martes, octubre 21, 2025

Churruca antes de la batalla de Trafalgar

Según las fuentes biográficas, estas palabras son atribuidas al brigadier guipuzcoano de la Real Armada, Cosme Damián Churruca, pronunciadas antes del inicio de la batalla de Trafalgar:

A su cuñado, José Ruiz Apodaca, guardiamarina bajo sus órdenes a bordo del navío de línea San Juan Nepomuceno: «Escribe a tus padres que vas a entrar en un combate sangriento; despídete de ellos, pues mi suerte será la tuya, y antes de rendir mi navío, lo he de volar o echar a pique: éste es el deber del que sirve al Rey a su patria

A un amigo: «Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto

A su tripulación, ante el capellán: «Cumpla Vuecencia con su ministerio: absuelva a esos valientes que no saben lo que en la batalla les espera

A si tripulación tras la bendición del capellán: «Hijos míos, en nombre del Dios de los Ejércitos, prometo la bienaventuranza al que cumpla con sus deberes; el que a ellos falte será fusilado; y si escapa a mis miradas o a las de los valientes oficiales que tengo el honor de mandar, sus remordimientos le seguirán mientras arrastre el resto de sus días miserable y desgraciado

Refiriéndose al almirante Pierre Charles Silvestre de Villeneuve, comandante de la flota francoespañola en Trafalgar: «El general francés no conoce su obligación y nos compromete… ¡Qué funesta ha sido siempre para España la unión de sus escuadras con las francesas! ¿Recuerda Vuecencia lo que decía días pasados del cabo Sicié y del combate de Finisterre, en que fuimos abandonados?»

Churruca murió el 21 de octubre de 1805, en el transcurso de la batalla de Trafalgar y el navío a su mando, el San Juan Nepomuceno, fue capturado por el enemigo, sirviendo a la corona inglesa hasta su baja y desguace en 1816.


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