Correajes, Máuser Coruña 1943 y machete bayoneta modelo 1941
Navegando por el Mar de Papel Moneda, y otros mares... (Sailing at Sea of Banknotes, and others seas...)
viernes, febrero 07, 2025
jueves, febrero 06, 2025
miércoles, febrero 05, 2025
Guardia de televisión: reseña a los tres primeros capítulos de la primera temporada de «Cormoran Strike» (2017)
Seguiré con el esfuerzo de seguir haciendo que veo la serie de Cormorán Strike por la simple razón de que en casa ha gustado
Podría parecer pretencioso escribir una reseña habiendo visto solo tres capítulos de la primera temporada, pero en este caso lo considero justificado. Estos tres episodios funcionan como una película completa, adaptando íntegramente la primera novela de la saga escrita por J.K. Rowling bajo el seudónimo de Robert Galbraith (un alias que apenas duró dos meses tras su publicación).
Cormoran Strike es la serie de televisión que adapta esta saga de novelas. Aunque ya va por su sexta temporada, confieso que no me ha despertado el interés para continuar viéndola. No he leído las novelas originales y, en cuanto al género policíaco, reconozco mi preferencia por las adaptaciones audiovisuales sobre las literarias. Desconozco si mi opinión habría sido diferente de haber conocido primero la obra en su formato original, aunque probablemente sea irrelevante (pincha aquí para seguir leyendo)
martes, febrero 04, 2025
lunes, febrero 03, 2025
El servicio forzado de galeras
Antecedentes Históricos
La “edad dorada” de los forzados a remar bajo penas legales se sitúa entre los siglos XV y XVIII.
El rey Carlos VII de Francia fue el primero en promulgar en 1443 una pionera ley que instauraba la pena privativa de libertad en galeras. Por iniciativa del armador Jacques Coeur, quien no lograba completar sus tripulaciones con remeros asalariados, obtuvo del monarca el privilegio de reclutar por la fuerza a vagabundos, mendigos y ociosos. Para finales de siglo (1490), los tribunales solían conmutar penas de muerte o castigos corporales por la condena a galeras, dependiendo de la demanda de remeros.
Esta idea de explotar una mano de obra barata no pasó desapercibida para los reinos ibéricos, las repúblicas italianas y otras naciones ribereñas del Mediterráneo, extendiéndose incluso a Inglaterra, los Países Bajos, Suiza y regiones del mar Negro.
Aunque existen indicios de prácticas anteriores, como la conmutación firmada por Fernando el Católico en 1502, muchos expertos coinciden en que la primera norma penal al respecto en los reinos españoles fue la Pragmática de Carlos I en 1530. Con sus modificaciones, esta práctica se mantuvo vigente hasta el 16 de noviembre de 1748, cuando fue derogada debido a los avances en ingeniería naval, que hicieron caer a las galeras en la obsolescencia. No obstante, el servicio fue reinstaurado en varias ocasiones hasta su abolición definitiva por Real Orden el 30 de diciembre de 1803. Desde entonces, solo se empleó esporádicamente como castigo en el código penal militar para desertores, ladrones y quienes se autoinfligían lesiones para evadir el servicio militar.
Conductas penadas
El servicio en galeras podía imponerse, tanto por tribunales ordinarios como por los de la Santa Inquisición, como:
Pena principal: Por delitos como hurtos, robos, receptación, deserción, automutilación, herejía, blasfemia, jurar en vano, bigamia, falso testimonio, rebeliones, atentados, resistencia, uso ilícito de armas, juegos prohibidos, proxenetismo y otros.
Pena sustitutiva: En lugar de la pena de muerte, castigo corporal (corte de manos pies y orejas) o destierros, se consideraba que un reo vivo y útil en galeras era preferible a uno ejecutado o incapacitado.
Medida de seguridad: Aplicada, por ejemplo, a gitanos armadas y participantes en la compraventa ilícita de animales, vagabundos o plebeyos disfrazados durante los carnavales en la Corte.
Muy importante es que para ser conducido a una galera, la sentencia debía ser firme, prohibiéndose el traslado en supuestos de pendencia de recursos de apelación. En estos casos, los reos eran internados en cárceles depósito.
Características de los Penados
Edad.- La pena se aplicaba a reos entre los 20 y los 50 años, aunque esta horquilla varió con el tiempo en cuanto a edad mínima.
Sexo.- El servicio en galeras era exclusivo para varones. Las mujeres condenadas por los mismos delitos eran recluidas en penitenciarías conocidas como 'casas galeras', muchas de ellas lejos del mar.
Duración.- En España, las penas oscilaban entre los dos y los diez años. Aunque hubo casos de condenas a perpetuidad, el máximo legal era de diez años, tras los cuales el reo debía ser liberado. Se consideraba que un galeote comenzaba a rendir tras un año y medio de servicio.
Organización y posible recuperación anticipada de la libertad
Chusma.- Los forzados representaban el escalafón más bajo en una galera. Su vida estaba marcada por el maltrato físico, la malnutrición y la insalubridad, todo ello mientras permanecían encadenados al banco de remo.
Además de los forzados, existían los remeros asalariados, llamados buenos boyas, que podían ser personas sin antecedentes (clase de bandera) o antiguos galeotes que ya habían cumplido su pena (clase de galeotes). También estaban los esclavos, cuyo origen era diverso.
Formas de recuperación anticipada de la libertad.- Aunque la duración máxima era de diez años, los penados podían recuperar la libertad antes mediante:
- La compra de un esclavo que los reemplazara.
- La liberación interesada por parte del patrón de la galera u otro responsable.
- La fuga, aunque esta última opción era la más común y peligrosa.
En caso de liberación dolosa, negligencia y fuga, la ley imponía una responsabilidad civil a los responsables de la vigilancia, cuyos importes se destinaban a la compra de esclavos que sustituyeran a los evadidos.
Reflexión final
El servicio de galeras fue una forma extrema de aprovechamiento de la masa carcelaria para los intereses de la Marina por medio de las leyes penales.
**El presente artículo no es más que un conjunto de apuntes que sintetizan el trabajo del profesor Luis Rodríguez Ramos titulado La pena de galeras en la España moderna, publicado en las páginas 259-276 del Anuario de Derecho Penal y Ciencias penales, fascículo 2, de 1978
viernes, enero 31, 2025
Relación de publicaciones de enero de 2025
Hola a todos en este 2025, en este ya moribundo enero. Un mes que se me ha ido con demasiada facilidad para ser un año en el que necesito forzar las cosas para que cambien.
Así pues, os remito mis publicaciones, donde hay un poco de todo, desde artículos legales, mitología y la recuperación de la sección del coleccionista de pecios. También algo de opinión, las habituales y variadas reseñas, y la sección de uniformes en la galería que está cobrando fuerza, pues me encanta dedicarle las tardes de lluvia de fin de semana a la tableta gráfica. Quizá incluso un día de esto las reúna y haga un vídeo. “Un vídeo”, lo que me recuerda que esa faceta la tengo olvidada por pereza.
Aparte de eso, he recuperado un poema que dejé por ahí, tirado. Y si os preguntáis sobre mi proyecto de poemario, sigue avanzando: ya son más de 120 poemas, para los cuales, necio de mí, estoy pensando en buscar una editorial. Ya veremos.
¡Que os aproveche!
Artículos
—«Actualizaciones de rentas: ¿cómo se hace?» https://pasantesuperviviente.blogspot.com/2025/01/actualizacion-de-rentas-como-se-hace.html
—«Origen mitológico de la torre de Hércules» https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/la-torre-de-hercules.html
—El coleccionista de pecios: Mary E. Morris https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/el-coleccionista-de-pecios-mary-e-morris.html
Artículos de opinión
—Mediocridad periodística https://javieryustegonzalez.blogspot.com/2025/01/mediocridad-periodistica.html
Galería del navegante
—Capitán de fragata (CGA) https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/capitan-de-fragata-cga.html
—Teniente de Infantería de Marina. Comandante de vehículo anfibio AAV-7 (CIMA) https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/teniente-de-infanteria-de-marina.html
—Alférez de fragata (CGA) https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/alferez-de-fragata-cga.html
—Radioperador de la compañía de Organización y Movimiento de Playa (OMP) (CIMA) https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/radioperador-de-la-compania-de.html
Poemario
—La dama del perrito https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/poemario-del-navegante-la-dama-del.html
Refranero
—Sabiduría de viejo lobo de mar (65) https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2025/01/sabiduria-de-viejo-lobo-de-mar-65.html
Reseñas de
—la primera temporada de «Dune: La profecía» (2024) https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2025/01/guardia-de-television-resena-de-la.html
—la novela «En Canarias se ha puesto el sol», de Jordi Sierra i Fabra https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2025/01/guardia-de-literatura-resena-de-en.html
—la primera temporada de la serie de animación «Kimetsu no Yaiba. Guardianes de la noche» https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2025/01/guardia-de-television-resena-de-la_0205714535.html
—del comic «Not All Robots (Vol. 1). El mejor amigo del hombre», de Mark Russell y Mike Deodato https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2025/01/guardia-de-comic-resena-de-not-all.html
jueves, enero 30, 2025
miércoles, enero 29, 2025
Poemario del Navegante: La dama del perrito
De mañana era un brote tierno,
retoño errante, inquieto al viento.
Por delante, iba su perrito,
siguiendo el rastro del tiempo.
De tarde se volvió heno seco,
mirada quieta, sombra en el suelo.
La vi de lejos, hablar con su madre,
y el perrito, soñaba en el suelo.
martes, enero 28, 2025
Guardia de cómic: reseña a «Not All Robots (Vol. 1). El mejor amigo del hombre», de Mark Russell y Mike Deodato Jr.
PANINI 2022 ISBN: 9788411014601 112 páginas |
Una inquietante mirada hacia un futuro de obsolescencia
Resulta harto interesante la premisa del cómic que nos presentan Mark Russell al guión y Mike Deodato Jr. a los lápices y las plumillas: en un futuro no muy lejano, en el que los humanos hemos terminado de arruinar nuestra frágil Tierra a base de contaminación, incendios y sequias, la Humanidad (o buena parte de la misma) vive recluida en ciudades burbuja donde el suministro de aire no contaminado está regulado por inteligencias artificiales. Pero no sólo es el aire. Todo está regulado por inteligencias artificiales: la economía, la policía, la justicia, la sanidad… Y, salvo la peluquería, todos los trabajos se han automatizado. Para evitar el caos, se adoptó la política de asignar un robot doméstico a cada familia; un ser metálico con un chip de empatía que trabaja y que, con su salario, sostiene el núcleo familiar que le ha tocado en suerte, algo que no tiene porqué gustar a todos los implicados.
Esto último es lo que le sucede al robot de los Walters. Odia su trabajo y la interacción con los cuatro humanos que encuentra en el salón de casa tras cada jornada de trabajo en la fábrica de fabricación de robots (en relaciones públicas); cuatro humanos que son un padre (con menos autoridad que un cartel de “prohibido jugar a la pelota” colocado en una plaza; que sorprende que haya logrado reproducirse por lo idiota que es, aunque puede que sea el más inteligente al saberse obsoleto y privilegiado de vivir sin trabajar; y que cuenta con el aspecto físico de Michael Douglas en «Un día de furia», a saber porqué); una madre que comienza a temer que el robot familiar los asesine una noche y dos hijos que adquieren inclinaciones más radicales ante el futuro y el peligro robótico (pincha aquí para seguir leyendo)
lunes, enero 27, 2025
El coleccionista de pecios: Mary E. Morris
Oak Island (Condado de Brunswick) es un pueblo que podemos encontrar con relativa facilidad en un mapa del estado de Carolina del Norte, en la franja conocida como “El cementerio del Atlántico”. No parece más que otro punto cualquiera de la costa Este de los EEUU, sin mucha historia al no haber sido aparentemente habitada hasta entrado el s. XIX. Sin embargo, en las rectilíneas y nada imaginativas calles residenciales del Bulevar Barbee, cerca de la confluencia con East Oak Island Drive, los coleccionistas de pecios podemos admirar una curiosidad: los restos del carguero Mary E. Morris.
La goleta de 417 toneladas y de tres palos fue construida en Camden, Nueva Jersey, en 1884, en los astilleros de Mathis and Morris, fue otra víctima más del área de Cabo Fear, uniéndose a los cinco mil navíos, más o menos, naufragados en la zona.
En uno de sus habituales cruceros entre Charleston y su puerto base, sito en Filadelfia, el 13 de octubre de 1893 un huracán sorprendió a la Mary E. Morris con las bodegas llenas de fósforo. A unas siete millas de Southport (Carolina del Norte), el capitán dio la orden de abandonar la nave, salvándose toda la tripulación. La Mary E. Morris terminó por embarrancar en las playas de Oak Island y quedó sepultada por las arenas.
Se conocía la ubicación del pecio, que emergió en los años 1979, 1984, 1990 y 1997, pero no fue hasta después del paso del huracán Dennis, el 29 de agosto de 1999, que el ayuntamiento de Oak Island decidió recuperar los restos, y trasladarlos al interior. Actualmente, se encuentra en el número 400 del Bulevar Barbee, donde está expuesto como monumento público (Shipwreck Park).
viernes, enero 24, 2025
jueves, enero 23, 2025
Mediocridad periodística
A escribir se aprende de dos maneras: escribiendo un poco y leyendo un mucho. Más o menos fue lo que Stephen King nos dijo en su magnífica obra Mientras escribo. El de Bangor afirmó que de la lectura siempre se aprende, sin importar si era con un título excepcional o con uno que fuera una completa basura: de aquellos buenos se aprende y se asimila la forma correcta de narrar y expresar; de aquellos mediocres se obtiene una lección sobre todo aquello que hay que evitar.
Sin embargo, es fácil tropezarse con necios que se autoproclaman como escritores, pero detestan leer, a semejanza de aquel inepto que rueda películas y no le gusta el cine. Sobra decir quién.
A muy temprana edad me sentí atraído por la alquimia literaria y, décadas después, aún me considero un estudiante poco aplicado. El título acreditativo de la condición de escritor dista mucho de serme impreso y entregado. Y también me sentí atraído por el periodismo.
Recuerdo el formulario de la selectividad, aquel en el que debía enumerar las cinco facultades por las que suspiraba. Me dio por anotar la de Ciencias de la Información. Durante el Bachillerato nos habían ido refinando los gustos (o disgustos) hacia al periodismo. En vez de leer y analizar pasajes del Quijote, lo hacíamos con noticias y artículos de opinión de las principales espadas nacionales. Podía ser tan entretenido como tedioso, según se mirara, pero la cosa estaba relacionada con la escritura y eso me interesaba. Sin embargo, acabé escogiendo un sendero determinado porque ya transitado y porque mis padres no estaban por la labor de que su hijo menor acabara vagabundeando por los pasillos de la Facultad más cercana a nuestra casa, frecuentemente mencionada en los telediarios y no precisamente por sus profesionales más renombrados.
Con el paso de los años, mi apetencia por el campo del periodismo se fue deteriorando hasta el punto de sentir cierto desprecio generalizado por la profesión. Obviamente, algunos nombres propios se salvan, pero me repatea el culo la masa informe de reptiles que acciona y reacciona según la cantidad de dinero que logre con la extorsión o según tire o afloje la correa el amo de turno, sin tener escrúpulos a la hora de caer en la felación y el canibalismo.
La degeneración del periodismo causa vergüenza. La mediocridad es aberrante. Las noticias son vómitos prefabricados con ausencia total de estilo y personalidad. Por eso y por otros motivos, ya no leo prensa actual. Prefiero perderme en las hemerotecas y repasar reportajes amarillentos, escritos por plumillas que hilaban y trenzaban la noticia con las palabras, en una unión sacrosanta, en una batalla por culturizar.
En una de esas tardes de náufrago de hemeroteca, di con una crónica que recogía un suceso terrible, acontecido hace casi medio siglo. Tan atroz que podría haber sido protagonizado en la ficción por Alex y sus drugos en uno de los capítulos de La naranja mecánica, de Anthony Burguess: unos jóvenes irrumpieron en la casa de un matrimonio de ancianos, culminando la noche en asesinato y necrofilia.
El crimen real fue trasladado al papel con una mezcla de repulsión y exuberancia estilística que da cuenta de la cultura y del buen hacer de aquellos periodistas ya extintos.
Voy a extractar parte de la noticia para que os hagáis a la idea:
“[…] dos jóvenes hermanos perpetraron un espeluznante y trágico hecho de sangre […] careciendo del sentido crítico de la razón […] impulsados por la violencia ciega que padecían en contra de sus congéneres […] El suceso conmovió por las dramáticas características que reunió el doble homicidio […] se buscó y se quiso conquistar con la muerte de los atacantes […] los agresores los ultimaron con un cuchillo filoso.”
¿Os imagináis que, hoy día, pudiéramos leer noticias con este estilo recio y refinado? Yo no lo puedo imaginar, pues esta sociedad y el periodismo son muy distintos a aquellos.
Nos creemos superiores por el simple hecho de que todos los de mi generación, y los de las más nuevas, hemos hecho el rito de paso a la edad adulta mediante un título universitario, pero somos unos necios, peores que analfabetos, y los periodistas de hoy en día bailan al mismo son. El periodismo se ha enfangado en los bajos fondos lingüísticos; se ha reducido a las escupideras.
miércoles, enero 22, 2025
Sabiduría de viejo lobo de mar (65)
Si la lluvia te coge antes que el viento,
alista drizas sin perder un momento.