Con las readaptaciones siempre me ando con pies de plomo. Soy muy receloso, más si cabe cuando me formulo la pregunta de si son necesarias cuando los originales arañan las cotas de la perfección. Pero tenía enormes ganas de contemplar una visión moderna de este clásico de la ciencia-ficción y el sello HBO suele ser sinónimo de garantías suficientes para mitigar cualquier riesgo
En «Fahrenheit 451» (2018) queda, de la novela de Ray Bradbury y de la película de François Truffaut), respectivamente, la estructura y ciertos detalles muy brillantes que aplaude un apasionado como yo, pero, por narices, nos traslada a otro futuro cercano y enraizado en la realidad actual que nos ocupa. Como siempre, y es algo que hay que agradecer, la ciencia-ficción es el vehículo capaz de burlar censuras y anunciar críticas y alertas tempranas sobre lo que sucede o es inminente en la sociedad (sigue leyendo)
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