LA PROVINCIA. DIARIO DE LAS PALMAS
La situación del helicóptero, hundido a 2.000 metros, dificulta la búsqueda de los cuatro militares - "Lo ocurrido es una triste paradoja", lamenta el ministro Morenés
A. J. F. / A. C. D. / I. S. 21.03.2014 | 02:10
El Ministerio de Defensa baraja recurrir al uso de un minisubmarino para tratar de rescatar a los cuatro miembros del 802 Escuadrón del Servicio Aéreo de Rescate con base en Gando que desde la noche del miércoles se encuentran desaparecidos tras el accidente sufrido por el helicóptero Súper Puma HD-21 en el que estos, junto al sargento canario Jhonander Ojeda Alemán, realizaban unas maniobras de evacuación a 34 millas del sureste de la isla de Gran Canaria.
Durante todo el día de ayer las labores de rastreo, en la que participaron un gran número de embarcaciones, helicópteros y aviones de distintos cuerpos y estamentos, sólo pudieron localizar restos del fuselaje de la aeronave. La zona de rastreo se amplió unas 20 millas náuticas más al sureste del punto exacto donde se produjo el impacto ante los previsibles efectos de las corrientes. La principal teoría que se baraja es que el armazón del helicóptero podría encontrarse a una profundidad de 2.000 metros, por lo que no sería posible la colaboración de los buzos.
En caso de que esta primera fase de búsqueda en superficie no dé resultados, cabría la opción de utilizar un ROV o Rover, un modelo de minisubmarino que puede operar a estas profundidades y que podría resultar efectivo para colaborar en la principal tarea en la que ahora se encuentra el Ejército del Aire. Eso una vez que se localice el fuselaje a través de un sónar.
En este sentido, el buque español de investigación oceánica Sarmiento de Gamboa, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y anoche situado entre Tarifa y Canarias, dispone de un dispositivo de estas características que está dotado de brazos hidráulicos para maniobrar en condiciones extremas y obtener imágenes de gran nitidez.
Otras embarcaciones propiedad del Gobierno central, como el Ángeles Alvariño -propiedad del Instituto Oceanográfico Español (IOE) y que ha participado en campañas de estudio sobre los efectos de la erupción volcánica submarina de El Hierro- también están equipadas con este instrumental de avanzada tecnología. El Ángeles Alvariño, sin ir más lejos, posee un minisubmarino no tripulado Liropus 2000 y estos días está trabajando cerca de La Restinga.
Ayuda psicológica
Mientras esa posible llamada se produce, un dispositivo formado por psicólogos de Cruz Roja Española (CRE) se desplazó a primeras horas de la mañana de ayer hasta la Base Aérea de Gando para atender a los familiares de los desaparecidos que poco a poco iban llegando a la instalación castrense.
Los militares a los que se busca son el capitán Daniel Pena, los tenientes Carmen Ortega y Sebastián Ruiz y el sargento Carlos Caramanzana, nacidos respectivamente en Vitoria, Granada, Chiclana (Cádiz) y Valladolid y que se encontraban dentro del Súper Puma cuando este perdió el control e impactó contra el océano en una maniobra para remontar el vuelo.
El único rescatado al cierre de esta edición era el joven teldense Jhonander Ojeda, "en buen estado de salud", según explicó el titular de Defensa, Pedro Morenés, en la rueda de prensa que ofreció en la isla.
El ministro apuntó que el siniestro se produjo cuando se efectuaban unas prácticas de evacuación nocturna de personal mediante su izado en grúa desde el patrullero Meteoro, de la Armada Española y aclaró que la tripulación "era de alta experiencia, estaba muy bien entrenada y había desarrollado con anterioridad este tipo de prácticas sin problema alguno".
De la misma forma, Morenés desveló, a través de la lectura de un comunicado, que el helicóptero "había pasado todas las inspecciones reglamentarias" y que "estaba en perfectas condiciones para el vuelo". A preguntas de los periodistas, recalcó que había pasado su última revisión el pasado 14 de marzo, hace tan solo una semana, con 7.839 horas realizadas, que contaba con el certificado para continuar volando hasta el 4 de diciembre de este año y que su vida útil podría haberse prolongado sin dificultades hasta las 60.000.
El alto cargo confesó que "durante la ejecución de las maniobras se perdieron comunicaciones entre el buque y la aeronave y se iniciaron las labores de búsqueda", en las que inicialmente tomaron parte el Meteoro y un avión D-4 (CN-235) adscrito también al SAR.
"Por razones desconocidas", abundó Morenés, "la aeronave entró en contacto con el mar, hundiéndose". El ministro -acompañado en su comparecencia ante los medios por la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento; el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, Francisco Javier García Arnáiz; y el general jefe del Mando Aéreo de Canarias, Javier Salto- subrayó durante el escueto turno de preguntas abierto que le parecía una "paradoja tristísima" el hecho de que quienes han dedicado parte de su vida a rescatar personas en alta mar "hayan perdido la vida" entrenándose para salvar a otros. Instantes después, y mientras abandonaba ya la amplia estancia en la que atendió a los medios, matizó a varios informadores que aún no se podía dar a ninguno de los cuatro militares desaparecidos por muerto. "Por ley, no se puede hacer antes de tres meses".
Según los datos aportados, varios de los afectados en el accidente habían participado incluso en misiones en Herat (Afganistán), por lo que, según entiende el ministro, estaban acostumbrados a misiones de riesgo. En su conjunto, todos ellos rondaban las 5.000 horas de vuelo -sólo la teniente Carmen Ortega computaba más de 1.400- y habían adquirido adiestramiento especial para afrontar situaciones especiales, como la de un naufragio, en dependencias del Ejército del aire, como las existentes en Murcia.
Aunque el titular de Defensa no detalló la forma en la que se produjo el accidente, fuentes consultadas por este periódico apuntaron a que el morro del helicóptero pudo golpear contra el agua cuando intentaba ascender tras un ejercicio de izado. El sargento que resultó ileso, Jhonander Ojeda Alemán, salió despedido de la aeronave por el ojo de buey que esta posee en su parte posterior.
Morenés mantuvo un encuentro con él durante la mañana y calificó de "fortuna" el que hubiese salvado la vida. Del chico, vecino del barrio teldense de La Garita, dijo que estaba "muy afectado" por lo sucedido, ya que "ha pasado un rato muy malo". También agregó que su testimonio contribuirá a la investigación que ha abierto la Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos del Ejército del Aire, organismo que tratará de esclarecer las causas del siniestro.
"Es un soldado íntegro y una persona de gran valía. Nos hemos dado un abrazo", concluyó.
El titular de Defensa regresó a la Península poco después. Durante todo el día y parte de la noche, un amplio dispositivo permaneció durante con los rastreos. Al cierre de esta edición, hasta cinco helicópteros habían participado en la búsqueda, además de un avión y siete embarcaciones de diferentes cuerpos de rescate y seguridad.
Así, la Guardia Civil puso a disposición del SAR la Unidad de Helicópteros con un aparato MBB Bo 105 con base en el aeropuerto de Fuerteventura, así como las patrulleras Río Tambre y Río Cabaleiro, que han ayudado a buscar los restos del aparato, según informaron fuentes del instituto armado.
Por su parte, Salvamento Marítimo movilizó desde el primer momento la aeronave Helimer 215, que llegó procedente del Aeropuerto de Tenerife Sur, así como el Helimer 210, que durante la jornada de ayer estuvo sobrevolando un área de unas 10 millas náuticas que se encuentra restringida a la navegación para facilitar la búsqueda. Asimismo, por mar, las Salvamar Mizar y Talia se trasladaron desde Puerto del Rosario y Gran Tarajal respectivamente pocos minutos después de producirse la colisión. A ellas se unió este jueves la Menkalinan con base en el puerto de Arguineguín. Las tres embarcaciones se fueron turnando desde que se produjo el accidente. Anoche permanecía en el lugar la Talia. Los casi 200 componentes del 802 Escuadrón del Ejército del Aire también fueron movilizados para estar presentes en todo momento en el dispositivo. Por último, dos helicópteros similares al accidentado y el avión CASA CN-235 sobrevolaron el canal que divide Gran Canaria y Fuerteventura mientras hubo luz natural.
LA VOZ DE GALICIA
La Armada no prohibió las pruebas rutinarias como las que causaron el disparo accidental de un obús en Yibuti
ROCÍO PITA PARADA
Ferrol / La Voz 21 de marzo de 2014 05:00
El cañón de la fragata Cristóbal Colón (F-105) desde el que el pasado sábado se disparó accidentalmente un obús inerte en Yibuti está plenamente operativo. La Armada española no ha prohibido la realización de pruebas rutinarias como las que desarrollaba cuando se produjo el incidente. Algo que sí se decretó cuando, 17 días antes, ocurrió el accidente en Ferrol, tras el lanzamiento fortuito provocado por un fallo con un señuelo de misiles en la fragata Almirante Juan de Borbón (F-102), que causó seis heridos leves.
Entonces se ordenó la suspensión de pruebas similares desde el día del suceso hasta que se esclareciese la investigación, prohibición que se extendió a otros buques militares equipados con el mismo sistema.
Pero en este caso, y con la investigación interna abierta y actualmente en curso, no se ha optado por esta medida, que, confirmaron fuentes militares, es «habitual» y «lógica» cuando se producen incidentes.
Tras demorar un día su salida de Yibuti, la fragata española está ya plenamente operativa. Es el buque insignia de la SNMG-2 (Standing NATO Maritime Group), una de las dos agrupaciones permanentes navales de la OTAN, y como tal, embarca al mando de la operación antipiratería multinacional Ocean Shield en el Índico. La Armada garantiza que «el cañón está listo para su empleo cuando lo permita la autoridad pertinente».
El disparo accidental se produjo desde el cañón frontal del buque, de cinco pulgadas de calibre, que tiene un alcance máximo de 24 kilómetros. Y pese a las negativas del Ministerio de Defensa, el proyectil, sin carga explosiva, sobrevoló, según distintas fuentes, parte de la ciudad de Yibuti. En su puerto se encontraba atracado tras haber asumido, dos días antes, el relevo como buque de mando de otra fragata española, la Álvaro de Bazán (F-101). Además, distintas fuentes corroboraron que el ministro de Defensa, Pedro Morenés, se encontraba a bordo en el momento del incidente, algo que niega la Armada.