jueves, octubre 20, 2022

Guardia de cómic: reseña a «Soy una matagigantes», de Joe Kelly y Ken Niimura (2021)

Norma Editorial, Barcelona
2021
Traducción: Sergio Colomino
ISBN: 978-84-679-4413-6
308 páginas

Una historia desbordante de fuerza y emoción que trata de dar respuesta a una pregunta planteada en el peor de los escenarios

Para llegar a la novela gráfica «Soy una matagigantes» hice el camino a la inversa: primero me vi su adaptación a la Gran Pantalla, cosa que aún considero un grave error, aunque he comprobado que el mensaje original mantuvo su fuerza a pesar de la sensación de vacío que me acompañó durante la proyección. Tanto fue así que pasé olímpicamente de escribir una reseña sobre la película dirigida por Anders Walter (2007). Pero me surgió la necesidad imperiosa de leer el libro salido de la mente de Joe Kelly durante una tarde en la que el autor esperaba a que su padre terminase una sesión de fisioterapia y que desarrolló a lo largo de cuantiosos meses junto con el dibujante Ken Niimura, quien aportó un estilo a medio camino entre el manga y el fanzine.

La imagen en viñetas no difiere mucho de la mostrada en la pantalla, con esa Bárbara Thorson, una niña lenguaraz que vive en una casa en la que todo está patas arriba y que afirma ser una matagigantes. Esto último, lo que podría entenderse como un choque ilógico entre la realidad y la fértil imaginación de una aficionada a “Dragones & Mazmorras”, nos arrastra hasta parajes de un realismo mágico mucho más profundos que los representados por el equipo de Anders Walter, con unos matices oscuros centrados en el cáncer que consume a un miembro de la familia, hecho que se va intensificando hasta la confirmación final y llegado el momento de desvelar la verdadera naturaleza de los gigantes contra los que la lucha de Bárbara, que están en su imaginación o puede que no (sigue leyendo)


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