martes, febrero 16, 2021

Guardia de ensayo: reseña a «Hacer cómics: secretos narrativos del cómic, el manga y la novela gráfica», de Scott McCloud

Título original: «Making comics.
Storytelling secrets of comics,
manga and graphic novels»
ASTIBERRI, Bilbao
Primera edición: septiembre de 
2007
ISBN: 978-84-96815-14-8
26 páginas

Scott McCloud, movido por un ánimo tan ingenuo como es ayudar a los novatos, acabó publicando un libro de cabecera

Muchos han sido los autores que han intentado “el asalto a la fortaleza” desde que el cómic se popularizó. Algunos lo hicieron guiados por la honesta intención de abrir las puertas a otros más tímidos que dudaban a la hora de ponerse frente a la hoja en blanco; otros, por presumir de conocimientos, pero la mayoría, quizá el 99,99%, se limitaron con publicar sus notas, debidamente reunidas y encuadernadas, en las que era fácil perderse ante la profusión lenta de palabras. Un medio dinámico ha de ser explicado de un modo dinámico, cosa que no es fácil de entender cuando se trata de ensayos.

Scott McCloud, dentro de ese 0,01%, triunfó donde otros mellaron sus espadas. Este «Hacer cómics» es un ensayo a corazón abierto, escrito y dibujado tras dos décadas de experiencia en el sector que le otorgan a McCloud el título legítimo de guía del desfiladero maldito al que se enfrenta con una genial obviedad: hablar de los secretos del cómic a través de un cómic, y es que «Hacer cómics» lo componen 264 páginas profusamente ilustradas, con algún corto apartado de notas y ejercicios, que desgranan cada paso, desde ir creando una historia en viñetas desde la nada.

Finalizada la lectura de «Hacer cómics» puedo afirmar que muchas cosas de las que McCloud trata ya las conocía por mi labor de escritor y guionista, como reducir el número de imágenes y texto al mínimo comprensible, sin pecar de excesos invalidantes que solo aportan farragosidad, lentitud y falta de claridad. Otras cosas las debía saber o intuir, pero nunca había reparado en ellas, como es el flujo… Con todo ello, me ha gustado mucho que McCloud no trate de cerrar caminos a nadie; para él no existen formas erróneas de componer, solo diferentes; otra cosa es que el aspirante en ciernes quiera hacerle todo el caso o prefiera saltarse algunos pasos, costumbre muy arraigada en mi persona que, luego, me hace perder más tiempo (sigue leyendo)


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