martes, enero 02, 2007

Entrevista al almirante D. Antonio González-Aller

Antonio González-Aller: "Ser ferrolano es la mejor suerte que he tenido"
Lleva en la sangre la vocación militar y en el corazón la de ferrolano, ya que pese a haber nacido en Cartagena, pasó toda su infancia y juventud en la ciudad, donde tiene sus raíces familiares. Después de más de 46 años de servicio a la Armada, el almirante Antonio González-Aller Suevos pasó hace una semana a la reserva dejando atrás una extensa carrera en la que asegura haber llegado a lo más alto y que este domingo, con la festividad de San Xiao, será reconocida por el Concello como Ferrolán do Ano 2006, que comparte esta distinción con el atleta Javier Gómez Noya. González-Aller guardará para siempre el honor de haber sido durante cinco años jefe del Cuarto Militar de la Casa Real.

ENTREVISTA DE ROCíO PITA PARADA

Tras un lustro siendo la sombra del Rey, al almirante Antonio González-Aller Suevos se le podía reconocer fácilmente, siempre unos pasos por detrás, en cualquier acto oficial al que acudía el monarca. Lejos de la monotonía que podría suponer esa labor, el militar la califica de “muy gratificante” y asegura que le ha permitido conocer el importante papel que desempeña la Familia Real. El pasado verano acompañó a los Reyes en la inauguración oficial del Teatro Jofre, y aunque visita con cierta periodicidad la ciudad y también la casa familiar en Vilarrube, su última estancia oficial en la ciudad fue con motivo del concierto de la Unidad de Música de la Guardia Real, hace unas semanas. Estos días, tiene un buen motivo para regresar a la que desde siempre ha sido su casa: convertirse en Ferrolán do Ano 2006.

—¿Qué significa para usted recibir este premio?

—Es una de las cosas más importantes que me pueden ocurrir en mi vida, que es ser ferrolano y sentirme ferrolano. Soy hijo de ferrolanos, nieto de ferrolanos, mi mujer es ferrolana... Es un honor tan grande que no creo ni que me lo merezca. He sentido una gran ilusión y una gran alegría. Como todos los ferrolanos, cuando uno está fuera de Ferrol y la última vez que estuve destinado ahí fue en el año 90, se echa mucho más de menos todo lo que viví en mi infancia.

—Además, usted proviene de una familia ferrolana y también muy militar...

—Marinera, sobre todo de la Marina. Desde el siglo XVIII estamos en la Armada. Mi padre era marino, fue capitán general de Ferrol, mi abuelo también era almirante de la Escuadra de Ferrol, mi bisabuelo también era marino, mi tatarabuelo... La familia de mi mujer, que era también una familia muy de Marina, con Salvador Moreno, que también era ferrolano, y mi suegra también es ferrolana.

—¿Le cogió entonces por sorpresa el premio? —No me lo esperaba. Siempre hay alguien que te comenta algo, pero yo creía que este premio era para gente más importante. He tenido mucha suerte en mi vida, tanto en lo personal como en lo profesional, pero ser ferrolano es la mejor suerte. He tenido mucha suerte en la Marinacon mis cargos, he ascendido a almirante y los últimos cinco años los he pasado bajo el mando directo del Rey como Jefe del Cuarto Militar de Su Majestad El Rey, lo que me ha permitido ver las cosas desde otra perspectiva y resulta muy interesante para mí.

—¿En qué consiste exactamente su labor?

—La Casa se sostiene sobre dos patas: una es la parte civil, que lleva el secretario general, y otra es la parte militar. Mi misión como jefe de la rama militar es la de servir de enlace directo del Rey con las Fuerzas Armadas (FAS), ser asesor en los temas de Defensa, ser el que manda la Guardia Real y todos los vigilantes del Rey, y es la representación de honor de las FAS ante el jefe del Estado. Además, forma parte de los tres altos cargos que tiene la Casa Real: el jefe de la Casa Real, el secretario general y el jefe del Cuarto Militar. Se trata de una vertiente militar de asesoramiento, de enlace.


—¿Y resulta gratificante?

—Muy gratificante. Es un puesto que no es de la Armada, sino que rota entre tierra, mar y aire. A mí me releva un teniente general del Ejército del Aire y yo relevé a un teniente general de Tierra. Tuve la suerte de estar en el sitio adecuado en el momento oportuno, de estar de almirante de la Armada, y me tocó a mí. Es muy gratificante, porque todas las cuestiones del Estado se ven desde una atalaya bastante alta y ahora puedes trabajar con el jefe del Estado, que es muy importante en la política de España y que es la parte que me toca como jefe militar de la Casa del Rey. Se trata de poder ayudar al Rey e informarle de todo lo que hay para que cuando él tenga que hablar, sea con el presidente del Gobierno o con quien sea, esté bien informado.

—Supongo que con el tiempo la relación profesional se convierte también en personal con la Familia Real...

—Hay un trato que, siempre con la distancia que corresponde al Rey, con el trato diario, los viajes, las situaciones y la convivencia, hace que se le tenga un cariño especial. Sobre todo, porque se les conoce de verdad. Son seres humanos como todos los demás, que están ahí y que hacen un papel mucho más importante y trabajan mucho más de lo que la gente percibe desde fuera. Cuando uno está aquí ve que desde las ocho y media de la mañana que está en el despacho hasta las doce y media de la noche o una que se marcha a dormir, está trabajando. Pero sólo se le ve cuando inaugura algo o cuando entrega unos premios. No se ve el día, todos los trabajos que hace, toda la labor que hace permanentemente, tanto de apoyo al Gobierno de la nación como a otros colectivos.


—¿Se puede aspirar a algo más?

—Yo ya no puedo llegar a nada más. He llegado al máximo que podía y además, con un gran orgullo y siendo consciente del privilegio y del honor que he tenido. Por lo tanto, paso a la reserva encantado de haber dedicado 46 años y medio de servicio profesional a la Armada, y los últimos cinco al servicio del Rey.

—Sabe que el premio que va a recibir lo recibieron anteriormente otros mandos militares como el almirante Francisco Torrente, actual Secretario general de Política de Defensa (Segenpol) y otras instituciones como la banda del Tercio Norte. ¿Cree que es una muestra de que Ferrol valora el trabajo que realiza la Armada?

—Yo creo que sí. Ferrol y la Armada son dos cosas que van unidas desde hace muchos siglos. Y Ferrol es hoy una ciudad pujante en otros sentidos, que ya no sólo depende de la industria navalSiendo una parte muy importante, Ferrol también se ha desarrollado en otras áreas por España entera. Pero en cualquier caso la relación de Ferrol con la Armada es muy importante, muy histórica y además yo creo que es fundamental que la siga teniendo. Y por lo tanto creo que estos premios sí tienen esta vertiente de reconocimiento de Ferrol hacia la Armada, y me ha tocado en mi persona, por haber llegado a almirante, por estar cerca del Rey, y como todos, por hacer lo que podemos por nuestra tierra desde fuera.

Ferrol y la Armada tienen que estar ahí siempre. De hecho, es donde tenemos nuestros mejores astilleros y nuestra mejor tecnología, que somos capaces de exportar al mundo entero, o sea que es un gran orgullo para todos.

—¿Cuál le parece que es el papel que tiene Ferrol dentro de la Armada?

—Sus astilleros son los más importantes que tiene la Armada ahora mismo. Hay un solo sitio donde se construye con la tecnología de Ferrol, que es la de Navantia, y que es la tecnología de nuestras fragatas, y de lo que pueda venir después, como el buque de proyección estratégica (BPE), el más grande que jamás ha tenido la Armada Española, que además va a llevar el nombre del Rey, “Juan Carlos I” con 25.000 toneladas. Por lo tanto, esa tecnología, esa capacidad sólo la tiene Ferrol, dentro de los astilleros de Navantia. En Cartagena también hay buenos astilleros y construye submarinos, que es su especialización, pero no de esa magnitud. Por lo tanto, Ferrol para la Armada es donde se hacen las mejores unidades y de mayor calidad que tiene la Armada.



—¿Se echa de menos el mar desde Madrid?

—Muchísimo. Yo tuve la suerte de mandar cuatro barcos, y los marinos siempre añoramos la mar, porque es algo consustancial a nosotros. El marino que no esté enamorado de la mar, no puede decir que sea marino en plenitud, y para nosotros la mar es donde hemos tenido las mejores satisfacciones, lo que pasa es que a partir de cierta edad y cierto empleo no hay posibilidad de estar navegando. Hay que dejar pasar a la juventud, que es la que, como cuando nosotros éramos jóvenes, empuja y de verdad tiene esa fuerza para que los barcos puedan navegar.

—¿Y cómo ve los problemas que la Armada tiene para la captación de personal?

—Disponemos de la mejor Armada que hemos tenido en muchos siglos. Sí es verdad que efectivamente existe un tema de personal que hay que arreglar, porque ya podemos tener los mejores navíos y barcos, portaaviones, aviones y helicópteros que si el personal no está contento y no está motivado y preparado, pues aquello no sirve. Por lo tanto, la preocupación de la Armada siempre es su personal. En este sentido creo que ha habido grandes avances, se ha roto la tendencia que había en lacaptación y hemos pasado de perder todos los años un número importante de gente a ganar este año más de 800 personas. No es que esto sea lo mejor del mundo, que puede ser mejorable, pero de entrada hemos cambiado la tendencia y hemos aumentado, cosa que llevábamos más de tres años perdiendo gente. O sea que sí detectamos un cambio de tendencia importante y esperamos que esto siga así. Lo importante es que la gente de la Armada sienta que la Marina se preoocupa por ellos, porque estar en la mar es muy sacrificado, y sobre todo para las familias.


—Su vinculación con esta comarca no se limita a Ferrol, sino que también pasa temporadas en la parroquia valdoviñesa de Vilarrube...

—La familia de mi madre tiene en Vilarrube unas tierras y unas casas, un pequeño pazo que hay allí, y ahí es la casa solariega, donde tenemos las raíces familiares de mi madre. Vilarrube es otra de las piezas importantes en nuestra vida y es un motivo más para visitar Ferrol. En los últimos tiempos aprovechaba mis visitas oficiales para compaginarlas con mis visitas familiares e incluso para trabajar en algunas ocasiones en temas de la Armada. Es también parte de mi tierra y la enseño con orgullo a quien corresponda. Vilarrube es algo especial. Mis amigos son Aquilino, Manoliño... con los que me crié de jovencito e íbamos a lindar las vacas, jugábamos a las cartas o íbamos a clase con el maestro... Era una vida distinta. Es el terruño que hace que todos nos reunamos allí todos juntos. Somos una especie de colonia con un censo electoral grande.

—¿Qué le diría al Concello por haberle nombrado Ferrolán do Ano?

—Me gustaría destacar el enorme agradecimiento que tengo al Concello de Ferrol. Además de que mi familia sea ferrolana, mi bisabuelo fue alcalde, Vicente Fernández, y que ahora tenga la suerte de que el Ayuntamiento me reconozca una labor que seguramente no ha tenido tanto mérito, , es un verdadero orgullo el que siento al recibir este galardón.


(Fte. El Diario de Ferrol)

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