo dedica un amplio y gráfico artículo al buque de investigación oceanográfica A-33 Hespérides

Os enlazo directamente:


jueves, marzo 05, 2015

Lectura de 5 de Marzo de 2015 a las 1200 horas



  • Barómetro: 761,8 (Variable). Despejado
  • Termómetro: 11º
  • Higrómetro: 55,2%

5 de Marzo de 2015

Paul Allen halla el pecio del superacorazado Musashi

El cofundador de Microsoft, Paul Allen, provocó el pasado día 2 de marzo un verdadero tsunami en las redes sociales y en el mundo al dar a conocer que ha hallado un pecio a 1.000 metros de profundidad que identifica con los del monstruoso acorazado Musashi, de la serie Yamato, hundido el 24 de Octubre de 1944 durante el transcurso de la Batalla de Leyte.

Tras ocho años de investigaciones, Allen dio la noticia de su descubrimiento por un medio maravilloso pero que, a mi entender, le ha quitado encanto a la noticia: vía Twitter, con una toma del “mascarón” de proa del acorazado, mostrando el símbolo imperial, el crisantemo.

Pero no hay mucho más que destacar por el momento. Tan solo ha compartido una foto de una válvula y un minidocumental sobre el hallazgo, de apenas un minuto, con lo que parece ser una catapulta de lanzamiento de hidroaviones, un cañón y la proa.

Aunque no hay confirmación oficial, todo apunta a que Allen no yerra a la hora de asegurar que se ha topado con este mítico buque de triste hoja de servicios. Pero seamos cautos: si Allen está en lo cierto, se ha hecho con la última joya de la corona de los buques de la segunda guerra mundial más famosos y temidos por los aliados.




miércoles, marzo 04, 2015

Sinbad o una bronca para un chucho irrespetuoso

Las peripecias protagonizadas por diversas mascotas a lo largo y ancho de la segunda guerra mundial no solo han dado para escribir un libro, sino para publicar decenas y decenas que nombran perros, gatos y otros bichillos que se ganaron un hueco en el corazón de las personas que convivieron con ellos y en la Historia.

Divertida toma de Sinbad con un "Donald Duck Hat" ladeado
De entre todas esas aventuras y biografías, parece haber siempre una incuestionable mayoría perruna. Por un lado, es lógico dada su innata capacidad de aprendizaje y su particular modo de ser. Podríamos hablar del san bernardo Bamse, mascota oficial de la Marina de guerra noruega en el exilio, del pastor Antis que participó en misiones de bombardero o Judy, el único animal declarado prisionero de guerra (POW). Pero en esta ocasión vamos a hablar de Sinbad, un perro fruto de un cruce entre bulldog, doberman y no se sabe qué mas, y lo haremos por una simple curiosidad con la que nos hemos tropezado;  una de tantas que te asaltan en plan chirlero mientras indagas y vagueas entre documentación con más arrugas que tú mismo. Y es que no todos los días uno ve referenciado a un amigo peludo en la sección “Navy News” de la revista militar Yank del año 1945.

Pero antes de hablar de esa reseña en Yank, Sinbad merece una breve reseña biográfica.

La fecha del nacimiento de Sinbad es desconocida, pero hay unanimidad en que tan feliz acontecimiento debió suceder un día a lo largo de 1937. Aquel año, Blackie Rother, miembro de la dotación del buque de los Guardacostas de los Estados Unidos WPG-32 George W. Campbell se lo regaló a su novia; pero Sinbad había nacido bajo una estrella que se negaba a que este particular chucho viviera tan tranquilo y aburrido en un bloque de apartamentos, disfrutando de los cuidados y mimos de una joven señorita. La comunidad de vecinos prohibía la tenencia de mascotas, por lo que Rother y Sinbad no se separaron. Tras otros intentos frustrados de buscar un nuevo hogar para su pequeño amigo, el marinero tuvo la brillante idea de incorporarlo a los USCG, a bordo del Campbell, donde fue recibido con alegría, ya que era un perro que se dejaba querer y era tan pendenciero y pícaro como el resto de sus compañeros, siendo un gran amante del café, el whisky y la cerveza, por no decir que dejaba un amor en cada puerto.

Como sucedió con otras tantas mascotas, Sinbad no era un simple animal a bordo, sino un miembro
Sinbad atendiendo a un presentador de la ABC
de la dotación que contaba con su propia documentación y rango, así como identificación en la Cruz Roja y hoja de servicios, estando adscrito a la USCG entre 1937 y 1948, alcanzando el rango de suboficial jefe.

Durante la segunda guerra mundial el Campbell participó de los convoyes del Atlántico norte, tan fundamentales para mantener a flote al Reino Unido y también a la URSS, más adelante, y que tanto gustaban a las manadas de lobos grises de la Kriegsmarine. En una de esas misiones tan peligrosas, el Campbell terminó siendo el objetivo de las cámaras tras “pasar por el ojo” al submarino enemigo U-606. Es entonces cuando el público sabe de la existencia de este simpático perro y su historia se convierte en otro de esos rayos de sol que podríamos considerar como pueriles, pero que eran vitales para una mustia sociedad en guerra.

Pronto Sinbad se convirtió en una celebridad que saldría reseñada en la publicación Life de Diciembre de 1943, intervendría en programas radiofónicos y hasta regaló autógrafos con su zarpa en tinta.

Pasados once años de servicio para los USGC, el 21 de Septiembre de 1948, Sinbad obtuvo el pase a la reserva y retiro, siendo destinado al faro Barnegat, en Nueva Jersey, donde fallecería el 30 de Diciembre de 1951.

Como dijimos, Sinbad era un marinero más a bordo del Campbell y hasta tuvo dos sumarios abiertos ante su comandante por culpa de su pasión por el alcohol y las chicas con las que se cruzaba en cada puerto. A veces era un perro difícil de tratar e irrespetuoso con ciertas normas. Así, el número de 5 de Enero de 1945 de la revista Yank se hace eco del juicio al que se somete a la mascota más famosa del servicio por infringir el Código naval y ausentarse del Campbell dolosamente y sin permiso, lo que viene a ser una Absent Without Official Leave (AWOL)*1. Nuestro buen amigo bajó por la pasarela en un puerto de Sicilia y se le perdió la pista, siendo denunciado a la Policía naval en tierra (Shore Patrol). Tras una semana sin noticias suyas, el escurridizo y apasionado animal fue encontrado y subido bajo arresto a bordo de un destructor con rumbo a los Estados Unidos, pero Sinbad advirtió desde la cubierta que en el muelle se encontraba amarrado el Campbell y ladró hasta quedarse poco menos que afónico con tal de llamar la atención de sus camaradas.

Sinbad fue  "rescatado" y presentado ante su comandante, mostrando la actitud propia de aquel que no hubiera roto ni un solo plato en su vida, pero de nada le sirvió representar tal papel. El CO*2 le echó tal bronca que el perro respondió con ojos llorosos y el rabo entre las piernas cuando se le leyó su sentencia condenatoria por la cual se le prohibía, a partir de entonces, cualquier permiso (liberty) en todo puerto extranjero en el que recalara el Campbell.