lunes, septiembre 30, 2019

Relación de publicaciones de Agosto y Septiembre de 2019


Sobre «1921: El Rif»
—Reseña del podcast CineYLibertad http://www.cineylibertad.com/Podcast/comic625elrif.mp3

Artículos:
—50 céntimos o dos reales de peseta de los años 1946 y 1963 https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2019/09/50-centimos-o-dos-reales-de-peseta-de.html

Colaboración con HRM
—Reseña al ensayo histórico «Las batallas de Coronel y Malvinas» (Galland Books), de Carlos Ruiz Mateo http://www.hrmediciones.com/index.php/blog-rei/89-bibliografia/310-las-batallas-de-coronel-y-malvinas-j-yuste
—Entrevista a Carlos Ruiz Mateo con motivo de la publicación del ensayo histórico «Las batallas de Coronel y Malvinas» http://www.hrmediciones.com/index.php/blog-rei/89-bibliografia/314-entrevista-a-carlos-ruiz-autor-de-las-batallas-de-coronel-y-malvinas-j-yuste

Colaboración con el blog Novilis
—Reseña a la autobiografía «En el ejército del Faraón. Memorias de la última guerra», de Tobias Wolff http://www.novilis.es/en-el-ejercito-del-faraon-memorias-de-la-ultima-guerra-tobias-wolf/

Reseñas
—Reseña a la adaptación autorizada en cómic de la novela de Ray Bradbury «Fahrenheit 451» https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2019/09/guardia-de-comic-resena-fahrenheit-451.html
—Reseña al libro «Cambiemos el mundo», de Greta Thunberg https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2019/09/guardia-de-ensayo-resena-cambiemos-el.html
—Reseña a «Días de radio», la película de Woody Allen de 1987 https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2019/09/guardia-de-cine-resena-dias-de-radio.html
—Reseña a la novela «El guardián entre el centeno», de JD Salinger https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2019/09/guardia-de-literatura-resena-el.html
—Reseña a la película de Mokoto Shinkai «Your name» https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2019/09/guardia-de-cine-resena-your-name.html
—Reseña a la película israelí «El balcón de las mujeres» https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2019/09/guardia-de-cine-resena-el-balcon-de-las.html

Lectura de 30 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



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jueves, septiembre 26, 2019

Guardia de cine: reseña a «Shogun Mayeda»

Título original: «Kabuto». 1991. 107 min. Japón. Acción. Dirección: Gordon Hessler. Guión: Shô Kosugi y Nelson Gidding. Reparto: Shô Kosugi, David Essex, Kane Kosugi, Christopher Lee, Norma Lloyd, Ronald Pickup, John Rhys-Davies, Polly Walker, Dylan Kussman, Toshirô Mifune

Un planteamiento a priori interesante que degenera en lo grotesco y absurdo. Aquellos que sepáis de la Historia del Japón entre los s. XVI y XVII huid de este título como alma que lleva el diablo 

En un momento indeterminado de mi adolescencia, la imagen se quedó marcado en mi imaginación, como tatuado tal era su fuerza: un samurai luchando contra un caballero español en una rocosa playa, en un combate a muerte. Era, de lo poco que capté, una película en la que los japoneses habían viajado hasta la España de Felipe II en busca de armas de fuego modernas. 

No me negaréis que la cosa no tenía su aquel. (SEGUIR LEYENDO)

Lectura de 26 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



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martes, septiembre 24, 2019

Guardia de cine: reseña a «El balcón de las mujeres»

Título original: «Ismach Hatani». 2016. 96 min. Israel. Tragicomedia. Dirección: Emil Ben-Shimon. Guión: Shlomit Nehama. Reparto: Avraham Aviv Alush, Yafit Asulin, Orna Banai, Itzik Cohen, Sharon Elimelech, Evelin Hagoel, Igal Naor, Einat Saruf, Herzl Tobey, Haim Zanati

Aunque la película se presente como una comedia, dista mucho de provocar carcajadas, un combate feraz entre la tradicionalidad castrante y la libertad personal

Un círculo siempre es perfecto aunque se prescinda del compás para marcarlo sobre el papel. Su trazo podrá ser titubeante, torcido, descompensado, demasiado fino o grueso, pero siempre perfecto, pues es una unión de dos puntos. Los círculos son de muchos tipos, considerándose siempre el más fuerte el familiar (un aserto bastante discutible), siguiéndole la zaga el de una pequeña comunidad que es una familia en sí aunque la sangre no una a sus miembros. (SEGUIR LEYENDO)

Lectura de 24 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



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lunes, septiembre 23, 2019

2$50 escudos de plata de Portugal (1932-1951)

Europa
República portuguesa (1911-1969)
2,50 escudos
Ceca: ~ 
KM# 0580
Fechas de emisión: 1932, 1933, 1937, 1940, 1942, 1943, 1944, 1945, 1946, 1947, 1948, 1951
Grabador: Arnaldo Fragoso (FRAGOSO.GR.) y João da Silva (J. DA SILVA)
Diámetro: 20,41 mm
Peso: 3,5 gr
Canto: estriado
Composición: Ag 0.650
Estado: demonetizada en 1969




Pieza de 1951, perteneciente a mi colección privada

En Portugal, incluso a día de hoy, siempre se ha hecho referencia a su pasado descubridor. La efigie de grandes navegantes, así como la representación de navíos de los s. XV y XVI, es motivo común en los anversos de sus monedas.

La que os presento hoy es una pequeña pieza de plata en cuyo anverso destaca el espíritu aventurero y descubridor de Portugal por medio de una preciosa nao, con indicación en el exergo de la fecha de emisión. En su reverso, bajo el escudo del país, se fija el valor facial de la pieza en 2$50, es decir, dos escudos y medio.

La nao es una evolución de la coca medieval, siendo su máximo exponente en la cultura popular la Santa María. Se dejó atrás el casco redondo y un único mástil, disponiéndose de una línea más estilizada y de palos de trinquete y mesana, además de alcanzarse hasta un desplazamiento de 500 toneladas, pero manteniéndose el castillo de popa y el timón de codaste. La diferencia con la carabela es que esta última tenía un francobordo más bajo, usaban velas latinas y carecían de castillo de popa.

Como nota final, el escudo se introdujo en 1911, con la proclamación de la república, siendo que se mantuvo en circulación hasta 2001, hasta la llegada del €uro. Cada escudo se dividía en cien centavos.

La pieza que ilustra este post es la última que he comprado este verano en el rastro de los domingos, siendo que me he dado cuenta que he de cortar un poco de grifo en eso de las adquisiciones (maldito vicio).

Lectura de 23 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



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jueves, septiembre 19, 2019

Guardia de cine: reseña a «Your name»

«Kimi no na wa». 2016. 106 min. Japón. Drama, realismo mágico. Dirección: Makoto Shinkai. Guión: Makoto Shinkai. Productora: CoMix Wave Films

Shinkai vive obsesionado con los encuentros casuales de almas gemelas, introduciendo en sus tramas un delicioso realismo mágico que lo impregna todo y transformándonos


Aquella fue una experiencia que aún sigue crepitando agradablemente entre las cenizas de unos recuerdos creados hace demasiado tiempo. La historia es así de simple: una mañana normal y corriente, en la que nada advertía que fuera a ser diferente de la anterior, me presentaron a una persona, una chica, con la que congenié de tal forma que los dos, a los pocos minutos de conversación, coincidíamos en todo, las palabras nacían directas y al unísono; incluso llegamos a la misma y feliz conclusión: era como sino nos conociéramos de siempre, aunque nunca antes nos hubiéramos visto; aunque siempre, hasta aquel día, nos hubieran separado decenas de kilómetros. Fue algo extraordinario, casi mágico; casi de otro mundo. Algo nuevo y agradable que me provocó un calor y placer intensos y sin mácula, pero también una terrible desazón cuando la separación física fue la tónica en nuestra particular relación después de que supiéramos el uno del otro (al menos, por mi lado). 

¿Vosotros habéis experimentado algo semejante? (SEGUIR LEYENDO)

Lectura de 19 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



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miércoles, septiembre 18, 2019

Cuarto Milenio y el triple crimen de Alcacer

La decimoquinta temporada del programa de televisión conducido por Íker Jiménez, Cuarto Milenio, arrancó con fuerza con una emisión en directo y  un tema que marcó época en la Historia reciente del crimen nacional: el secuestro, violación, tortura y asesinato de Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández en 1992, las conocidas como “Niñas de Alcacer”. Hechos que acontecieron cuando yo contaba once años, lo cual justifica que mis recuerdos de aquella sean fragmentarios e, incluso, erróneos. Sí me acuerdo bien de que todo que acabó como un culebrón donde campaban a sus anchas la más vergonzante fantasía y el más bajo morbo en las bocas de muchos adultos y en las fértiles mentes de los prepúberes entre los que me encontraba. Aquellos eran tiempos en los que el terror (y la chabacanería) se retransmitía sin filtros por televisión.

Por supuesto, no guardo el impacto propio de quien hubiera vivido esos instantes con madurez y conocimiento, pero sé que cuando se nombra Alcacer todo gira sobre un solo eje.

Jiménez arrancó con fuerza (y hasta con cuarenta y cinco minutos de reloj sin cortes publicitarios), aunque a mí si no me ponen OVNIs de por medio como que me pongo a otras cosas (gustos y disgustos). Se brindaba al espectador la posibilidad de interactuar con el programa por medio una encuesta harto simple de tan solo dos opciones, lo cual me hizo fruncir el ceño en ésta mi “primera vez”. Yo fui uno de los contados que clicó a contra corriente; fui uno de esos raros que votó por la versión oficial como la correcta en vez de por la “alternativa”, esa que es un cajón de sastre donde caben las más alocadas teorías, la cerrazón embrutecida, el sinsentido y, por supuesto, las medias verdades o las verdades enteras sin pruebas que las sustenten.

Voté en tal sentido condicionado por mi pericia. Me he vuelto cínico y poco amigo de las soluciones fáciles que suelen procurar las teorías de la conspiración, siempre rodeadas de gritos, focos, sofocos y colorido circense. No cierro mi mente a la posibilidad (o certeza) de que en los crímenes de Alcacer participaran terceros a los que no se ha podido identificar, pero no puedo unirme al coro griego y vociferante que tiembla de placer acusador al meter con calzador el elemento perturbador, al típico y tópico “poderoso”, al potentado, al terrateniente, al señorito, al tipo en la sombra, a quien sea a unos escalones por encima (mira que le tenemos tirria), reencarnación del mal absoluto, el único que, por su posición y condición, puede poseer y desarrollar una conducta sexual anormal y asesina. Ricos, políticos, gente de la alta sociedad, etc., como si el amable vecino de enfrente, ya esté cubierto de títulos o con mono de trabajo, no pudiera ser un depredador de niños o un monstruo de otra categoría; como si dentro de todo Dr. Jekyll no pudiera caber un Mr. Hyde

La propia sociedad, en su retorcida espiral de comportamiento, se pone en el caso de Alcacer (de nuevo) la venda y tira a matar hacia “poderosos” sin nombre como único medio posible de defensa psicológica ante un acto tan brutal. 

—Esto lo ha tenido que hacer gente diferente al común de nosotros —aulla la muchedumbre.

Y, ¿qué hay más diferente al común que ese arquetipo de “poderoso”, el supuesto responsable de todos los males de la Humanidad?

Es como si un par de demonios barriobajeros, anormales de cabo a rabo, no fueran capaces de cometer atrocidades, algo que chirría con nuestros recientes sinsabores con los escándalos de las constantes manadas de violadores. Que yo sepa, entre ellos no había potentados o nombres propios con contactos en el cielo y en el infierno.

Trazar un círculo protector está muy bien. No lo niego. Pero no podemos ser tan simplistas, tan dados a los ingredientes que nutren pasteles como el de la xenofobia, por ejemplo, pues todo lo malo nace, como pústulas, de esos extraños al común. No podemos ser todos tan blancos.

Habrá quién, llegado a este punto del artículo, me espetará, con mayor o menor saliva, mi ceguera supuestamente interesada ante las patas cojas de la instrucción judicial, de los vacíos y errores… y de esa mano negra que quiere echar tierra por encima del caso, incluso por medio de juego sucio contra los padres de las menores asesinadas. Y a ello opongo mi experiencia como miembro activo del sistema legal, que es donde está el quid de la cuestión y donde no cabe la ilustración de “barra de bar”.

Hace tiempo se agotó mi paciencia ante el desfile de clientes que braman ante el malfuncionamiento de la Administración de Justicia. Digo que se me agotó porque algunos supuestos son de todo menos razonables. Muchas personas emplean el rápido recurso de la “mano negra” o “intereses en la sombra” que justifican tal o cual retraso, resolución, decisión, etc.  Los hay que acusan al ministro del ramo de estar acosándoles pues no quiere que su caso se resuelva e impone que los jueces suspendan vistas por motivos falsos de enfermedad, etc. Es un ejemplo burdo, pero real, ante el que solo puedes poner cara de circunstancias. Pero no se puede confundir el “normal” malfuncionamiento de la Administración de Justicia con esas teorías en tinieblas que justifican absolutamente todo lo negativo de la existencia.

La Administración de Justicia española, tan formulista y decimonónica ella, como cualquier área del desarrollo laboral humano, está formaba por profesionales y chapuzas. Y como en cualquier otro ámbito,  hay excelentes y serios profesionales y  hay chapuceros negligentes y vagos, siendo que los aciertos y logros de unos quedan lastrados por los fallos voluntarios o involuntarios de los otros. Como en botica, hay quienes no dan, no quieren o no pueden (temporal o permanentemente) la talla; y en una instrucción como la del caso Alcacer se tuvo que dar la misma conjugación, más si cabe con una presión mediática impenitente y constante.

La conspiración que defiende el Sr. Fernando García, padre de Miriam, con todos los respetos que su persona y dolor merecen, no tiene porqué encerrar tejemanejes a nivel nacional para ocultar la identidad de unos supuestos verdaderos culpables que se embozan tras el dinero y la influencia. La conspiración, si existe, puede tener una respuesta como la que sigue: se está protegiendo la propia línea de investigación, así como a los miembros de la Policía judicial que participaron en la misma. La presión de los medios de información y la sociedad tuvo que ser de tal magnitud que no me extrañaría nada que en muchos autos y diligencias judiciales se crearan aberraciones contrarias al art. 24 CE y a la Ley de Enjuiciamiento criminal, algo que llevaría a la injustificable posibilidad de tener que retroceder hasta la casilla de salida. No hablo del tipo de errores que llevan a acusar a inocentes o a meros colaboradores dejando correr a los autores como liebres.

Quizá, si se sigue hurgando en la mierda, eso mismo que se le ha advertido al Sr. García, podría aflorar una coyuntura en las que los condenados tuvieran que ser reparados aún cuando toda prueba apuntase en su dirección, anulándose el procedimiento y la investigación, lo cual conllevaría a desechar cuanto hubiera en su contra.

¿Suena chapucero todo esto? Sí, pero creedme que en casos de delitos graves (homicidios, contra la salud pública, agresiones sexuales, etc.), un solo error en la instrucción, una sola vulneración del procedimiento puede hacer ganar la libertad al culpable más flagrante. Ese único detalle, esa aguja en el pajar, es lo que buscan los abogados más avispados y ahí es donde, a mi entender, podría estar la conspiración.

Deberíamos hacer un ejercicio de reflexión y dejar de ver los toros desde la barrera y opinar del torero. Ir más allá de la simpleza de los “hombres de negro”. Quizá deberíamos aprender de una vez que el coco puede ser de nuestra misma condición.

Lectura de 18 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



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  • Termómetro: 23º
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martes, septiembre 17, 2019

Guardia de literatura: reseña a «El guardián entre el centeno»

Título original: «The Catcher in the Rye»
EDHASA, Barcelona.
Onceava edición: febrero de 2014
Traducción: Carmen Criado
ISBN: 978-84-350-0895-2
274 páginas
Salinger firma una novela inteligente, sincera y dura, dotada de una prosa nada rimbombante, pero inspirada e inspiradora, guiada por un ácido sentido del humor y de crítica social y humana

¿Qué es la adolescencia sino depresión, desorientación, confusión, alineación y desconexión? Todos hemos tenido que bregar esos años con mayor o menor gloria y soltura. Un periodo que no repetiríamos ni aunque nos fuera la vida en ello. Y eso mismo es lo que Salinger es capaz de atrapar en las páginas de su obra más reconocida, tomando “prestadas” las confesiones del joven Holden Caulfield. Éste, convaleciente de una enfermedad sobre la que derrocha pocos detalles, relata pormenorizadamente la cadena de hechos sucedidos durante los días previos al día de Navidad del año anterior, cuando recibió la nota de expulsión de Pencey, el último colegio que tuvo el disgusto de soportar, uno más en su particular cuenta. Holden podría haber agotado la estancia e irse embozado entre la masa de estudiantes que regresaba a casa por vacaciones, pero no. Así comienza a recorrer un tablero social desquiciante que lo conducirá a la escena penúltima, con su querida hermana pequeña, Phoebe, montada en un tiovivo. Holden ya no es un niño para montarse en una de esas atracciones, pero tampoco está al otro lado de la marca y reino de los adultos, de quienes solo recibe desprecio, humillación y estudiada conmiseración. (SEGUIR LEYENDO)

Lectura de 17 de Septiembre de 2019 a las 1200 horas



  • Barómetro: 762 (Variable). 
  • Termómetro: 26º
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