martes, mayo 07, 2024

Guardia de televisión: reseña a la miniserie «El quinto día» (2023)

Título original: «Der Schwarm». 2023. 8 episodios de 46 min. Alemania. Dirección: Frank Doelger (creador), Barbara Eder, Luke Watson, Philipp Stölzl. Guión: Steven Lally, Marissa Lestrade, Chris Lunt, Michael A. Walker (novela de Frank Schaetzing). Reparto: Alexander Karim, Cécile de France, Barbara Sukowa, Leonie Benesch, Joshua Odjick, Krista Kosonen, Takuya Kimura, Oliver Masucci, Kari Corbett, Sharon Duncan, Jack Greenless, Takehiro Hira, Dutch-Barre Johnson

Excesivos cabos sueltos que no conducen a ninguna parte y que se deshilachan con suma facilidad en lo que tildaría como la decepción de año

Ésta fue una producción que apesta a rancio en su forma e, incluso, en su mensaje; aquel propio de las películas de catástrofes y de advertencia que tan poco poso siempre han dejado en el comportamiento general humano para nuestra desgracia. Otro de esos títulos en los que participa un dédalo de países aportando actores que hablan un mismo idioma con distintos acentos. De ciencia-ficción sin mundos exóticos que visitar ni viajes espaciales en los que entretenerse con cualquier pijería (sigue leyendo)


Lectura de 7 de mayo de 2024 a las 1200 horas

  



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lunes, mayo 06, 2024

La salud mental zoomérica


El otro día me apareció remarcado en el móvil un artículo de Rubén Márquez, en la web 3djuegos.com, titulado “La Generación Z no persigue ni el teletrabajo ni el sueldo de un CEO, su tendencia se llama ambición silenciosa y es un problemón para las empresas”.

La Generación Z, posmilénica o centúrica, es la formada por aquellos nacidos entre 1997 y 2012, y Márquez, echando mano del estudio de la compañía de análisis y planeamiento Visier, nos hace llegar que el 9% de los zoomers encuestados durante una entrevista de trabajo aspiraría a alcanzar un puesto de gerencia y, de entre estos, tan solo un 4% pretendería llegar a ser un ejecutivo de alto nivel.

La razón es simple: evitar cualquier peligro de estrés, a imagen y semejanza de aquella que sacó la mayor puntuación en el MIR y que quería su puesto de dermatóloga para “vivir bien”, banalizando la especialidad hasta el extremo de merecer ser expulsada del colegio de médicos.

Si levantara la cabeza Kant...

Pasar tiempo con la familia y los amigos, alcanzar la plena salud física y mental, y viajar son los componentes de esta ambición silenciosa que, por lo visto, amenaza con colapsar la escalera corporativa, junto con esa moda de ir cambiando de puesto de trabajo como de ropa interior, a semejanza del novio en la famosa canción de Katy Perry.

Pero, yo, en mi inmensa ignorancia, me pregunto ¿cómo se evita el estrés si la vida no es más que esa puta mierda? Pues no hace falta ser gerente ni CEO para chupar del bote de la mermelada agria en el trabajo y en el día a día. El asunto me provoca la risa floja, pues hemos convertido a nuestros hijos en unos hedonistas incapaces de asumir hasta los más nimios de los problemas que nos hacen humanos. En unas personitas frágiles de Instagram que se creen que la vida pasará por ellos y no los tragará, masticará y cagará como un tiburón con disentería.

Estaríamos bien jodidos si fuésemos ucranianos.

Risa... Carcajada más si cabe porque cuando tienes la suerte de hablar con un zoomer o con un orgulloso padre de zoomer futuro graduado en Derecho, quienes te transmiten la dicharachera creencia de que nada más abandonar la facultad van a embolsarse 3.000,00 € netos al mes por el mero hecho de respirar y sin romperse un solo cuerno, en plan Livin’ la vida loca, y por eso de que yo lo valgo y tengo título con la tinta fresca.

Aspiran a la jubilación con treinta años, pero sin estresarse. ¿Pretenden mantener su existencia como rentistas? Supongo que sí, pues no hay otra forma, pero los rentistas también se llegan a estresar cuando sus inquilinos no pagan el mes y tienen que desfondarse y correr a donde el abogado para que insten desahucios y toda la pesca.

Y, como quien no quiere la cosa, a renglón seguido iba la noticia más cacareada del rastrero producto de RTVE MasterChef, del que tengo el gusto de no haber visto un solo programa. Bastante tengo con haber soportado clips y avances encabezados por esos tres payasos de blanco que responden a los nombres de Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, y que siempre me han caído tan bien como una patada en los mismísimos ("¡qué gusto!"). Clips y avances en los que se daba buena muestra de lo que en ellos se destila: la humillación constante y el acoso de matón de patio de colegio. Producto que lleva la friolera de doce temporadas y que sus acólitos han seguido con el fervor propio de un público adicto al sadomasoquismo.

Noticia en la que se hizo saber al vulgo y a la corte que una de sus aspirantes, de nombre Tamara, había abandonado el concurso y RTVE se había visto obligada a retirar y eliminar el programa en cuestión de RTVE PLAY y RRSS. Y es que a la cadena generalista pública le ha caído las del pulpo por eso de que, de pronto, el público (y los concursantes) se ha dado cuenta de que Jordi Cruz, con Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera a la zaga, es un *escójase al gusto* con licencia 007 para humillar y reírse del más tonto; pero con la salud mental hemos topado, amigo Sancho.

De pronto, ya no es tan divertido ver cómo esos tres tiranos por la gracia de la sacrosanta batidora satisfacen sus necesidades sexuales y cómo los cocinillas de sofá se ponen a parir y a arreglar el mundo.

La tal Tamara, que a saber si es zoomer o no, profirió al éter que se marchó por salvaguardar su salud mental y todo el globo hinchado de la hinchada de RTVE (y la no hinchada) estalló en aplausos y tuiteos. Ese mismo espectador que se deshacía de gusto con cada degradación, mortificación, desdén, ruindad… Ahora muta, como si todo lo anterior fuera una broma y se ha hecho daño a la cristalería. Me apuesto algo bueno que esta Tamara ya sabía dónde se metía, pero debería creerse que todo era teatro y algodón de azúcar.

Alcemos las copas. ¡Salud mental!


Lectura de 6 de mayo de 2024 a las 1200 horas

  



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martes, abril 30, 2024

Relación de publicaciones de abril de 2024

Hola a todos: no estoy muy de humor por lo que no me voy a extender en absoluto. Tan solo remitiros a los siguientes enlaces que espero sea de vuestro agrado.

Un saludo

Pasante superviviente

— 65: Regreso al año de la revelación (historieta de cinco páginas y un artículo de opinión más abajo) https://pasantesuperviviente.blogspot.com/2024/04/65-regreso-al-ano-de-la-revelacion.html

—66: Gracezilla https://pasantesuperviviente.blogspot.com/2024/04/66-gracezilla.html


Opiniones en audio

—«Hoy hablamos de… La nostalgia ochentera de Ramsey Ferrero» https://youtu.be/DPehnJaxQ9U?si=ZCrRia4NvXEOCc1H


Otras reflexiones  (Opinión)

—«Con Cataluña hemos dado, Sancho, pero nos vamos a divertir» https://navengantedelmardepapel.blogspot.com/2024/04/con-cataluna-hemos-dado-sancho-pero-nos.html


Reseña

—A la miniserie de televisión «Kleo» (2022) https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2024/04/guardia-de-television-resena-la.html

—A la novela dramática y de ciencia ficción «Donantes de sueño», de Karen Russell (2023) https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2024/04/guardia-de-literatura-resena-donantes.html

—A la mítica película «La cruz de hierro» (1977) https://guardiadeimaginaria.blogspot.com/2024/04/guardia-de-cine-resena-la-cruz-de.html


Guardia de cine: reseña a «La cruz de hierro» (1977)

Título original: «Cross of Iron». 1977. 132 min. RU-Alemania. Dirección: Sam Peckimpah. Guion: Julius J. Epstein, Walter Kelley y James Hamilton (novela de Willi Heinrich). Reparto: James Coburn, James Mason, Maximilian Schell, David Warner, Senta Berger, Klaus Löwitsch

La historia de Heinrich, sumado el sello de Peckimpah, revienta en la cabeza de espectador

Resulta raro ver el nombre de Sam Peckimpah en una producción que no esté cubierta hasta el sobaco por el polvo y la suciedad del Western, pero, aun estando en otro “campo”, su sello de brutalidad y enfrentamiento con el espectador permanece indeleble para mostrar una crudeza inédita hasta entonces en pantalla. Y la novela «Das geduldige Fleisch», de Willi Heinrich, le sirve a la perfección a Peckimpah, gracias al guión de Julius J. Epstein, Walter Kelley y James Hamilton, para hacer eso que tan bien se le daba en una producción en la que se dice que se metía cuatro botellas de whisky al día entre pecho y espalda (sigue leyendo)


Lectura de 30 de abril de 2024 a las 1200 horas

  



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martes, abril 16, 2024

Guardia de literatura: reseña a «Donantes de sueño», de Karen Russell

Título original: «Sleep donation»
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Editorial Sexto Piso, Madrid
Primera edición: mayo de 2023
ISBN: 9788419261472

El aserto de Stephen King para lanzar la novela surtió su efecto: “[…] me provocó pesadillas”. Sí, puede ser un relato de pesadilla, pero me ha dejado un sabor agrio

Me resulta harto discutible que esta obra pueda ser considerada una novela corta por cuanto no creo que alcance el “grosor” necesario para dicha consideración. 170 páginas con un tipo de letra que la podría leer un hipermétrope sin gafas sólo merece la etiqueta  de relato.

En origen fue un ebook publicado en la década de los 2010 por Karen Russell, una autora que ha ganado gran prestigio por ser finalista del Pulitzer en 2012 y porque Stephen King, uno de sus declarados admiradores, ha dado un empujón violentísimo a esta pequeña historia que pasaría sin pena ni gloria en su momento.

A pesar de la labor de edición para esta nueva remesa, «Donantes de sueño» me parece floja a pesar de sus puntos positivos. Cierto que para ser una novela prepandemia del COVID-19, se observan en la narración ciertos paralelismos en la relación de noticias que Russell, por medio de su protagonista y narradora, Trish Edgewater, va acumulando en el texto: el desconocimiento total del origen de la enfermedad, el negacionismo, las curas milagro, los medios de información o desinformación… Cierto, pero resulta ser una obra muy poco desarrollada. Puede que para la autora, en su momento y para lo que quería decir, le llegara, pero no al lector (sigue leyendo)


Lectura de 16 de abril de 2024 a las 1200 horas

  



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martes, abril 02, 2024

Guardia de televisión: reseña a la miniserie «Kleo» (2022)

Título original: «Kleo». 2022. 8 episodios de 50 min. aprox. Alemania. Dirección: Viviane Andereggen, Jano Ben Chaabane. Guion: Hannon Hackfort, Bob Konrad, Richard Kropf, Elena  Senft. Reparto: Jella Haase, Julios Feldmeier, Dimitrij Schaad, Vladimir Burlakov, Rodrigo Rojo

Es una serie de comando espía en la post Guerra Fría, cargada de momentos hilarantes y absurdos

Ya no me molesto en poner primera temporada ni nada, porque, visto lo visto, no me extrañaría que no hubiera continuación, aunque las escenas de los créditos finales del último capítulo, así como su propio epílogo (bastante agrio), da a entender que la idea aún puede dar juego. Pero ya sabemos cómo se las gastan los de Netflix, que tienen la tijera más rápida del Oeste.

Bueno. Apuntado esto, hablaros de «Kleo», cuya protagonista principal, sol del sistema, es Kleo Straub, una joven entrenada por la STASI para ser una asesina que opere detrás de las líneas del enemigo capitalista. Es la mejor para orgullo de Otto, su abuelo y supuesto único pariente vivo, un gerifalte del Ministerio del Interior, aunque Kleo todavía está lejos de ganar la Makarov de oro, como la camarada Ramona (sigue leyendo)


Lectura de 2 de abril de 2024 a las 1200 horas

 



  • Barómetro: 757 (Variable) 
  • Termómetro: 11º
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