Ediciones Anaya, Salamanca Biblioteca Anaya, nº 42 (e) 1967 Depósito legal: M. 2598-1967 368 páginas |
Novela que he leído por primera vez con los cuarenta años pasados y que, a buen seguro, repetiré
Nací y crecí en la tierra del autor, pero eso no se tradujo en que algo escrito por él fuera de lectura obligatoria durante mi deficiente formación académica en Lengua española. Por otro lado, no está en mi ánimo eso de escribir aquí una suerte de trabajo de bachiller sobre una obra de la que todo el mundo ha oído hablar y en la que muchos se habrán se habrán sumergido con dispar fortuna y agrado. Yo, esto último, lo he hecho en la cuarentena (de edad, que no del COVID), sin ser capaz de recordar si hasta la fecha habré leído algo firmado por Baroja. Repito: mi formación en este sentido fue negligente y patética, como no podría ser de otro modo si atendemos a las fechas.
Durante las vacaciones del verano de 2022 necesitaba algo con sabor salado y lo he encontrado en esta autobiografía ficticia del capitán de la marina mercante Santiago de Andía, en la que Baroja no se cortó a la hora de acribillarla con notas personales. Andía se convierte en un alter ego marinero de Baroja, sobre todo cuando rememora hazañas infantiles y de juventud, incluyendo ciertos apuntes de su periodo como médico en Cestona, pero que va mucho más lejos gracias a la documentación extraída de una variopinta colección de libros y a la concesión más gratuita a la ficción piratesca en franco homenaje a Poe y a Stevenson (sigue leyendo)
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