Un hermoso canto y homenaje a la literatura y cine más clásica de espías
Una buena muestra de lo insustancial que es nuestra época para muchos argumentos de cine es la, en apariencia, obcecación por ubicar muchas producciones entre las décadas de 1960 y 1980, y no precisamente por eso tan manido de la nostalgia. Las historias de espionaje, por ejemplo, no tienen brillo ni encanto fuera de este marco, y «El rehén» es una de ellas.
Esta película es un hermoso canto y homenaje a la literatura y cine más clásica de espías. Es más, podría bien ser un argumento firmado por John le Carré, pues el protagonista es muy de su estilo: alcohólico, traumatizado, incisivo e incontrolable, el cual es arrojado a las brasas sin él haberlo pedido ni, mucho menos, haberse presentado voluntario (sigue leyendo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario