Mañana es Agosto y, como viene siendo costumbre, el Navegante se dispone a ser internado en un dique seco y sometido a carena y descanso, que falta le hace.
Y bien podría dar por cerrado ya este post, sin decir nada más allá que “nos vemos en Septiembre con nuevos artículos y reseñas”; sin embargo, el barómetro avisa, pues su aguja oscila. Se observa la posibilidad de que, durante los próximos meses, mi rutinaria vida dé un vuelco, espero que a mejor, lo cual, según me temo, afectará gravemente a mi disposición para estar aquí, entre vosotros. Quizá el Navegante tenga que volver a puerto tras unas semanas de corto crucero a las puertas del otoño y permanecer silente sobre las aguas de forma temporal (espero que no definitiva), así como que mi producción literaria se vea mermada aún más si cabe. Cruzo los dedos para que esto último no suceda, pues es mi pasión y lo poco de lo que me puedo sentir orgulloso como ente individual.
Será una vuelta en redondo que aún está en el aire y que puede ser para mejor, pues a peor no se puede ir. Resurrección o seguir por la misma senda; una de dos.
Os tendré al corriente de todo cambio que pueda afectar al ritmo del blog en cuanto las noticias se presenten y puedan ser comunicadas. Atended al código de banderas.
Hasta entonces… Un saludo!
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