sábado, marzo 31, 2018

Relación de publicaciones de Marzo de 2018


Artículos
—Embarcaciones: Barangay (Filipinas) https://goo.gl/DmYzhj

Colaboraciones con HRM
—Artículo «Breve relación de sustancias químicas empleadas por el bando alemán durante la primera guerra mundial» http://www.hrmediciones.com/index.php/blog-rei/87-contemporanea/204-gas-j-yuste

Reflexiones a la luz de la bitácora

Reseñas
—Reseña a la película protagonizada por Errol Flynn «Robin de los bosques» (1938) https://goo.gl/2xLj1L
—Reseña a la novela de ciencia-ficción distópica «¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!», de Harry Harrison https://goo.gl/YhvmQM
—Reseña a la serie de televisión «The bridge», en su primera temporada https://goo.gl/d428Bg
—Reseña a la serie cómic «Érase una vez en Francia», de Fabien Nury (guionista) y Sylvain Valée (dibujante) https://goo.gl/iY7RNb

martes, marzo 27, 2018

Guardia de cómic: reseña a «Érase una vez en Francia (serie completa)», de Fabien Nury (guionista) y Sylvain Valée (dibujante)

Norma, Barcelona. 2013
32 cm. Color
128 páginas
ISBN: 978-84-679-1098-8
«Érase una vez en Francia» es una obra exuberante, con un hilo conductor casi apasionante aún cuando no te convenzan mucho las historias de mafiosos; plagada de flashbacks bien sellados, se acompaña de un trazo bello, calculado y detallista, sin burdos añadidos en unas viñetas en las que imperan los primeros planos y los marcos ocupan todo el ancho de la página

El ajedrez es un juego único. Apasionante, cruel; capaz de despertar el ingenio del más anodino ser o, al contrario, de espantarle por su terrible complejidad a partir del primer nivel básico de aprendizaje. Sobre el tablero hay dos ejércitos enfrentados; dominan las casillas, en cuanto a número, los peones, desprovistos de gracia e indefensos. Son los primeros en caer mas, por caprichos de la Fortuna o del buen hacer del jugador, si llegan hasta la última línea pueden convertirse en cualquier figura que se desee. No es más que una paradoja plana del mundo real, en el que el más humilde, si es capaz de sortear los peligros con audacia y avanza lo suficiente, puede llegar a ostentar un cetro. Prácticamente el 100% de los peones que alcanzan la retaguardia del campo enemigo, se convertirán en reinas, la pieza más poderosa sobre el tablero, pero Joseph Joanovici, el protagonista de «Érase una vez en Francia», decidió ser rey.

Joanovici llevó toda la vida sobreviviendo. De niño, oculto a toda mirada, presenció cómo unos soldados zaristas masacraban a su familia y a todo el pueblo por el único crimen de ser judíos. Esa escena se grabará en su memoria como en la roca, aunque en las viñetas no se vuelva sobre ese suceso de infancia. El protagonista solo perseguirá a partir de entonces defender lo que le pertenece, a los suyos, cueste lo que cueste.

Pasados unos años, estando Joanovici casado con Eva, a quien conoció el día de la matanza, el matrimonio se desplaza de Rumania a Francia para encontrar cobijo bajo el ala de un familiar de la esposa. Joanovici se presentará como un tipo de aspecto endeble, escaso de luces a la hora de hablar un idioma que no domina y que carga con el peso del analfabetismo; pero todo es fachada: Joseph es un muchacho muy listo. De inmediato demostrará ser un genio separando y recuperando metales y se aprovechará de los turbios negocios de su tío político para avanzar en el tablero hacia la última línea. No era una mala persona: Joseph solo quería prosperar y no volver a ser nadie a quien pudieran pisotear.

Norma, Barcelona. 2013
32 cm. Color
128 páginas
ISBN: 978-84-679-1187-9
El dinero va acumulándose, pero los fuegos de una inminente guerra mundial se avivan a finales de los años ’30, momento que será crucial para Joanovici, quien tiene en el bote a no pocos criminales y policías. En un bosque de los alrededores de la Línea Maginot firmará un acuerdo que le permitirá jugar en la primera división del contrabando: aún siendo judío, acepta la propuesta de seguir con vida y amasando una fortuna, así como seguridad, vendiendo material (no del todo hábil) a un rudo oficial nazi.

Joanovici llegó a la última línea del tablero, pero, en vez de convertirse en reina, decidió coronarse rey. No huyó con su familia a América cuando la defensa francesa se colapsó en 1940 y apostó por el caballo ganador, hasta el punto de comprar su certificado de ario sin importarle que lo hiciera en una cena rodeado de altos oficiales nazis. Pero Joanovici no era un traidor, solo un pez que se iba haciendo grande en un río infestado de depredadores y peces más chicos y, por tanto, prescindibles; por lo que, en 1943, comenzó a acercarse y a financiar redes de resistencia como Honor y Policía.

Cierto es que el Señor Joano, como lo llamaban sus empleados, vestía el uniforme de colaboracionista, pero también el de patriota. Mas no era otra cosa que un mafioso que pronto sería atacado por todos los frentes cuanto más viejo se fuera haciendo, perdiendo aliados e influencia, a la par que familia, hasta que solo le queda su fiel Lucie-Fer, su asistente desde los primeros años en el negocio, su confidente y amante, aunque ésta nunca llegara sustituir a Eva en el corazón del ladino chatarrero.

«Érase una vez en Francia» obtuvo el Premio a la mejor serie del Festival de Angoulême de 2011. Es una obra dividida en tres tomos y seis capítulos que retratan cómo pudo ser la existencia y peripecias del verdadero Joseph Joanovici, un hombre, con luces y sombras, que reúne en su biografía parte de la Historia reciente de Francia. Nury, al guión, y Vallée, a las viñetas, firman un extenso cómic que debe mucho a «El Padrino» en cuanto a raíces y primeros pasos, con un personaje central que no es malvado y que trata de hacer las cosas por las buenas, pero cuya ambición lo espolea por detrás; quería labrarse una posición, algo que parecía imposible para un pobre judío del mísero rural rumano, y para ello trabaría amistad con peligrosos sujetos, pero siempre jugando sus cartas con habilidad. 

Y un hombre de este peso siempre tendrá enemigos y Nury une su drama al del “insignificante” juez de Melun, Jacques Legentil, su némesis, que lo atormentará hasta el día de su muerte; y es que Legentil acusaba a Joanovici de ordenar la violación de la esposa del magistrado. Con la excusa del asesinato de un joven resistente acusado de traición, cuya muerte deja en la sombra un delito aún mayor, Legentil se obstinaría en su venganza personal contra Joanovici, empleando métodos que le irían alejando de la realidad y de la Justicia, ganándose incluso el desprecio de aquellos otros que también buscaban la cabeza del chatarrero.

Norma, Barcelona. 2013
32 cm. Color
128 páginas
ISBN: 978-84-679-1297-5
De los tres tomos que componen la serie, el mejor es el segundo, ambientado durante la ocupación nazi de Francia; el peor, el tercero, donde se detallan a trompicones y sin respiración casi dos décadas de existencia de Joanovici: el volumen que cierra la serie es como un edificio en ruinas al que se le presta ayuda con un poco de TNT para que termine de caer. Tratar mejor el distanciamiento de las hijas de Joanovici con su padre, el cambio de actitud de su hermano Mordhar o su estancia en Israel bien podrían haber merecido más páginas. El Señor Joano termina con sus huesos en un pueblecito rural francés, bajo arresto domiciliario, y, en nada, se vuelve a hacer rico y atrae malas compañías que solo pretenden que se les sacie como a sanguijuelas, pues es viejo y débil; huye de Francia y es expulsado por Tel Aviv; de vuelta al país galo, es ingresado en prisión de donde sale enfermo y decrépito, listo para un último enfrentamiento con Legetil, mostrando los naipes durante un tranquilo día de otoño, sentados en un banco del parque.

«Érase una vez en Francia» es una obra exuberante, con un hilo conductor casi apasionante aún cuando no te convenzan mucho las historias de mafiosos; plagada de flashbacks bien sellados, se acompaña de un trazo bello, calculado y detallista, sin burdos añadidos en unas viñetas en las que imperan los primeros planos y los marcos ocupan todo el ancho de la página. Lástima que no pocos personajes sean prácticamente idénticos físicamente y el lector se pueda perder entre las líneas.

Aunque las portadas de los tomos 1 y 2 inciten a pensar de este modo, acentuado por el título de la serie, no es una trama que gire en torno a la ocupación nazi del país y a la persecución antisemita. Tal prejuicio me mantuvo alejado de esta obra hasta que, tras cavilarlo y echar un vistazo a vuela pluma, tomé la decisión de prestarle mi tiempo a «Érase una vez en Francia», la cual me enganchó desde las primeras páginas por su dinamismo cinético, tanto que me leí los tres tomos seguidos, que no de un tirón (algo que se debe evitar siempre). La estructura es agradable y bien llevada; aunque resulte extraño, para el lector, que en los primeros compases se le conceda tanta importancia al juez Legentil cuando desaparece de escena durante más de un tomo y medio largos.

Lectura de 27 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 758 (Variable). Encapotado
  • Termómetro: 12º
  • Higrómetro: 54%

27 de Marzo de 2018

jueves, marzo 22, 2018

«The Rising», Bruce Springsteen



Can't see nothin' in front of me
Can't see nothin' coming up behind
I make my way through this darkness
I can't feel nothing but this chain that binds me
Lost track of how far I've gone
How far I've gone, how high I've climbed
On my back's a sixty pound stone
On my shoulder a half mile line

Come on up for the rising
Come on up, lay your hands in mine
Come on up for the rising
Come on up for the rising tonight

Left the house this morning
Bells ringing filled the air
Wearin' the cross of my calling
On wheels of fire I come rollin' down here

Come on up for the rising
Come on up, lay your hands in mine
Come on up for the rising
Come on up for the rising tonight

Li, li, li, li, li, li, li, li, li

Spirits above and behind me
Faces gone black, eyes burnin' bright
May their precious blood forever bind me
Lord as I stand before your fiery light

Li, li, li, li, li, li, li, li, li

I see you Mary in the garden
In the garden of a thousand sighs
There's holy pictures of our children
Dancin' in a sky filled with light
May I feel your arms around me
May I feel your blood mix with mine
A dream of life comes to me
Like a catfish dancin' on the end of the line

Sky of blackness and sorrow (a dream of life)
Sky of love, sky of tears (a dream of life)
Sky of glory and sadness (a dream of life)
Sky of mercy, sky of fear (a dream of life)
Sky of memory and shadow (a dream of life)
Your burnin' wind fills my arms tonight
Sky of longing and emptiness (a dream of life)
Sky of fullness, sky of blessed life (a dream of life)

Come on up for the rising
Come on up, lay your hands in mine
Come on up for the rising
Come on up for the rising tonight

Li, li, li, li, li, li, li, li, li

Lectura de 22 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 758 (Variable). Despejado
  • Termómetro: 9º
  • Higrómetro: 52%

22 de Marzo de 2018


martes, marzo 20, 2018

Guardia de televisión: reseña a «The Bridge. Temporada primera»

Título original: «The Bridge». 2013. EEUU. Drama policíaco. Dirección: varios. Creadores: Elwoos Reid, Björn Stein, Meredith Stiehm. Elenco: Diane Kruger, Demián Bichir, Thomas M. Wright, Ted Levine, Mathew Lillard, Emily Ríos, Annabeth Gish, Johnny Dowers, Ramón Franco

Lo arriesgado de esta serie es que no hay final feliz y los últimos capítulos sirven para introducir al espectador en la trama de la segunda temporada, con el sufrimiento de Marco y un giro definitivo, ya anunciado, hacia la violencia y corrupción de Ciudad Juárez

Nada más turbador para las fuerzas del Orden que un asesinato sin explicación, plagado de interrogantes y que escape de todo raciocinio, pero más cuando da pie a disputas sobre la jurisdicción; por ello, cuando aparece un cuerpo en la misma línea que marca la frontera entre Méjico y los Estados Unidos de América, el conflicto está servido, pero es que, en realidad, resulta que están antes dos mitades de dos personas distintas.

Así es como da comienzo a la versión americana de «Broen». 

De la original no he tenido el más mínimo contacto, gusto o disgusto, por lo que me ahorraré las odiosas comparaciones, aún teniendo la certeza de que la que nos arrastra a la árida frontera es mucho más interesante que la escandinava por el contraste cultural y social, pues entre Dinamarca y Suecia, ¿qué hay?, a ver, ¿algunos vocablos pronunciados de otro modo y variaciones cromáticas de cabello? Sin duda, la border aportará una mayor riqueza idiomática, política, social y criminal.

El punto de partida permitirá que dos policías, uno de Ciudad Juárez y otro de El Paso, tengan que compartir investigación y detener a un brutal y sádico asesino que guarda una íntima relación con uno de los protagonistas principales, llevando a cabo y sin freno una estudiada venganza que demostrará que los hombres no pueden ser dioses, pero sí demonios en un punto del planeta donde las mujeres se esfuman sin dejar rastro y los cañones de las pistolas de los narcos no dejan de humear.

De entre los personajes, que no son pocos al ser un drama coral necesario para abarcar la caída en el lado oscuro, los secretos más inconfesables y la impotencia ante el dolor propio y ajeno, destaca no solo Marco Ruiz, completísimo y detallado, sino el periodista Daniel Frye, quien lleva su carga de maldad omisiva pegada a los poros.

Resulta interesante Sonya Cross en su presentación, más por las preguntas que por las respuestas que pueda dar. Pero este personaje, interpretado por Diane Kruger, no es más que otro apunte en la larga lista de afectados televisivos por el síndrome de Asperger, que provocará cuantiosos malentendidos que poco o nada aportan; aunque sí termina siendo un individuo con el que se aprenderá a convivir. Quizá su enfermedad, un reflejo del paradigma de la persona recta y ordenada, prácticamente imposible de encontrar en el mundo normal, sea la excusa comprensible y agradecida para evitar llevar a la pantalla a otra fémina “superguay” con placa. Su obsesión personal también es su principal rasgo de vulnerabilidad, encontrando sostén en Hank Wade y, luego, en Marco, resorte de todo el drama en el que todos los personajes convergerán, interactuarán y formarán una microvisión general de la violencia de frontera y sin sentido.

Lo arriesgado de esta serie es que no hay final feliz y los últimos capítulos sirven para introducir al espectador en la trama de la segunda temporada, con el sufrimiento de Marco y un giro definitivo, ya anunciado, hacia la violenta y corrupta Ciudad Juárez.

No es la mejor serie policíaca de televisión que haya visionado en mi vida, pero pocas hay que tengan su fuerza visual, sin que el guión pretenda dar lecciones de moral; sin blancos ni negros.

Lectura de 20 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 755 (Variable). Cúmulos
  • Termómetro: 10º
  • Higrómetro: 52%

lunes, marzo 19, 2018

Malditas Redes

Quien tenga fuerza suficiente como para tirar de memoria respecto a lo que escribo y se puede leer en esta sección de "Reflexiones a la luz de la bitácora", le sonará harto familiar que una vez diserté acerca de los suicidios virtuales de conocidos y no tan conocidos; de acciones drásticas en plena era digital. No he repasado aquellas notas para la ocasión, confiando, como un necio, en no repetirme durante mi exposición aunque, en origen, mi intención fuera tratar de otros menesteres tecnológicos que no corrían parejos a las redes sociales.

Desaparecer de ese mundo digital, por la razón que sea, es una idea que vuelve a hacerme el amor; más cuando hace nada salió la noticia del décimo aniversario de Facebook en español. Me puse enfermo al comprobar que llevo prácticamente otros tantos años dado de alta en la dichosa plataforma, incitado, creo recordar bien, por mi compadre Trikar. Y a Facebook le llegó Twitter (con idéntica sirena barbuda al otro lado del correo electrónico).

En su día, el invento de Zuckerberg me pareció espléndido como herramienta de contacto y difusión. No paraba de recibir notificaciones de viejos camaradas pidiéndome “amistad”; y no hacía otra cosa mejor para perder el tiempo, febril por no quedarme a la zaga en una carrera mundial por conectarlo todo, que coleccionar nombres familiares del Pasado. Y no siempre lo hacía guiado por la dulce mano de la fraternidad recuperada, sino por cotillear entre visillos qué fue de Fulanito o Menganita, espiando su perfil, intercambiando un par de mensajes vacuos y regresando al silencio más ignominioso, ese que nunca debió romperse.

Las que menos, era para dar a conocer tal o cual artículo, libro, etc., como sigo haciéndolo.

Por supuesto, debido a mis aficiones, pude contactar con gente a la que ni en un millón de años habría conocido y con los que aún me unen ciertos lazos, endebles, pero regulares, tanto como lo permiten estos odiosos y acelerados tiempos para máquinas de carne y hueso que aún van al paso. Pero está ese lado negativo… Me pregunto, a lo largo de esos diez años transcurridos en un suspiro, cuánto tiempo he perdido repasando mi muro de arriba para abajo como las páginas de una revista cuyo contenido me resulta indiferente, incluso como para llegar al punto de arrojar sin pena alguna la publicación al fuego de la chimenea. Cuánto he malgastado en aquello que Facebook se preocupa cantidad de que conozcas desde la A hasta la Z: Farmville, Farm heroes… ¿Acaso no he echado suficientes horas como para tener plena conciencia de que soy un negado jugando al póquer online de Zinga, dando lo mismo si es Texas Hold’em que Omaha?

Y tengo otras muchas más frases encerradas entre paréntesis que me cercan respecto a Twitter, un sistema que no me convenció hasta que volví a él, transcurrido cierto tiempo desde que rellené el formulario de acceso, y que, ahora, me tiene atrapado como una mosca desesperada en la telaraña. Una dirección web que escribo con automatismo mañanero, nada más activar el navegador e ir abriendo pestañas para el correo o Blogger. Pero, si solo fuese al terminar de arrancar el PC… Accedo a mi muro del pajarito constantemente, en cuanto mi escasa capacidad de concentración vuelve a desenmascararme; como si tuviera algo de tiempo libre y lo que, en verdad, demuestro es que soy una especie de perezoso indolente y profesional: un trozo de carne con ojos girando la ruedecilla del ratón y, por penoso que pueda sonar, dejándome arrastrar por ese cauce contaminado de la mal llamada "opinión pública", donde medran las miserias más detestables que pueda vomitar un ser humano; de derechos a la libre expresión mal entendidos y a la imposición de la fractura con opiniones de hormigón armado que nunca cederán; de peleas estúpidas; de hacer el cafre. Me dejo emponzoñar por sistemas que nos vigilan, por un Gran Hermano ilimitado y deformado, sin rostro, dispuesto a reprender tal o cual actitud u opinión para encauzar la supuesta anormalidad.

La cuestión es que uso las redes sociales para contactar con gente que comparta mis mismos intereses y aficiones, como para que contacten conmigo; o esa es mi intención oficial. Si no las entendiera como una herramienta primordialmente de difusión y conservación, hoy mismo “me apagaría”, diría “adiós, muy buenas, y no vuelvas más a mi vida”. Pero una cosa es pensarlo y otra bien distinta es acabar aceptando que hay que convivir con ese cáncer que se extiende por Internet y amenaza con embrutecernos ante una pantalla que ya se ha hecho tan indispensable como el papel higiénico.

Aunque solo estoy en estas dos plataformas de RRSS, hoy Internet se me antoja como un cielo nocturno aquejado de contaminación lumínica: una vasta negritud en la que solo terminan brillando unas tímidas y cercanas estrellas de conocimiento digitalizado, siendo el resto engullido por el vacío de la inutilidad social. Creo que debería enfrentarme a ese cáncer como quien quiere desintoxicarse de una droga y hacer un listado de tareas diarias delante del ordenador, sin resquicio por donde se puedan colar pajaritos azules y familia; y si se cuelan, levantarse de la silla, alejarme de la ventana virtual y salir a la calle a darme una vuelta y olvidarme de todo, sin ningún dispositivo en el bolsillo. Tratar de ser libre alejándome de los barrotes tanto como sea posible.

Sumar y no restar; al menos, empatar.

Lectura de 19 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 747 (Variable). Estrotocúmulos
  • Termómetro: 11º
  • Higrómetro: 54%

miércoles, marzo 14, 2018

Lectura de 14 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 736,5 (Variable). Ahora tranquilo tras unas horas de fuerte viento y lluvia
  • Termómetro: 12,5º
  • Higrómetro: 54%

martes, marzo 13, 2018

Guardia de literatura: reseña a «¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!», de Harry Harrison

Título original: «Make room! Make room!»
Series Acervo ciencia-ficción
Acervo, Barcelona. 1976
320 páginas
ISBN: 84-7002-205-9
La novela se plantea como una investigación policial en un marco futurista y distópico, en un 1999 superpoblado y hambriento, recogiendo aspectos puramente humanos en una situación límite

La década de 1960 fue fértil para que las más inquietadas e inquietantes imaginaciones preconizaran futuros desesperanzadores tratando, por medio de la novela de ciencia-ficción, abrir los ojos a los lectores, denunciar el desastre que se avecinaba si no se le ponía freno a nuestro descontrolado desarrollo vital. La mayoría de los terrores ficcionados nacían del miedo a la aniquilación nuclear, pero todos tenía un origen más profundo y atávico: la vileza de la que hace gala el ser humano en una carrera por apropiarse tanto de lo que le pertenece y como de lo que le es ajeno, sin mirar a quién o qué pisotea.

«¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!» es una novela que pudo influenciar obras modernas como la saga cinematográfica «Mad Max» o a «La chica mecánica», de Paolo Bacigalupi; que inspiró realmente a autores musicales como David Bowie, cuyas piezas apocalípticas dan cabida a un mundo superpoblado y hambriento. «¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!» presenta un panorama desolador para los últimos meses de 1999, ubicándonos en la ciudad de Nueva York, donde malviven 35 millones de personas con acceso limitado al agua, alimentos y productos de primera necesidad; incluso a un techo, siendo que existen barrios formados por barcos de la segunda guerra mundial reconvertidos y desguaces de automóviles que sirven como habitación. Un cambio climático está asolando el planeta, extendiendo la llamada Zona de sequía cada vez más al norte, provocando continuas hambrunas y un destino exclusivo de las tierras y campos aún fértiles para el cultivo. Todas las materias primas se han agotado, tanto que no queda carbón y el poco petróleo que aún se bombea es destinado a fabricar plásticos, haciendo mucho que los vehículos dejaron de circular por las calles y autopistas.

En este escenario vagabundean como macilentos fantasmas los personajes principales de la novela: el detective de homicidios Andy Rusch, quien se ve en la delicada misión de investigar y aclarar el misterioso asesinato de Big Mike, un hampón de los muelles; Shirley Green, una preciosidad que vive y comparte alcoba con Big Mike a cambio de un sueldo y unos lujos inimaginables para los desgraciados que se agostan al sol o se entumecen al frío invierno, y de la que se enamorará Andy, siendo sus sentimientos correspondidos; Sol, un anciano que comparte con Andy un apartamento de dimensiones ridículas: un espejo humano, cínico y amargado, con el que uno se puede asomar a un Pasado brillante y que no puede soportar el horror al que se dirige un planeta superpoblado; y Billy Chung, un refugiado taiwanés del Barrio de los Barcos que busca prosperar aunque sea con pequeños crímenes, aunque su mala suerte congenita lo llevará por un sendero que nunca esperaría haber tomado. Junto a ellos, varios secundarios apoyan las escenas circulares en las que se desenvuelve la trama.

La novela se puede plantear como de investigación policial en un marco distópico, aún cuando su trama recoge varios aspectos puramente humanos en una situación límite como la que describe Harry Harrison, acerca de un futuro que desea que se quede tan solo en la ficción. Andy es el típico policía honesto pero que siempre estará unido por fuertes ligas a una rueda del Destino que lo llevará una y otra vez al mismo punto de partida; solo la irrupción de Shirl en su vida, de la joven y bella cortesana de Big Mike, le hace creer que puede haber algo más y mejor reservado para él y su anodino mundo de escasos metros cuadrados de espacio vital. Andy quiere creerlo y aunque Shirl sea una chica de origen humilde, está “jugando” en otra división de lujos, bonitos vestidos y carne de vaca en el plato. Andy y Shirl mantendrán la típica relación de noviazgo y vidas unidas, pero ramifica de forma raquítica y enferma por culpa del absorbente trabajo policial y la nula ambición y autoridad del agente ante cualquier incidente al que no se pueda enfrentar con la porra en la mano y la placa en el pecho.

Sol, por su parte, ese espejo de cinismo, es el hombre que alerta continuamente del problema de la Tierra y de la forma de solucionarlo, pero el desastre está largo tiempo servido sobre la mesa del comedor y está frío. Es un anciano que cree que el mal de su tiempo es el exceso de humanos; una voz que trata de alzarse como la de otros tantos hombres y mujeres de edad avanzada que se sienten engañados ante el giro que ha dado la sociedad que defendieron en una guerra y que se ha afincado y adormecido en la decrepitud de la sopa boba (¿no os suena de nada?); alguien que alcanza la convicción de que su paso por el planeta será inmediatamente olvidado cuando fallezca, siendo que lo único que dejará tras de sí será una habitación libre para que la ocupe un desconocido.

En contraposición a Sol podría estar Billy, que es joven. Tiene 18 años y una inteligencia azuzada por el hambre, pero arruina su vida en un solo instante, siendo obligado a huir de su casa, guiándonos por los más deprimentes escondrijos de Nueva York y alrededores.

Harry Harrison nos muestra un drama humano y personal en un mundo hambriento en el que los sanos envidian a los enfermos, pues estos tienen derecho a una ración especial de comida; un planeta saturado en el que las diferencias sociales se han ampliado hasta el punto de distinguirse entre los que pueden ducharse y los que no. Las dos tramas principales protagonizadas por Andy y Billy son reflejos perfectos de las más hondas inquietudes de Harrison, que deben ser el fracaso y la incapacidad para hacer frente al desastre; vivir en una sociedad de conformistas en la pobreza, de mezquindad entre manchas perennes de suciedad y falta continua de suministros. Teme que la humanidad no haga nada por salvarse del desastre y culpa tanto a los bajos estratos sociales como a los altos por medio de los labios de Sol durante algunas de sus últimas conversaciones en el apartamento.

La prosa de Harrison está plagada de instantes para la reflexión y la opinión; de detalles y descripciones de los personajes y sus acciones, no guardándose sus pensamientos y trasladándolos a cada línea y diálogo. El trabajo alcanza cierta cota de maestría y naturalidad durante la relación amorosa entre Andy y Shirl, así como de brutal sinceridad en la desventura de Billy

La novela se encuentra dividida en dos partes para diferenciar la época estival de la invernal, escenarios extremos en los que discurren por igual las peripecias de los personajes con los que daremos cuenta de que, aunque en algunos casos se interponga la Muerte, nada ha cambiado ni cambiará, aún con la llegada del año 2000; una muesca en la sonrisa amarga de Harry Harrison.

Lectura de 13 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 750,5 (Variable). Encapotado
  • Termómetro: 12,5º
  • Higrómetro: 54%

13 de Marzo de 2018


miércoles, marzo 07, 2018

Embarcaciones: Barangay (Filipinas)

De entre el generoso racimo de islas que conforman las llamadas, en otrora, de Poniente y, poco después y hasta la fecha, Filipinas, hallamos todo tipo de embarcaciones adaptadas a un medio caracterizado por tierras distantes entre sí por escasas leguas y rebosantes de ríos de poco profundos. Y el topar por casualidad con un grabado de Rafael Monleón y Torres que representa a un barangay o barangai, justo el mismo que ilustra estas líneas, nos sirve de excusa para dar feliz alumbramiento a esta nueva sección en la que pasaremos a relacionar singulares embarcaciones cuyas denominaciones despiertan la curiosidad.

Puestos en materia naval, el barangay es el tipo de embarcación, de remos y de bajo bordo, que, en su origen, sirvió a los primeros colonos malayos para arribar a Filipinas. Según la definición que da Martín Fernández de Navarrete en su «Diccionario marítimo español», quien, a su vez, toma nota extractada de la obra «Sucesos de las islas Filipinas», de Antonio de Morga, los barangayes “son navíos o barcos que usaban los naturales de Filipinas y eran unos navíos sutiles y ligeros, bajos de bordo, clavados con cabilla de madera, tan sutiles por la popa como por la proa, en que caben muchos remeros por ambas bandas, que con bueceyes o canaletes y con gaones bogan por fuera del bordo, jostrando la borda al son de algunos van cantando en su lengua cosas a propósito por do se entienden para alargar o apresurar la boga”.

Ciertas acepciones entienden como que el barangay y el barangayán son lo mismo (y así lo anota Monleón); pero, respecto a barangayán, se dice del mismo que es un “bote grande de remos, muy rápido y de poco calado, hecho con tablas sobrepuestas en forma de tingladillo, no clavadas, sino sujetas a las cuadernas con bejuco y calafateadas con resina y filamentos de la drupa del coco, que se gobierna con espadilla en lugar de timón’, en Filipinas”.

Las definiciones que nos han dado las fuentes parecen referirse a embarcaciones similares, pero en la de Morga no se menta tingladillo alguno.

Para terminar, en las mismas Filipinas se emplea el término barangay para referirse a una unidad o entidad administrativa básica dentro del sistema poblacional y que asimilamos a barrio, aunque más bien parece una unidad familiar amplia, con cabeza de familia, ascendientes y descendientes de varios grados que conviven en un mismo lugar. Sinibaldo de Mas, en su «Informe sobre el estado de las islas Filipinas en 1842», hace constar que este tipo de barco, según las tradiciones tagalas, era el que tribus separadas que se gobernaban por sí mismas empleaban para arribar al archipiélago. Así, barangay, además de medio de transporte, sirve para referirse a todos los que forman un mismo grupo familiar.

Lectura de 7 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 744 (Viento-Lluvia). Cúmulos
  • Termómetro: 10º
  • Higrómetro: 54%

martes, marzo 06, 2018

Guardia de cine: reseña a «Robin de los bosques»

Título original: «The Adventures of Robin Hood». 1938. EEUU. Aventuras-romance. 1 h y 42 min. Dirección: Michael Curtiz y Williamm Keighley. Guión: Normal Reilly Raine y Seton I. Miller. Elenco: Errol Flynn, Olivia de Havilland, Basil Rathbone.

No hay tregua para el espectador y el guión apenas se deja nada de la tradición oral trasladada al papel. Mucha acción y buenos diálogos para una producción que pretende entretener y abrir las puertas de la fantasía. Puro cine y nada más durante los primeros pasos de un cine a todo color

De entre la mítica britana sobresalen dos personajes que llevan siglos poblando el imaginario popular de todo Occidente, en su Literatura y en la adaptación de la misma a dispares medios, importando poco la pega de ser considerados como figuras cuya existencia real es discutida y discutible.

El más importante, quien ha tenido más calado en el acervo cultural, es el caudillo Arturo con sus caballeros de la Mesa redonda; un habitual en los textos desde la oscura Edad Media; un posible líder britano del s. V d. C. al que se le han ido añadiendo adornos como los de Lanzarote del Lago o Perceval y la búsqueda del Santo Grial; una línea argumental ésta última que ha llevado a no pocos expertos a la conclusión de que pueda ser un mito acerca de asimilación de la Fe del Crucificado en las islas pues, si se analiza a Arturo y lo que le acompaña, más allá de la epidermis, no falta coincidencia con la figura central de la nueva religión oriental.

Arturo era un nombre muy popular entre los anglos y en los tiempos de la retirada de Roma de taN alejadas tierras, pudiendo la verdad confundirse con las palabras envenenadas de audaces trovadores para tiempos de caos y sin un rey fuerte en las islas, algo que engarza con el personaje de Robin de Locksley, alias Robin Hood, un noble sajón en los primeros tiempos del dominio normando de Inglaterra.

Las aventuras del famoso proscrito se transmitieron de forma oral, con sus añadidos y olvidos, y aunque sea un personaje reciente en la Historia pertenece a un terreno abonado a la divagación, un lastre en el estudio que no se siempre llega a tener solución. El relato es bien simple: un país sin rey, Ricardo Corazón de León, que parte a la Tercera Cruzada en Tierra Santa, dejando a un regente al cargo del trono que es rápidamente traicionado por una codiciosa nobleza normanda, incapaz de contener su sangre nórdica y la sed de pillaje de sus antepasados, llegados a dichas costas en drakkars apenas unos siglos antes. Los normandos gobernantes, en ausencia del rey, exprimen con mano de hierro las ubres del pueblo sajón (tampoco originario de la isla), provocando no pocas tensiones. Robin Hood se alza como eje vertebrador de la resistencia armada frente a los desmanes de los nobles normandos, pero leal a un rey ausente, que también es normando.

La lectura final que se puede extraer del mito es la de búsqueda de una convivencia y paz entre pueblos, con la presencia irremplazable de un rey, de un símbolo de unidad, que haga suya una política aislacionista que ha sido la tónica en las islas hasta la fecha. Pero también una línea filosófica y política centralista y antifeudalista que daría pie a un proceso que se culminaría en toda Europa con las unificaciones de los distintos reinos para crear los actuales Estados, siendo muestra evidente de ello la acumulación del poder en soberanos como los franceses o nuestros Reyes Católicos.

Robin Hood, lo mismo si fue un hombre o varios, noble o plebeyo, real o imaginario, medró en el imaginario popular y ha sido exportado a todo el mundo como ejemplo de truhán leal a la verdadera Justicia del Rey; un aventurero que tenía que dar el salto al cine tarde o temprano, como fuera.

Mi versión favorita, la que considero como la mejor por su calidad y capacidad de entretenimiento, es la noventera protagonizada por Kevin Costner, pero hoy reseñamos la vetusta datada en 1938, con Errol Flynn y su imborrable sonrisa Profident como ariete (cualquiera diría que estaba haciendo publicidad encubierta a su odontólogo…); un Flynn haciendo de rana saltadora y arrogante que recibe un par de lecciones de humildad y algo más entre la floresta.

Lo que es digno de aplauso es el ánimo de la producción de crear una ambientación creíble dentro de lo que se podía esperar de aquel Hollywood. Aunque algunas cosas se les vayan de las manos, el vestuario es fiel a la época medieval, aún con una incontenible borrachera de colores y con unos normandos demasiado dados a morir sin que les rompieran la cota de mallas o perdieran gota de sangre.

La película mezcla a la perfección la aventura con el romance entre Robin y Marian, que podría haber sido más roñoso, pero que casa tal cual, con un par de escarceos que en nada afectan al natural curso de los acontecimientos, con sobresaltos cada pocos metros. No hay tregua para el espectador y el guión apenas se deja nada de la tradición oral trasladada al papel. Mucha acción y buenos diálogos para una producción que pretende entretener y abrir las puertas de la fantasía. Puro cine y nada más durante los primeros pasos de un cine a todo color que se ha mantenido con cuerpo a lo largo de las décadas; todo es diversión, incluso con los malos malosos, aunque Rathbone, por su ladina sobriedad, queda a años luz del sheriff de Nottinghan interpretado por Alan Rickman, por mucho que sea una cornucopia de ingenio y de estupidez para el Hood de Flynn.

El buen hacer de profesionales como Michael Curtiz, uno de los dos directores de la cinta, es garantía de que este filme seguirá aguantando los embates del Tiempo y que hará las delicias de todo aquel que se siente delante de la pantalla, con independencia de su edad, importando poco si lo hace repitiendo la experiencia o la visiona por primera vez.

Lectura de 6 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 738,5 (Viento-Lluvia). Cúmulos
  • Termómetro: 11º
  • Higrómetro: 54,5%

6 de Marzo de 2018

lunes, marzo 05, 2018

RESULTADO DEL SORTEO DE «MAJOR BOWIE»

Hola a todos:

Lo prometido es deuda y aquí paso a desvelar el ganador del sorteo. Para determinarlo he tomado como referencia el número total de hits acumulados menos las carreras obtenidas en el partido celebrado ayer en los entrenamientos previos a las Ligas Mayores de Béisbol entre mi equipo favorito, los Chicago Cubs, y los Arizona Diamondback. El número total de hits han sido de 8 (Cubs 2-Arizona 6), y el de carreras 2 (Cubs 0-Arizona 2); por lo que el afortunado es quien tiene el nº 6.


Cada uno de vosotros ha tenido asignado un número a medida que recibía vuestros correos y los organizaba por día y hora de recepción:

1. Javier N 12/02/2018 a las 1253 horas.
2. Andrés GM 12/02/2018 a las 1348 horas.
3. Munia MM 12/02/2018 a las 1350 horas.
4. Pere D 12/02/2018 a las 1358 horas.
5. Juan MG 12/02/2018 a las 1414 horas.
6. Miguel N 12/02/2018 a las 1444 horas.
7. Álvaro M 12/02/2018 a las 1526 horas.
8. Natalia B 12/02/2018 a las 2052 horas.
9. Olga RP 12/02/2018 a las 2055 horas.
10. Jesús P 12/02/2018 a las 2107 horas.
11. Sandra C 18/02/2018 a las 2113 horas.
12. Yolinda MM 19/02/2018 a las 1931 horas.
13. Pablo VM 19/02/2018 a las 2201 horas.
14. Darklady 22/02/2018 a las 1046 horas.
15. Adelaida Isabel MA 28/02/2018 a las 1302 horas.
16. Antonio Daniel RG 28/02/2018 a las 1326 horas.
17. María Luisa N 28/02/2018 a las 1951 horas.
18. Leyre VC 28/02/2018 a las 2240 horas.
19. Montserrat C 01/03/2018 a las 1857 horas.

Por lo tanto, Miguel N eres el afortunado poseedor de una segunda edición de «Major Bowie». En breve te mandaré un mail solicitándote datos.

A los demás, muchas gracias por participar en este humilde sorteo; así como deciros que tengo en mi poder otro ejemplar para el que lo quiera y sea el primero el responder. El importe, gastos de envío incluidos, serían 10,00 €, que podéis ingresarme vía PAYPAL.

Bueno, lo dicho. GRACIAS Y UN SALUDO!

Lectura de 5 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 731 (Viento-Lluvia). Lloviendo
  • Termómetro: 10º
  • Higrómetro: 54,5%

5 de Marzo de 2018


domingo, marzo 04, 2018

Menos de doce horas. SORTEO DE UN EJEMPLAR DE «MAJOR BOWIE. La influencia de la ciencia-ficción y la carrera espacial en la vida y música de David Bowie», dedicado y firmado por su autor


Recordad que el sorteo finaliza HOY día 4 de Marzo a las 23.59 horas.

Para participar y optar a un ejemplar de esta obra que repasa la biografía y discografía de Bowie desde una óptica inédita, la cosa es bien sencilla: manda un mail a la dirección caballerodegondor@yahoo.es, con el Asunto “Sorteo Major Bowie” y ya estás dentro.

Al día siguiente se comunicará el/la ganador/a.

¡Suerte!

viernes, marzo 02, 2018

SORTEO DE UN EJEMPLAR DE «MAJOR BOWIE. La influencia de la ciencia-ficción y la carrera espacial en la vida y música de David Bowie», dedicado y firmado por su autor


Recordad que el sorteo finaliza el próximo día 4 de Marzo a las 23.59 horas.

Para participar y optar a un ejemplar de esta obra que repasa la biografía y discografía de Bowie desde una óptica inédita, la cosa es bien sencilla: manda un mail a la dirección caballerodegondor@yahoo.es, con el Asunto “Sorteo Major Bowie” y ya estás dentro.

Al día siguiente se comunicará el/la ganador/a.

¡Suerte!

Nueva instancia de Emma Glover


Lectura de 2 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 729,5 (Viento-Lluvia). Lloviendo
  • Termómetro: 9,8º
  • Higrómetro: 54,5%

2 de Marzo de 2018


jueves, marzo 01, 2018

«Psycho Killer», Talking Heads



I can't seem to face up to the facts
I'm tense and nervous and I
Can't relax
I can't sleep 'cause my bed's on fire
Don't touch me I'm a real live wire

Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est ?
fa fa fa fa fa fa fa fa fa far better
Run run run run run run run away
Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est ?
fa fa fa fa fa fa fa fa fa far better
Run run run run run run run away

You start a conversation you can't even finish it
You're talkin' a lot, but you're not sayin' anything
When I have nothing to say, my lips are sealed
Say something once, why say it again?

Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est ?
fa fa fa fa fa fa fa fa fa far better
Run run run run run run run away
Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est ?
fa fa fa fa fa fa fa fa fa far better
Run run run run run run run away

Ce que j'ai fait, ce soir-là
Ce qu'elle a dit, ce soir-là
Réalisant mon espoir
Je me lance, vers la gloire ... OK
We are vain and we are blind
I hate people when they're not polite

Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est ?
fa fa fa fa fa fa fa fa fa far better
Run run run run run run run away
Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est ?
fa fa fa fa fa fa fa fa fa far better
Run run run run run run run away
oh oh oh oh oh oh oh oh....

Lectura de 1 de Marzo de 2018 a las 1200 horas



  • Barómetro: 723 (Viento-Lluvia). Lloviendo. No he visto el barómetro tan bajo
  • Termómetro: 10º
  • Higrómetro: 53,5%