miércoles, mayo 08, 2024

Aba-Khatun, el espíritu del agua de los buriatos de la isla de Oljón (Rusia)

Según las propias palabras de Julio Verne, al inicio del capítulo “El lago Baikal y el río Angara” (décimo de la segunda parte de la novela «Miguel Strogoff»), podemos leer lo siguiente: «El lago Baikal está situado a mil setecientos pies por encima del nivel del mar. Tiene una longitud de alrededor de novecientas verstas y una anchura de cien. Su profundidad es desconocida. Según la señora Bourboulon, aseguran los marineros que navegan por este lago que quiere que se le llamen «señora mar», por cuanto se oye llamar «señor lago», se enfurece enseguida.

»Sin embargo, según una leyenda que corre por esta comarca, ningún ruso se ha ahogado jamás en sus aguas.

»Este inmenso depósito de agua dulce, alimentado por más de trescientos ríos, está encerrado en un magnífico circuito de montañas volcánicas. No tiene otra salida para sus aguas que el río Angara, que después de pasar por Irkutsk, va a desembocar en el Yenisei, un poco más arriba de la ciudad de Yeniseisk.»

Misteriosas son las aguas del Baikal, una suerte de anomalía que hiende, como la punta de un cuchillo, la cartografía de esta remota parte del mundo.

Para los siberianos, es un mar sagrado, y los buriatos[i] de la isla de Oljón, la tercera mayor isla lacustre del mundo y la mayor de las que se cartografían en el Baikal, ofrecen ritos de sacrificio a Aba-Khatun, una especie de espíritu freático femenino o dama del lago.

Para los buriatos, el lago Baikal encierra a muchos espíritus, benignos y malignos. Por ejemplo, está Oulane-Khat, quien parece ser el ser supremo de dichas aguas sagradas, cuyo mal humor hay que evitar por todos los medios.

A pesar de su interés y su relación con el chamanismo siberiano, poco más podemos extraer información de las fuentes consultadas.



[i] Los buriatos constituyen una tribu de origen mogol.


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