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Navegando por el Mar de Papel Moneda, y otros mares... (Sailing at Sea of Banknotes, and others seas...)
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ASIN: B07F5KL7F8 Longitud de impresión: 95 págs. |
Título original: «The Anderson Tapes». 1971. 95 min. Estados Unidos. Dirección: Sidney Lumet. Guión: Frank Pierson, basándose en la novela de Lawrence Sanders. Reparto: Sean Connery, Dyan Cannon, Martin Balsam, Christopher Walken, Alan King, Stan Gottlieb, Val Avery, Ralph Meeker, Garrett Morris, Paul Benjamin, Margaret Hamilton, Judith Lowry
Película protagonizada por Sean Connery que se me había pasado totalmente desapercibida y que pertenece a su etapa post-Bond, aunque sea del mismo año que «Diamantes para la eternidad» (1971).
Aquí, Connery se mete en la piel de Duke Anderson, un ladrón recién salido de la cárcel tras cumplir una condena de diez años, que organiza un golpe de altura en el edificio de ricachones en el que reside también Ingrid, su amante, quien se da la gran vida a costa de otro hombre con el que se acuesta. Reclutando a los compinches que fueron liberados con él el mismo día y obteniendo la financiación de una familia mafiosa de Nueva York, el protagonista planea y ejecuta un atraco casi quirúrgico, pero los rehenes se comportan de una forma un tanto peculiar, por lo que el desarrollo del crimen estará cuajado de imprevistos e imprecisiones (sigue leyendo)
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Editorial Planeta, SA. Barcelona 2014 ISBN: 978-84-15921-27-1 230 páginas |
El fruto que no llegó a madurar en manos de dos de las mentes más portentosas del manga y el anime
El por desgracia desaparecido Satoshi Kon lleva tiempo cruzándose en mi camino. Últimamente más por medio de esa corta lista de sobresalientes películas de animación que logró dirigir antes de que una terrible enfermedad le llevara a una temprana muerte, ahora hace poco más de diez años. El último título que he disfrutado es «Perfect Blue», un extraño e intrigante filme de suspense y terror psicológico, que algunos han llegado a comparar con las obras maestras de Alfred Hitchcock y que advierte detalles propios de otra maravilla que estaba aún por venir: «Paprika».
Kon se ha convertido en una especie de obsesión, reclamando su puesto de honor entre los dioses del anime a los que sigo. Por eso, cuando descubrí que este genio colaboró en un manga junto a otro gigante como es Mamoru Oshii, me quedé boquiabierto y deseoso de abrir sus tapas y sumergirme en el trabajo de estos dos hombres que, hasta entonces, habían sido director y trabajador a sus órdenes en un equipo de animación ungido por la apetencia hacia la ciencia ficción y la distopía. Me lancé a la búsqueda de este «Seraphim 266,613,336 Wings», aunque fuera para luego sentirme hondamente decepcionado, pues fue un proyecto que no llegó a buen término, quién sabe si por los choques entre guionista (Oshii) e ilustrador (Kon), siendo publicado entre los años 1994 y 1995 en la revista Animage, pero quedando inconclusa. (sigue leyendo)
Nuestra amiga Montserrat Claros Fernández vuelve a la carga con una nueva novela con la que reivindica otro pedacito olvidado de nuestro Pasado. Su título: El galeón Nuestra Señora de Atocha (Ediciones Algorfa), y ahí os va su sinopsis: «El galeón español Nuestra Señora de Atocha comenzó a ser una leyenda en el siglo XVII.
»Esta novela recoge el testigo de la extraordinaria aventura protagonizada por la Flota de Tierra Firme de 1622. El lector del siglo XXI va a comprobar que el mítico navío ha recorrido cuatrocientos años de memoria marítima para llegar, hasta nosotros, con su fabulosa aura intacta.
»La Carrera de Indias no es solo la superestructura naval y económica que atraviesa la Historia de España. También es el marco donde transcurrieron las vidas de hombres y mujeres cuyos espíritus nos gritas desde las páginas de este libro.
»El Galeón Nuestra Señora de Atocha es una novela que retrata la excepcional circunstancia del Imperio español en los años de mayor esplendor. Pero también, el alto precio que se tuvo que pagar para que todo aquello fuese una realidad».
Como no podría ser menos, desde El Navegante te deseamos vientos favorables, Montse!
Uno de tantos fue el SS Richard Montgomery (botado el 15 de marzo de 1943), cuyos restos se advierten en un banco de arena frente a Sheerness, en pleno estuario del río Támesis, no muy lejos de donde siguen en pie las fortalezas marinas Maunsell.
El principal, y diría que único, cometido del Montgomery fue el transporte de munición para la US Air Force, cubriendo la azarosa ruta del Atlántico norte. En agosto de 1944 tenía el puerto de Cherburgo (norte de Francia), como destino final, cargando 13.064 bombas de 250 libras, 9.022 bombas de fragmentación, 7.739 de bombas perforadoras, 1.522 espoletas, 1.429 bombas de fósforo y 1.427 bombas de demolición, así como un sinnúmero cartuchos de todo tipo.
Tras sobrevivir a los submarinos de la marina de guerra nazi, el navío se encontraba fondeado junto a los compañeros en el estuario, a la espera de que se completara la escuadra del convoy del paso del Canal de la Mancha. Durante la noche del 20 de agosto, embarrancó y el excesivo peso de 7.000 toneladas produjo su hundimiento. Tras el accidente, se trató de recuperar su carga, vital para el avance aliado por Francia (recordemos que el desembarco en Normandía acontece entre el 6 de junio al 30 de agosto de 1944), y se consiguió a medias, logrando retirar buena parte de la munición, pero quedando en su interior 1.400 toneladas de explosivos, a los cuales no se podía acceder y que siguen en un buque que lleva décadas sometido al constante efecto corrosivo del salitre y al movimiento del banco de arena.
El riesgo, tras tantos años, sigue muy presente, tanto es así que es el pecio más peligroso del mundo, del que se sabe que, tarde o temprano, estallará (la explosión será la más potente catalogada como no nuclear), y causará un tsunami que arrasará el estuario.