miércoles, diciembre 04, 2013

4 de Diciembre de 2013

ATENEA DIGITAL


martes, 03 de diciembre de 2013

En Internet circula la noticia de que España ha cerrado con Angola la venta del portaviones Príncipe de Asturias, el que hasta ahora era el buque insignia de la Armada española. Para contrastar esta información, contactamos con el Ministerio de Defensa, la Armada, Navantia, y la Embajada de Angola en España y esto es lo que nos han contado.

Fuentes de Defensa aseguran que "no existe ningún acuerdo con Angola" y, a pesar de que una delegación de este país visitó el buque en los astilleros de Ferrol en agosto, está prácticamente descartado que se concrete la venta. "Con Angola ha habido contactos, pero en una fase tan inicial que no merece la pena ni destacarlos", subrayan desde Defensa.

Las mismas fuentes reconocen que "el material surplus (el que 'sobra' en las Fuerzas Armadas) se ofrece allá donde vamos", por lo que se está intentando vender el barco antes de que sea subastado para su desguace. Serían unos 'ingresos extra' que, aunque no muy elevados, ayudarían a aumentar el maltrecho presupuesto que maneja el Ministerio -que ha disminuido un 30% en los últimos cinco años-. También para las empresas españolas, porque la venta de este material conlleva contratos de modernización y mantenimiento.

Varios países, como Indonesia, Filipinas o Argentina, se han interesado en el portaviones pero, por ahora, no hay acuerdos a la vista. Lo único confirmado es que el 'Príncipe de Asturias' causará baja de la flota de la Armada el 13 de diciembre, según la resolución firmada por el almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río, y publicada el 28 de octubre en el Boletín Oficial de Defensa.

Por otra parte, el departamento de prensa de la Embajada de Angola en Madrid reconoció ayer que "no tenían ninguna noticia" sobre la adquisición de un barco español. En Navantia, han explicado que "desde hace tiempo existen informes pormenorizados de lo que costaría la modernización de los buques que la Armada ya no utiliza" y que conseguir "uno de estos contratos supondría una carga de trabajo importante".

La noticia de la venta causó revuelo en los ámbitos próximos de la Armada, que no esconde su pesar por desprenderse, tras 25 años de vida operativa, del buque más grande del que disponía. Para mantenerse en la flota de barcos de la Armada, el buque necesitaba una inversión cifrada en unos 100 millones de euros para la modernización de su sistema de combate y sus instalaciones. El coste de mantener operativo el barco es de unos 30 millones de euros anuales, según las estimaciones de la Armada.

Expertos como el almirante Ángel Tafalla, miembro del Consejo Asesor del Grupo Atenea, consideran que la información de la venta a Angola no es fiable porque el Príncipe de Asturias es "mucho barco" para el país africano. Según el almirante, es extraño que un país como Angola se decida a adquirir un portaviones cuando España ha tenido que darle de baja "por no poder mantenerlo". De hecho, ningún país africano dispone de un buque de estas características.

Tafalla insiste en que, además del 'Príncipe de Asturias', parece poco probable que Angola se interese por otros cuatro buques españoles, entre los que la información cita el buque de desembarco anfibio 'Pizarro', que es "muy caro de mantener porque es propulsado por seis motores". En conclusión, comprar estos buques "es cargar con unos barcos que tienen una servidumbre de mantenimiento muy fuerte".

EL CORREO GALLEGO


La empresa indica que no habrá inversión doméstica en cuatro años // Y admite que el retraso del flotel prometido a Ferrol obedece “al conflicto entre Pemex y Repsol”

PATRICIA HERMIDA. FERROL 

Ferrolterra se acerca a sus Navidades más complicadas. En los astilleros, no hay barcos. Sus obreros asisten con tristeza a un horizonte de días vacíos. Desde el pasado viernes y tras la marcha del buque Adelaide, los compañeros de las auxiliares recogen sus bártulos. Y dejan atrás los años dorados del naval. A lo largo de esta semana, se prevén 600 despidos en la ría. Navantia garantiza que mantendrá la plantilla principal y los centros, pero sólo si logra carga de trabajo. Pero los contratos tendrá que conseguirlos fuera. Porque la Armada no prevé encargar nuevos buques de guerra hasta 2017. Así se lo trasladó el presidente de Navantia al Comité Intercentros: “La caída de la demanda doméstica es un hecho, sin perspectivas de recuperación. En cuatro años, no se espera inversión alguna”.

El plan de viabilidad de Navantia, presentado ayer a los trabajadores de Ferrol en asamblea, diagnostica que en los próximos años “no habrá una recuperación de la inversión nacional en construcción naval militar”. Navantia tiene claro que “debemos tener un convenio con Defensa, pero como clientes no somos nadie para decirle qué debe hacer o contratar”.  La empresa trabaja en la exportación de la fragata F-110 (pese a que no se prevé su creación a corto plazo para la Armada española), buques anfibios, corbetas y los S-80.  Su propósito más inmediato: el contrato de los floteles. El presidente José Manuel Revuelta afirma que “se terminarán construyendo y se harán en Navantia” (junto con Barreras). Pero Revuelta también admite que “estamos pendientes de la resolución del conflicto de las petroleras Pemex y Repsol, hablamos de miles de millones... esperamos que en las próximas semanas solucionemos el problema de Repsol y con ello del contrato de los buques flotantes”.

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