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Teniente de fragata de la V División.
Navegando por el Mar de Papel Moneda, y otros mares... (Sailing at Sea of Banknotes, and others seas...)
REPORTAJE DE MARÍA FERNÁNDEZ GARCÍA
Tras la baja definitiva de la fragata “Asturias”, celebrada el pasado 30 de junio, el buque espera conocer su futuro destino. Desde varias localidades asturianas han surgido voces que reclaman desde hace tiempo hacerse con el buque para convertirlo en un museo flotante.
Hace un mes, la fragata “Asturias”, la última de la clase “Baleares” todavía en servicio, era dada de baja en una ceremonia en el Arsenal Militar de Ferrol. Mientras el buque espera en la base de A Graña a conocer su destino, en la comunidad de la que tomó su nombre han surgido propuestas en varios municipios para albergarlo y convertirlo en museo naval. Aunque todavía es pronto para predecir si alguna de estas iniciativas llegará a buen puerto, lo que sí se puede afirmar es que en el Principado existe interés por la “Asturias”. Los ayuntamientos de Avilés, Gijón y Gozón suenan desde hace tiempo en la prensa asturiana como posibles candidatos para acoger la fragata. Sin embargo, parece que por el momento ninguno ha realizado gestiones de forma oficial ante la Armada para conseguir la cesión del buque. Avilés > En el caso de Avilés, la iniciativa surgió de un partido político en la oposición, la Agrupación Social Independiente de Avilés (ASIA). Según aseguraron fuentes de la formación a este diario, fueron los primeros en interesarse por la “Asturias” cuando conocieron la intención de la Armada de darla de baja, siguiendo el ejemplo de países como Reino Unido, que han convertido algunos de sus buques de guerra en museos. “Creemos que la ría de Avilés sería un entorno muy adecuado, es una localidad con mucha cultura marítima y no hay ningún museo de este tipo”, indicaron fuentes de la entidad. Como telón de fondo de la propuesta, el futuro centro cultural Óscar Niemeyer, cuya inauguración está prevista para 2010. Este complejo cultural, diseñado por el arquitecto brasileño que le da nombre, comenzó a construirse en 2008 y forma parte de un proyecto de reordenación urbanística a orillas de la ría de Avilés. El museo flotante de la “Asturias” vendría así a sumarse a la oferta del centro. ASIA, que cuenta con dos concejales, llegó a presentar en el registro municipal una propuesta que no tuvo trascendencia, por lo que aseguran que continuarán insistiendo. Desde el gobierno municipal se limitan a afirmar que el asunto no está actualmente en la agenda. Gozón > En el caso del municipio de Gozón, en cambio, la iniciativa fue promovida por la propia alcaldía. El ayuntamiento quería ubicar el buque en aguas de Luanco. Esta misma localidad marinera es la sede del Museo Marítimo de Asturias, el más antiguo de la comunidad con más de medio siglo de vida. Entre sus fondos cuenta con una sección destinada a la Armada, por lo que la intención era convertir la fragata en un anexo de este centro. Sin embargo, la corporación municipal ha tenido que descartar la idea por falta de espacio en el puerto de Luanco. Según aseguraron desde el Consistorio, problemas de calado hacen imposible albergar el buque. Gijón > Por último, Gijón es la tercera localidad en disputa por hacerse con la “Asturias”. A principios de año, la cuestión volvía a saltar a los titulares de la prensa local, ya que desde la alcaldía se reiteraba el interés en el proyecto. El periódico “El Comercio” afirmaba entonces que la Autoridad Portuaria local estudiaba posibles ubicaciones para el buque. Desde el Ayuntamiento, sin embargo, no han confirmado que hayan realizado alguna gestión ante la Armada de manera oficial. Costes económicos > Además de las dificultades para hallar una localización idónea para la fragata, la reconversión de estos buques en museos se topa con el elevado coste económico que requiere. Como destacó el Almirante Jefe de Apoyo Logístico de la Armada (AJAL), Manuel Otero Penelas, durante la ceremonia de baja de la “Asturias”, esta circunstancia “frena muchas veces” este tipo de proyectos.
El patrullero “Serviola” volverá al servicio tras pasar por el plan Renove
M.F.G. > FERROL
El patrullero “Serviola”, con base en Ferrol, está a punto de volver al servicio operativo después de someterse a una renovación de motores en los astilleros de Navantia. La Armada tiene previsto aplicar este Plan Renove a los demás buques de su misma clase, entre ellos el “Atalaya”.
Tras seis meses de trabajos, el “Serviola” volverá pronto a hacerse al mar con un nuevo “corazón”. Como si de un transplante se tratase, el buque se ha sometido a una operación en la que sus antiguos motores, con casi veinte años de servicio, se han sustituido por otros nuevos que permitirán prolongar el ciclo de vida del buque. Los astilleros de Navantia en Ferrol han sido el quirófano en el que se ha realizado esta particular cirugía. Según informó la compañía, las obras comenzaron en febrero y a finales de junio se completó la instalación de los nuevos motores. Las previsiones de la factoría son que, una vez que concluyan los últimos ajustes de los sistemas de control de la nueva planta propulsora, el barco pueda ser entregado a la Armada. El “Serviola”, que fue construido por la antigua Bazán en Ferrol, cumplió el pasado marzo dieciocho años desde su entrega a la Armada. Fue el primero de la clase a la que da nombre, a la que se sumarían el “Vigía”, con base en San Fernando, el “Centinela”, con base en Las Palmas, y el “Atalaya”, con base en Ferrol. La Armada ha apostado por la continuidad de la clase “Serviola”, que convivirá con los futuros patrulleros tipo BAM (Buques de Acción Marítima ). Así, mientras en los astilleros de Navantia en Cádiz se avanza en la construcción de estas nuevas unidades, que sustituirán a los patrulleros de la clase “Anaga”, en Ferrol el Plan Renove se aplicará a los de la “Serviola”. El proceso > El procedimiento seguido en el “Serviola”, el mismo que se desarrollará en los demás buques, se basa en la sustitución de los dos motores de propulsión principal y los tres auxiliares con que cuentan estos patrulleros de altura. Los nuevos ingenios han sido elaborados en la Fábrica de Motores que Navantia tiene en Cartagena. Este reemplazo requiere una intervención consistente en “abrir” el buque, lo que le ha valido el sobrenombre de “cesárea”. En efecto, la operación realizada en el “Serviola” consistió en quitar la chimenea del buque y cortar la cubierta principal, para crear así una ruta de desmontaje por la que extraer los motores antiguos. Además, fue necesario desmontar y desconectar diversos servicios del buque antes de comenzar a retirar los viejos motores. Una vez extraídos, los técnicos de Navantia también efectuaron una serie de obras de preparación antes de instalar los nuevos, como la limpieza, la inspección y el pintado de la cámara de máquinas. Tras la instalación de los nuevos equipos de propulsión, se procedió a “cerrar” al paciente. La cubierta principal se soldó, la chimenea se devolvió a su posición original y se restituyeron las conexiones de equipos que se habían visto afectadas. Siguiente > Tras el “Serviola”, el Plan Renove continuará con el resto de su serie. El próximo año será el turno del “Atalaya”, también con base en Ferrol. En principio, según fuentes de la Armada, el proceso de renovación podría desarrollarse durante el segundo semestre.
Doce buques militares recalaron en Navantia
Los buques militares conforman también una parte significativa del trabajo del área de Reparaciones. Entre enero y junio de este año recalaron en los diques o muelles de Navantia Ferrol y Fene, para realizar diferentes trabajos técnicos, doce buques de guerra. La mayoría de las tareas fueron de poca importancia, aunque cabe destacar la revisión a la que se sometió la fragata española F-104, en su Período de Inmovilización Programada, y la renovación completa de los motores a la que se sometió el patrullero Serviola. Además de los buques de la Armada Española, Reparaciones realizó una prueba de estabilidad a la fragata “Thor Heyerdahl” y la primera varada de la “Otto Sverdrup”, ambas pertenecientes al programa de construcciones para la Marina de Noruega.
Mar Renovables probará este agosto su primer prototipo en la ría de Ares
REDACCIÓN > FERROL
La empresa Galicia Mar Renovables tiene listo el primer prototipo de su boya para la producción de energía undimotriz -la que genera el movimiento de las olas-. El próximo mes de agosto lo probará en las aguas tranquilas de la ría de Ares.
El primer prototipo no requerirá grandes olas por sus dimensiones, de ahí que los responsables de la empresa hayan previsto realizar las pruebas en Ares. Se trata de una boya a escala 1:10 que ha sido construida en un astillero de la zona de Vigo siguiendo el diseño del ingeniero madrileño Julio de la Cruz Blázquez, inventor y promotor del proyecto, que ha apodado a esta primera miniatura de su patente “la cafetera”, precisamente por su tamaño. Según explicó a este diario De la Cruz Blázquez, se van a construir dos prototipos más antes de iniciar la fase industrial. El segundo se hará en un astillero ferrolano, en A Graña, y se prevé que pueda botarse en octubre o noviembre, mientras que el tercero y último tendrá ya escala comercial y sus pruebas se realizarán en las batidas aguas de la costa atlántica ferrolana en el primer trimestre del próximo año. “Hemos introducido mejoras que abaratan el coste y elevan el rendimiento”, comentó el ingeniero, satisfecho con la marcha del proyecto. Galicia Mar Renovables ha recibido ya las ayudas del Ministerio de Industria para la puesta en marcha de la empresa, dirigida a la producción de las boyas de energía undimotriz en un astillero de Ferrol. El proyecto prevé una inversión cercana a los 4,3 millones de euros y la creación de tres empleos directos. Su ubicación en la comarca, como se recordará, se debe a los incentivos y a la logística, puesto que los responsables de la firma prevén poder utilizar las instalaciones en desuso de Navantia Fene para fabricar sus boyas. Según comentó Julio de la Cruz, todavía no se ha tramitado con la SEPI el alquiler de la nave que necesitarían, de unos 5.000 metros cuadrados de superficie y con acceso directo al mar. Patente premiada > La patente de Juan de la Cruz para el aprovechamiento de la energía undimotriz ha recibido ya seis premios, entre ellos el de Recoletos y el de la revista Emprendedores. El ingeniero prevé que sus boyas permitan producir 500 kW de potencia, lo que supondría triplicar la capacidad de la única planta de este tipo que existe en España, la que tiene Iberdrola en la costa cántabra de Santoña. El Ministerio de Industria apostó por esta iniciativa otorgándole un crédito de 2,1 millones de euros que la firma podrá devolver a interés cero. Julio de la Cruz Blázquez aseguró que el proyecto avanza a buen ritmo y que no hay problemas de financiación que lo hagan peligrar. La empresa cuenta ya con un domicilio social en Ferrol, ciudad desde donde esperan exportar las boyas a clientes de diferentes puntos del mundo.
SELINA OTERO - MARÍN La intensa lluvia, con tronos incluidos, deslució el desfile más esperado por la Escuela Naval Militar de Marín ante la presencia del Rey Don Juan Carlos y la Reina Doña Sofía. La jura de bandera y la entrega de los reales despachos a los oficiales de la Armada transcurrió entre chaparrones, aplausos y ritmos militares bajo el lema “¡Viva España! y ¡Viva el Rey!”, en la mañana más tormentosa del mes de julio.
Familiares de los nuevos oficiales, entre pamelas, corbatas y trajes de gala, aguardaban ansiosos en las gradas a que escampara para presenciar la danza exhaustivamente estudiada de sus militares y saludar muy de cerca a Sus Majestades. Pero la utopía no se produjo y los paraguas se convirtieron en artículo de lujo. El acto se retrasó un cuarto de hora mientras los miembros del cuerpo, uniformados en un blanco impoluto y manteniendo la pose de “firmes” pese al chaparrón, mantuvieron el tipo entre himnos y bombas de palenque para animar la festividad del Día del Carmen, patrona de los marineros. Tanto a bordo de las fragatas y los patrulleros atracados en el Muelle de Torpedos como en la explanada de la escuela donde tuvo lugar la ceremonia, fue complicado seguir el estricto protocolo militar. El Rey Don Juan Carlos, que vestía uniforme de la Marina, pasó revista al batallón bajo la lluvia mientras la Reina se resguardaba en un discreto paraguas transparente, eso sí, siempre con una sonrisa y un saludo a las madres emocionadas y a los abuelos orgullosos. Con el cobijo bajo el palco de autoridades llegó la calma, mientras los organizadores del acto repartían paraguas con el logo de la Escuela Naval a los asistentes sin techo para evitar empaparse. “Intentad seguir a las autoridades cuando se sienten y se levanten para mantener la armonía. El año pasado su Majestad llamó la atención por eso”, advirtió uno de los oficiales. Pero los charcos sobre los asientos impidieron acatar órdenes, hasta el punto de que la organización eligió la versión más corta del acto, suprimiendo la misa y la alocución del comandante director de la Escuela.
Homenaje a los caídos
“¿Juráis o prometéis cumplir las obligaciones militares, guardar la Constitución, defender al Rey y dar vuestras vidas si fuese necesario?” :“Sí, juramos”. Un total de 65 alumnos (entre los que se encontraban seis mujeres y un hombre de origen tailandés) besaron la bandera ante la mirada de los Reyes de España y demás autoridades del palco principal. Tras la entonación de la Salve Marinera y el Himno de la Armada, los presentes rindieron homenaje “a los caídos por España”: “Como valientes lucharon y como héroes murieron. No quisieron vivir de otra manera”.
Las autoridades militares entregaron los despachos reales a los 84 nuevos oficiales de la Armada y Don Juan Carlos procedió, a continuación, a colgar las condecoraciones a los oficiales que obtuvieron el número uno en sus respectivas promociones, en medio de un baile de agua, sables y fusiles y un desfile final a ritmo de pasodoble.
La Armada honró a su patrona con una ceremonia en el Arsenal militar
M.F.G. > FERROL
El antiguo Cuartel de Instrucción se vistió ayer de gala para honrar a la patrona de la Armada, la Virgen del Carmen. Los actos, presididos por el almirante jefe del Arsenal, Santiago Bolíbar Piñeiro, incluyeron el homenaje a los caídos, imposición de condecoraciones y desfile.
El rojo y güalda de la bandera española lucía al mediodía de ayer en la fachada del antiguo Cuartel de Instrucción. Enfrente, una compañía de marinería, la banda del Tercio Norte de Infantería de Marina y una escuadra de gastadores aguardaba en formación a que comenzase el acto. Previamente, en la Iglesia castrense de San Francisco, se había celebrado una misa solemne para el personal de la Armada y sus familiares. La imagen de la Virgen del Carmen se colocó también ante la puerta del antiguo cuartel, desde donde presenció los actos en su honor. La ceremonia, conjunta para todas las unidades de la Armada en Ferrol, contó con un nutrido grupo de oficiales y suboficiales, entre ellos representantes de las escuelas Antonio de Escaño y Esengra. También asistió una delegación de autoridades civiles, al frente de las cuales estuvo el alcalde, Vicente Irisarri. A las doce y media llegaba el almirante jefe del Arsenal, Santiago Bolíbar Piñeiro, encargado de presidir los actos. Tras pasar revista a la Compañía de Honores, se pasó al tradicional homenaje a los caídos. El vicealmirante y el regidor ferrolano depositaron una corona ante la cruz, para recordar a los que “murieron con honor” y “con su esfuerzo la patria engrandecieron”. A continuación, se procedió al acto de imposición de condecoraciones a varios miembros de las dotaciones. Entre los distinguidos figuraba el hasta hace días comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas, Manuel Luis Garat Caramé, relevado el pasado día 7 en este cargo por Fausto Escrigas. Concluida la entrega de medallas, Bolíbar Piñeiro pronunció un discurso en el que agradeció “el apoyo que tanto sentimos” a la Virgen del Carmen, a quien dedicó un soneto. El desfile, abreviado por el fuerte aguacero que caía, puso fin a la ceremonia.
Salve, estrella de los mares,
de los mares iris de eterna ventura
salve fénix de hermosura
madre del Divino Amor.
De tu pueblo a los pesares
tu clemencia dé consuelo
fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Salve, estrella de los mares
Salve estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Estrella de los mares
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve.
La F-103 regresa tras reforzar la seguridad en Somalia
REPORTAJE DE MARÍA FERNÁNDEZ GARCÍA.
La fragata F-103 “Blas de Lezo” atracó ayer en el Arsenal después de cinco meses en los que se integró en una de las agrupaciones de la OTAN. El comandante del buque subrayó que su presencia en aguas de Somalia contribuyó a reforzar la seguridad.
En el muelle, la banda del Tercio Norte de Infantería de Marina daba la bienvenida a la fragata con pasadobles e himnos militares. Cerca de las diez comenzaba el desembarco de la dotación, que era recibida por el almirante Jefe del Arsenal, Santiago Bolíbar Piñeiro, y por el nuevo comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas, Fausto Escrigas, quien la semana pasada tomó el mando de esta agrupación en la que se integran las fragatas F-100.
Balance > El comandante de la F-103, Aurelio Matos, hizo un balance satisfactorio del despliegue en aguas somalíes. “Los ferrolanos han contribuido a mejorar la seguridad”, aseguró. En este sentido, afirmó, a lo largo de su estancia comprobaron un descenso en los ataques de los piratas. “Al principio casi todos los días recibíamos llamadas de auxilio de mercantes, mientras que al final hemos conseguido que casi no hubiese llamadas”, recordó.
El comandante reconoció que operaron en un escenario “complicado”, donde “muchas veces había que intervenir y se corría su riesgo”, aunque afortunadamente no se produjo ninguna incidencia en el personal. Matos también subrayó las complicaciones logísticas en los puertos de la zona, circunstancia que, no obstante, contribuyó “a la sensación de aventura” del viaje.
Los testimonios de la tripulación coincidían en subrayar la dureza de las condiciones climáticas en la zona, al parecer más temibles que los propios piratas. Las temperaturas habitualmente superaban los 40 grados e incluso llegaron a alcanzar los 52 grados en puertos como el de Muscat, en Omán. Una travesía más exigente de la prevista inicialmente, que debía ir a Australia.
Algunos miembros de la dotación también comentaron que, aunque no existía peligro para el propio buque, sí se percibía la inseguridad de los barcos civiles que navegaban en la zona. “En el puente se recibían muchas llamadas de socorro y no podíamos atenderlas todas, porque a veces estaban muy lejos, eso era lo más duro”, comentaba una de las tripulantes.
LA VOZ DE GALICIALa Diputación destaca su arraigo, la sinergia y la promoción que hace de Pontevedra
Manual del soldado de Infantería de Marina española
Un soldado no debe nunca rendirse voluntariamente, debe seguir luchando hasta donde le permitan sus fuerzas. Si está aislado y no puede luchar contra el enemigo, debe evitar su captura y unirse a las fuerzas propias en el menor tiempo posible.
En
Caso de caer prisionero, la primera obligación es evadirse; la guerra no ha terminado. La evasión debe ser intentada en los primeros momentos, cuando aún se está en el frente, en la zona de combate. En estos momentos, es cuando más oportunidad de evasión se presentarán; pasados éstos, y una vez trasladado al interior del país enemigo, internado en un campo de concentración, las posibilidades de evasión se reducirán al mínimo.
Al ser interrogado, el prisionero no está obligado a facilitar más datos que su nombre, categoría, filiación y fecha de nacimiento, evitando responder preguntas.
El prisionero sigue siendo un soldado. El servicio en esta situación consiste en intentar evadirse y ayudar a que sus compañeros lo hagan. En sus relaciones con sus compañeros de cautividad, mantendrá las reglas de subordinación y disciplina. Aunque no piense cumplirlo, no aceptará del enemigo ningún pago ni favores especiales, como más comida, ropa de abrigo, menos fatiga física, a cambio de información o promesa de no escapar.
La “Blas de Lezo” regresa mañana a Ferrol tras su misión en Somalia
MARÍA F. G. > FERROL
La fragata “Blas de Lezo” volverá a Ferrol mañana, según las previsiones de la Armada, tras permanecer casi cuatro meses integrada en la agrupación naval permanente de OTAN número 1, (SNMG-1). Un despliegue desarrollado fundamentalmente en aguas de Somalia.
En pocas horas, la dotación de la F-103 podrá estar de regreso en Ferrol, después de una travesía de cinco meses de duración, con más de 29.000 millas recorridas (unos 54.000 kilómetros). Concluirá así una misión cuya mayor parte discurrió en la costa de Somalia, dentro de la operación contra la piratería “Allied Protector”, activada por la Alianza Atlántica en el Golfo de Adén y Mar de Somalia. En este escenario, la fragata ferrolana contribuyó a mantener la seguridad de la navegación en la zona, colaborando en la escolta de buques y en las tareas de vigilancia. Entre otras intervenciones, interceptó a principios de junio a dos embarcaciones sospechosas de haber lanzado un ataque fallido contra un mercante de bandera de Liberia. Diario de viaje > La “Blas de Lezo” zarpaba el pasado 14 de febrero de Ferrol. Su primer destino fue Cádiz, donde realizó durante tres semanas una calificación operativa, con el fin de inspeccionar y evaluar su funcionamiento antes de integrarse en la agrupación de la OTAN. El 15 de marzo se incorporó a los demás buques de esta fuerza atlántica en el puerto griego de Souda Bay. De allí, continuarían hasta las augas de Somalia, donde colaboraron con el dispositivo antipiratería desplegado en la zona hasta finales de abril. La SNMG-1 tenía asignada la Operación Perla, que la llevaría hasta el sudeste asiático y Australia, fuera de su área habitual de operaciones. Se trataba de una misión con una elevada carga diplomática e incluso comercial, y desde la Armada se reconocía el interés en mostrar una de las F-100 construidas por Navantia en esa zona. Según la ruta establecida, la F-103 se desplazó hasta los puertos de Karachi, en Pakistán, y Bombai, en India. Sin embargo, finalmente la visita a Australia no pudo realizarse. Cambio de planes > La OTAN decidía en mayo que parte de los buques de la agrupación, entre ellos la “Blas de Lezo”, regresasen al Golfo de Adén y al Cuerno de África para reforzar el dispositivo contra la piratería en la zona. La organización atlántica justificó el cambio de planes debido al incremento de ataques piratas en el área. Allí, los buques de la SNMG-1 actuaron en coordinación con los de la Operación Atalanta de la Unión Europea, al frente de la cual está el capitán de navío ferrolano Juan Garat. Su labor continuó hasta el pasado 29 de junio, cuando tomó el relevo la segunda agrupación naval de la OTAN, la SNMG-2, a cuyo frente está el comandante británico Steve Chick, de la Royal Navy. El comandante de la SNMG-1, el portugués José Domingos Pereira, aseguró el pasado domingo en Rota que la operación Allied Protector ha contribuido a establecer un corredor seguro para los mercantes que navegan por esa ruta, una de las más empleadas del mundo ya que cruza el canal de Suez, según informó la agencia EFE. En un balance presentado a los medios añadió que se han realizado ya 28 abordajes, 86 identificaciones de embarcaciones sospechosas y 78 incautaciones de armas, además de atender a 420 llamadas de socorro. Entre los cargueros que es necesario escoltar figuran los que trasportan los víveres del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. La “Blas de Lezo” ha contado durante esta misión con una dotación de 212 personas, al mando del comandante Aurelio Matos. Entre ellos, viajó un equipo de seguridad del Tercio Norte de Infantería de Marina, integrado por 11 infantes.