martes, mayo 20, 2014

Ricardo Verdugo Landi


Posiblemente una de las más bellas representaciones que se puedan realizar sobre la mar, esa dulce o despechada amante (según tenga el día), sean aquellas en las que alguien toma los pinceles y, ya sea con la técnica que sea, plasma sobre un lienzo sus curvas femeninas y su temperamento.

Hay muchos artistas que han sabido hacerlo y en España no podemos quejarnos. Contamos con un buen elenco de pintores, pero hoy vamos a hablar del malagueño Ricardo Verdugo Landi quien, naciendo en 1871, resultó ser uno de los alumnos más aventajados (incluso el predilecto) del maestro Emilio Ocón, uno de los grandes marinistas.

Siguiendo la trayectoria de Verdugo, resulta evidente que su inclinación paisajista no pudo escapar de la brisa y el salitre. Hay muchos entendidos que aseguran que captó las emociones que puede generar el mero reposar de la mirada sobre las olas y el horizonte. Sus obras huelen a mar.

Para el año 1887 Málaga se convierte en un perfecto expositor para un joven pintor que atrae la atención de aquellos que saben apreciar el arte y que se maravillan con la capacidad que demuestra a realizar decenas de obras sin cansarse ni cansar; y comienza a destacar en 1892 con su participación en la Exposición Internacional de Madrid, siéndole concedida la mención honorífica.

Es en el transcurso que se vivió entre los siglos XIX y XX cuando Verdugo ve crecer su popularidad participando en certámenes de índole internacional, aunque casi todos celebrados en nuestro país; y sería largo de relatar la relación de premios, así que invitamos al lector que bucee por sus propios medios y en Google en busca de este pintor.

Como buen hombre de entresiglos, Verdugo dedicó su buen hacer a algo más que a los pinceles sobre el lienzo. Comienza a moverse con comodidad a lo largo y ancho del novedoso medio de la prensa gráfica española, siendo, a principios de la década de 1890, contratado para retocar fotografías y realizar montajes. Por labores como la referente a la nueva del nacimiento del príncipe de Asturias (Alfonso de Borbón dos Sicilias) el director de ABC, Torcuato Luca de Tena, lo nombró en su momento director artístico del diario.

Asimismo, siguiendo en el campo del diseño gráfico, aprovechó la ocasión para fundar, acompañado por su propio hermano, Francisco, publicaciones de referencia como La Esfera y Nuevo Mundo, y llegó a participar en otras como Blanco y Negro o La Vida Moderna. A través de estos medios se servía también para presentar sus obras, alcanzando pronto gran interés las de tema marítimo.

Por último, no nos podemos olvidar de que ostentó el cargo de director del museo de la ciudad de Málaga en 1894, hasta que dimite en 1897.

Verdugo Landí falleció a la temprana edad de cincuenta y nueve años en la ciudad de Madrid, dejándonos un increíble y bello legado.


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