El desarrollo de la cinta, con altibajos y una lentitud memorable, nos lleva a lo largo de paisajes y escenarios laboriosos propios de una producción titánica y muy costosa
Ésta es una de esas películas cuyo título siempre ha permanecido en el recuerdo de aquellos que hollamos con mejor o menor conciencia la década de 1980. Un título de fantasía a cargo de Jim Henson (el responsable directo de «Barrio Sésamo»), y Frank Oz (quien dio vida a Yoda, entre otros), que, muy de vez en cuando, se llegó a emitir en abierto en la televisión, ya sea pública y privada, y que, al contrario de otras más reconocibles y visionadas («Dentro del laberinto», por ejemplo), muchos hemos tardado años en poder admirar y adentrarnos en el particular y exótico mundo creado por estos dos genios de los títeres (sigue leyendo)
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