A pesar de contar con unos pocos puntos positivos y superiores a las películas anteriores, la inexistencia de una sociedad amenazada por Neville, como verdadero monstruo de un mundo extinto, hace perder mucho del mensaje original de Matheson y que se sintetiza en el título «Soy leyenda» que, en este filme de 2007 quedó reducido, como variación tributaria de la producción de 1973, al descubrimiento de la cura y a una cierta aura mística
Superado el trago amargo de tener que soportar a Will Smith durante casi dos horas en pantalla, por fin estoy escribiendo esta reseña con la que cierro el ciclo dedicado a las adaptaciones cinematográficas de la novela «Soy leyenda», de Richard Matheson, aunque me deje a propósito una producción menor que no me ha inspirado el aliento necesario para perder el tiempo con su visionado (sigue leyendo)
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