viernes, mayo 16, 2008

16 de mayo de 2008

REPORTAJE DE MONTSE MAYORAL

Los tres destructores que Navantia diseña en base a sus F-100 para la Armada australiana serán bautizados como tres importantes ciudades del país: “Hobart”, “Brisbane” y “Sydney”. Con la presentación de la maqueta del buque, además del nombre se han conocido otros detalles del proyecto.

Las oficinas del astillero ASC en Adelaida, Australia, tienen expuesta desde hace unos días la maqueta del destructor “Hobart”, el primero de la serie de tres que construirá aquel país siguiendo el modelo de las españolas F-100. El descubrimiento de la miniatura, realizada a escala 1:72, ha sido un paso más en la frenética actividad que se sigue al otro lado del globo para cumplir el compromiso de tener en servicio los buques, como muy tarde, en 2014.

Los responsables de las empresas australianas implicadas en el proyecto conocieron el pasado lunes el aspecto del Air Warfare Destroyer (AWD) gracias a una de las tres maquetas idénticas que de él se han realizado. El telón se levantó en el barrio de Felixstow, en el puerto de Osborne, en Adelaida, donde se construirán los buques, si bien las otras dos maquetas lucen ya en las oficinas centrales de la Marina en la capital australiana, Canberra, y en las de Sydney.

A Navantia le corresponde, en el marco del programa, el diseño de los buques y un papel de apoyo a la industria australiana que tendrá que llevar el modelo a la grada. Esta parte corre a cargo de los astilleros ASC, que han establecido para ello una alianza con otra importante empresa del sector militar, Raytheon Australia, y con la agencia gubernamental Defence Materiel Organisation.

El consorcio formado por las tres firmas citadas, bautizado como AWD Alliance, prevé comenzar el próximo año a construir los bloques del primer destructor, el “Hobart”. La ciudad que da nombre a este buque es la capital de la isla australiana de Tasmania, una de las más antiguas del país y la undécima más poblada.

“Australianización” > El modelo de las F-100 se ha adaptado a los requerimientos del cliente, en este caso la Marina australiana, como antes lo hizo también para la noruega. La “australianización” del buque español abarca desde un aumento del porte del buque hasta las 7.000 toneladas de desplazamiento -frente a las 5.800 de las fragatas españolas- hasta cuestiones casi anecdóticas como literas más grandes, que proporcionarán más comodidad a la dotación.

Las diferencias son muchas más: los motores diésel del AWD serán más potentes y eficientes que los españoles y contarán con un propulsor transversal que les proporcionará mayor maniobrabilidad a baja velocidad, dentro de los puertos. Además, contarán con el CIWS (Close-In Weapon System), un dispositivo antimisiles para corta distancia, y con el HSR, un radar horizontal con capacidad para detectar rápidamente misiles “rozaolas”. Al igual que estos dos equipos, que no funcionan en los buques españoles, los destructores australianos contarán con el Nulka, un misil “señuelo”.

Habrá muchos equipamientos similares a los que tienen las F-100, entre ellos el sistema de combate americano Aegis -con su versión más moderna, la del radar SPY-1D(V)- y el lanzador vertical de misiles, también con capacidad para 48 proyectiles.

EL FARO DE VIGO

El "Independence" conquista Vigo

El buque visitó la ciudad por primera vez ayer con 5.000 personas a bordo ALBERTO BLANCO / VIGO Vigo navega a ritmo de récord. El mayor trasatlántico del mundo atracó ayer por primera vez en la ciudad. Un crucero colosal que supera en términos globales al mítico Queen Mary 2. El Independence of the Seas es la nueva joya de la compañía estadounidense Royal Caribbean. Un diamante en bruto que deslumbró a los vigueses a su entrada en la ría y que brillará en Vigo hasta en 14 ocasiones más a lo largo de este año.
A las diez de la mañana los 339 metros de eslora del Independence of the Seas atracaban en el muelle de trasatlánticos. La lluvia lo bautizó nada más llegar a Vigo. El sol le concedió una tregua a media mañana, momento que aprovecharon parte de los más de 3.300 pasajeros que llegaron a bordo para conocer la ciudad. Atrás dejaron las 150.000 toneladas de un barco en cuyo interior se esconde toda una ciudad.
"Este es otro día especial para el Puerto. Volvemos a batir un nuevo récord, y esto nos anima a seguir mejorando", destacó el presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Paz. Acompañado del alcalde de Vigo, Abel Caballero, ambos intercambiaron placas conmemorativas con el capitán del barco.
Un monstruo sobre el mar en cuyas entrañas se oculta toda clase de lujos y maravillas. Irse de compras o cañas por un boulevar de más de 100 metros, pasar una noche contemplando el espectáculo de patinaje sobre hielo o tentar a la suerte en un espectacular casino estilo "Las Vegas", son sólo algunas de las actividades que se pueden realizar a bordo del Independence of the Seas.
La nueva "niña" de la Royal Caribbean se extiende a lo largo de tres campos y medio de fútbol y asciende hasta los 60 metros de altura divididos en 15 plantas. Vigo presume de haber sido la primera ciudad española peninsular en haber recibido su visita. Desde finales del mes pasado, cuando fue botado en Finlandia, recaló en Southampton (su puerto madre), Madeira, Tenerife, Las Palmas, Arrecife y Lisboa, ciudad, ésta última, de la que procedía ayer.
El Independence of the Seas es, literalmente, un museo flotante. El arte adorna cada uno de sus rincones. En un paseo desde la popa hasta la proa los pasajeros pueden contemplar más de 5.000 obras, en su mayoría cuadros y fotografías de artistas como Dalí, Goya o Rembrandt.
Desde primera hora de la mañana hasta la puesta del sol el placer inunda todos los momentos del día a bordo del este mega-buque. El desayuno recibe a los pasajeros en forma de gran mesa central con multitud de frutas en forma de animales, rostros e incluso esculturas de hielo. Tras darle un homenaje al paladar, los cruceristas pueden optar por disfrutar de dos de los jacuzzis que penden a cada uno de los lados del barco y a través de cuyas cristaleras puede contemplarse el paisaje; ayer la ría y la ciudad de Vigo.
El agua es el símbolo de la cubierta del buque, donde los más pequeños tienen su particular "templo de diversión": la zona H2O. Entre estatuas gigantes inspiradas en el arte de Gaudí los infantes pueden danzar a sus anchas con la misma vitalidad que desprenden los cañones de agua. Un impresionante parque acuático donde los niños son los protagonistas.
Los mayores tienen también su zona. Lo que prefieran una mañana de relax pueden gozar de la zona spa. Y, para los que opten por mantener su figura a lo largo de la travesía, el Independence of the Seas esconde un espectacular gimnasio presidido por un cuadrilátero de boxeo.
Las compras y las terrazas quedan para la tarde. A lo largo de más de 100 metros se extiende una auténtica zona comercial que se confunde con una calle peatonal de cualquier ciudad. Incluso un vehículo Morgan, estacionado a uno de los lados del vial, le dan un toque de mayor de realidad.
Y, mientras los padres están de compras, los hijos pueden disfrutar de un simulador de surf o de una intensa partida de golf en la cubierta del buque.
El espectáculo queda para la noche. Un teatro con capacidad para 1.600 personas o el espectáculo sobre hielo son sólo dos de las opciones más apetitosas. Por su puesto, multitud de pubs y salas de música pueden servir para poner la guinda a un día a bordo de este coloso de los mares. El Independence of the Seas abandonó Vigo pasadas las cinco de la tarde. Una joya flotante que volverá el1 próximo día 29 de mayo.


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